Me dejó.
No lo puedo creer, de verdad me dejó un mes antes de la boda.
Un maldito mes.
Esto debe ser la cosa más humillante que me ha pasado, es peor que la vez en la que Jenny Miles escondió mi ropa y camine por toda la escuela en ropa interior.
La misma Jenny Miles por la que Henry acaba de cancelar nuestra boda.
Perra callejera.
La peor parte.
Es la supuesta novia de mi primo.
Ahora estoy en Las Vegas con Ash, bebiendo hasta el agua de las flores.
Los maldigo, espero y se le caiga a él la polla y a ella se le explote uno de sus muy falsos senos.
¿Por qué a mi?
¿Por qué no puedo tener una de esas bonitas historias de amor donde al final tengo una casa, un perro, un marido y estoy felizmente esperando un bebé?
Claro porque soy Venus Smith-ironía de la vida que me llamó como la diosa del amor-. Y tengo la peor suerte del mundo.
Conocí a Henry en un viaje a Canadá para pasar un verano perfeccionando mi francés. Tenía 18 entonces, me parecía sacado de fantasía. Guapo, educado y muy romántico un arquitecto que prometía grandezas.
Luego de el más maravilloso verano de mi vida-ahora el peor- Lo contrataron para una gran compañía constructora aquí en Los Ángeles -la cuál por cierto el CEO es el padre de la perra callejera-
2 fantásticos años-ahora nada fantásticos que veo como tiempo de mi vida perdido- después me propuso matrimonio en nuestras vacaciones en Las Bahamas. Y hasta hace un año empezamos los preparativos.
¿Qué más da si soy una de las abogadas con más prestigio de la costa Oeste?
Al parecer no es suficiente, cuando les conté a mis padres pensaron que era muy apresurado casarme a los 24 sobre todo si observamos la trayectoria de mi carrera.
Volviendo a dónde me encuentro justo ahora. Un bar en Las Vegas, Nevada. Ahogándome en Jack Daniel's, sin mencionar todo el tequila que asalte del minibar de la habitación.
Ash-mi mejor amiga- está bailando con un moreno que está como un condenado modelo Calvin Klein.
- Otro Whisky doble. - pedí acabando mi ¿Décimo trago? Da igual.
- ¿Estás segura, dulzura? Te ves como si fueras a saltar de la azotea del Caesars Palace. - dice él bartender que me mira como a un cachorro mal herido que no tiene salvación.
Tal vez lo soy.
-¿Alguna vez te has comprometido y te dejan a un mes de la boda con la novia de tu primo? - El sólo me sirve otro trago y deja la botella. - Eso es muy jodido, dulzura. La casa invita.
- Venus - me llamo Ash, quien está bastante acaramelada con su moreno. - Troy y yo nos vamos ¿Estarás bien sola? - solo asiento dando un largo sorbo a mi nuevo mejor amigo Jack Daniel's.
- Como quieras Kuku, solo usa proteccion, aún no estoy lista para cambiar pañales - el moreno sonríe avergonzado y mira a otro lado.
- Sabes como soy Kuku, procura no causar mucho alboroto. - me da un guiño.
-Hey, tu puedes echarle un ojo y conseguirle un taxi para volver te daré una propina extra luego. Se queda en el Caesars. - le dice al bartender quien solo asiente.
Sin más se va. Y yo me bebo la mitad de la botella hasta que decido bailar para sudar un poco el alcohol antes de terminar en urgencias por un coma etílico.
Un par de tropezones después llegó a la pista y me dejó llevar por la música. Me olvido de Henry, de Jenny, de mi carrera y de todo lo que representa mi vida justo ahora.
Unas manos que me toman positivamente y me sacan de la pista, no se lo que pasa hasta que estoy contra la pared en un rincón y un dios griego me está acorralando.
-¿Por qué mi luna está bailando de esa manera frente a todos? No me gustó que todos vieran lo que es mío.
Mierda, creo que me mojé.
Pero qué voz tan... sexy. Dios, es como la voz de un jodido demonio del sexo que llegó solo para tentarme.
Solo solté una risita antes de que estampara sus labios en los míos.
Mierda.