En la noche serena, un eco de tristeza, la Navidad llega, pero ya no es la misma pieza.
Antaño, risas resonaban en cada rincón,
ahora, un silencio triste se adueña del salón.
Luces parpadeantes, sombras de melancolía,
recuerdos que se asoman, como sombras del día.
La mesa vacía, sin risas que la llenen, la magia perdida, como hojas que descienden.
Antes, regalos envueltos con esperanza, hoy, envueltos en la nostalgia que avanza.
Canciones que sonaban con alegría, ahora susurran tristezas, como melancolía.
El árbol, testigo de tiempos dorados, refleja ahora la tristeza de días pasados.
La Navidad cambió, perdió su encanto, se desvaneció en el tiempo, como un quebranto.
Pero en la penumbra, una luz titila, la esperanza persiste, como estrella que brilla.
Aunque la Navidad ya no sea la misma,
guarda en su esencia la chispa que anima.
Que en este nuevo ciclo, renazca la ilusión, que la verdadera magia sea la unión.
Aunque cambien los tiempos, la esencia perdura, la Navidad vive, en cada alma que perdura.
Amanda Pajaro
24 de Marzo de 2024