Lo que nunca me esperé

Capítulo 40

_ Te amo. – susurró entre mis brazos una vez me levanté a abrazarlas. Este momento era mágico, para todos, deseaba este día, y es gracioso, porque hace tres años atrás ni siquiera me hubiera imaginado que estaría aquí, pidiéndole matrimonio a la madre de mis hijos, a la razón de mi existencia.

_ También te amo. – dije besando sus labios y sonriendo una vez nuestro beso finalizó. – Siempre lo haré, Camila, siempre te cuidaré. – mencioné sonriendo nuevamente.

Nuestros pequeños se acercaron a abrazarnos, ellos aún no comprendían la felicidad tan grande que sentíamos, supongo que pensaban que nuestras lágrimas son de tristeza como ellos cuando no estamos cerca.

_ Vamos adentro. – dijo Camila e invitó a los músicos a comer algo, supongo que era su manera de compensarles el haber hecho de esta noche algo maravilloso.

Por fin terminaríamos esta velada cenando, todos los niños se fueron a dormir temprano, desde la hermana pequeña de Camila hasta nuestros hijos que se habían dormido un poco después.

_ Siento que todos ustedes lo sabían. – mencionó de pronto la mujer que tenía a mi lado.

_ He planeado todo yo solo. – susurré en su oído. – Quería tener todo el crédito. – agregué sonriendo. – Quería demostrarte cuan valiosa eres para mí, pero siempre me quedo corto al tratar de hacerlo. – mencioné sonriendo y besando su mano.

_ Créeme que es mucho más de lo que he esperado. – mencionó ella pegando su cabeza en mi pecho. – Siempre me ha gustado escuchar el latir de tu corazón. – agregó sonriendo, no sabía cómo reaccionar a todas sus acciones, simplemente eran un mar de sensaciones indescriptibles, pero me encantaban.

Una semana después.

_ ¿Para qué me llamaste? – preguntó el hombre a mis espaldas, sabía lo peligroso que era este encuentro para mí, pero me debía un enorme favor y esperaba que pudiera saldármelo ahora.

_ Te necesito. – mencioné dándome la vuelta para verlo a la cara, llevaba un arma en la pretina de su pantalón, no me intimidaba en lo absoluto, en este punto hay muchas otras cosas que podrían hacerme temblar de miedo.

_ ¿Y eso? ¿No que no querías volver a saber nada más de mí? – pregunto el hombre, tenía mucha razón, pero la tranquilidad de mi familia es mucho más importante que cualquier cosa.

_ Mi familia está en riesgo, una mujer está involucrada con un hombre del bajo mundo, quería saber si podías averiguar con quien. – mencioné seriamente.

_ Está bien. – mencionó aquel hombre, Salvatore. – Dime, ¿Cómo se llama aquella mujer que te está causando problemas? La desapareceré yo mismo, así quedaremos saldados. – mencionó nuevamente.

_ Quiero que mantengas a mi familia a salvo, así saldarás mi deuda, supongo que es una mujer de mucho alcance y que además se fio de un hombre con mucho poder. – comenté. – Se llama Ana, supongo que solo así deben conocerla, no le sería conveniente que se supiera de quien es hija.

_ Haré lo que pueda. – terminó de decir Salvatore para luego marcharse, era un hombre ocupado, al igual que yo, solo que nos dedicábamos a diferentes rubros.

Seguí mi camino hasta el campo de tiro, sí, estaba tratando de prepararme para cualquier enfrentamiento, estos últimos días Ana me ha estado dejando bastantes amenazas, cosa que no me gusta para nada y es por lo mismo que he estado yendo al campo de tiro, incluso contraté a un guardaespaldas que proteja a mi mujer e hijos mientras yo no me encuentro.

Mi teléfono sonó, era Camila, en ese momento recordé nuestro compromiso, esa mujer me matará si no llego a tiempo, ya bastante estresada está con todos los preparativos de la boda, ambos queríamos una ceremonia familiar, pero mi padre ha tomado cartas en el asunto y Camila no quiere que volvamos a discutir con él y ha seguido todo casi al pie de la letra.

_ Hola amor, ¿Cómo estás? – mencioné sonriendo a la llamada, sabía exactamente lo que diría.

_ Leo, ¿Enserio? Sabes toda la presión que tengo encima y aún así me dejas plantada en la prueba del pastel, ¡Ven enseguida! – gritó del otro lado de la línea, esa mujer me vuelve loco de distintas maneras, pero aún así no me arrepiento de nada de lo que he logrado a su lado y mucho menos del amor que le tengo.

_ Te amo, iré enseguida, me atrasé con algunos pendientes. – respondí enseguida sonriendo a la pantalla.

_ Te espero y perdón si reaccioné mal, estoy un poco estresada. – respondió ella, sabía muy bien cómo iba a reaccionar, mi padre es un hombre bastante estresante, sobre todo cuando quiere que las cosas salgan minuciosamente bien.

_ No te preocupes amor, en quince minutos estoy allá. – mencioné nuevamente. – Te amo. – dije antes de colgar la llamada, estaba tan emocionado, ya solo faltaba un mes, un misero mes para que pudiéramos concretar nuestro sueño e ilusión más deseada.

Llegué cerca del tiempo estimado, Camila me estaba esperando, detrás de ella estaba la silueta de un hombre, quien sabe qué, que le hablaba, y no parecía ser el tipo de persona encargada de la degustación de los platillos.

_ Hola. – dije aclarando mi garganta al momento en que me acerqué a besar a Camila, demostrando enseguida lo mucho que me molestaba su presencia.

_ Hola. – mencionó aquel hombre que nunca había visto en mi vida.




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