Lo que siento cuando estoy contigo

3. Patinaje de riesgo

Emma:

Si digo que anoche no lloré como una niña pequeña, estaría mintiendo horriblemente. Las palabras de Aaron me afectaron más de lo que me gustaría admitir porque sé que tiene razón, estoy traicionando a mi padre, pero a diferencia de lo que él cree, no hay un día que no me recrimine por ello.

¿Pero qué debo hacer si estoy totalmente enamorada de Cameron?

Lo conocí hace dos años, él vino de Malinche y comenzó en Jack Alvar durante nuestro segundo año de universidad. No sabía quién era, lo juro. Él usa el apellido de su madre, Lindse, porque su padre nunca ha querido hacerse cargo de él.

Al principio no sabía nada de eso, él empezó a cortejarme y qué puedo decir, Cam es un amor de hombre. Es dulce, detallista, divertido, sexy como el infierno y un excelente amante. Es perfecto y yo caí redondita por él.

Fue el primer hombre en mi vida y se encargó de hacer ese momento especial. No fue hasta seis meses después de haber comenzado, que su foto salió en una revista. Adela la vio primero y cuando me la mostró, yo sentí que el mundo se me vino encima.

Me alejé, terminé mi relación con él porque mi familia es mi vida, pero él no se rindió; hizo de todo para que yo le diera una oportunidad. Estaba decidida a dejarlo ir, a sacarlo de mi vida, pero él me hizo entender que nosotros no teníamos por qué sufrir las consecuencias de la relación entre nuestros padres, mucho menos si lo único que lo unía a Delion Archer era la sangre pues hacía muchos años, se había desentendido de él.

Me rendí porque él tenía razón o al menos eso quise creer y a pesar de que él se esfuerza en hacerme feliz, no hay un día en que no piense el daño que nuestra relación podría hacerle a mi familia.

Estoy enamorada él, ¿es eso un delito?

No lo creo.

¿Está mal?

Tal vez.

Pero no sé qué hacer.

—Emma. —Observo a la entrenadora—. ¿Dónde tienes la cabeza? Llevo media hora explicando los requisitos de la nueva competencia y tú estás en otro mundo.

Pone sus manos en su cintura claramente enojada.

—Lo siento, hoy no me siento muy bien. —Miro a Cameron que me analiza con preocupación.

Anoche no quise que regresara conmigo a la residencia. Llevábamos tres semanas sin vernos y yo esperaba una excelente bienvenida y en su lugar terminé triste y avergonzada.

Estamos en la pista de la universidad y ya está presente todo el equipo de patinaje emocionado ante la perspectiva de la competencia que se avecina.

Luciana se acerca a mí sin entender qué me pasa. Ella no sabe nada de Cameron y me avergüenza lo que pueda pensar de mí.

—¿Qué sucede?

—Nada, no te preocupes.

Si pensaba que mi día no podía empeorar, la puerta que separa las pistas del resto del club, se abren dándole paso a Aaron y Dylan.

Genial, sencillamente genial.

—Buenas tardes —saluda el siempre amable Dylan con una sonrisa dejando deslumbradas a algunas féminas.

Si ellas supieran que solo tiene quince años, las cosas serían diferentes.

—Lamentamos el retraso, las clases se alargaron más de lo debido. ¿Tienen vacantes en el equipo?

La entrenadora los observa detenidamente, supongo que midiendo su constitución física.

—¿Saben patinar? —Aaron sonríe de medio lado y sé que va a soltar una de las suyas, pero Luciana la interrumpe:

—Ellos son Aaron Andersson y Dylan Torres, los hijos de Kyle y Addyson y Maikol y Abigail. —Ruedo los ojos ante la mirada de asombro de la entrenadora.

—¡Oh, Dios mío, bienvenidos! ¿Emma por qué no me habías dicho que tus primos estaban aquí?

—En primera, no lo creí importante; en segunda, Dylan, es mi primo, Aaron solo es un amigo de la familia.

Este último se ríe ante mi mosqueo y yo solo quiero golpearlo.

—Entonces, ¿hay vacantes?

—Por supuesto que sí, Aaron y creo que ustedes nos vienen como anillo al dedo. ¿Han escuchado hablar del Campeonato Internacional 2041?

—Por supuesto, todos los que amamos el deporte lo conocemos.

—Exacto. Estaba hablando con el resto del equipo en qué consiste y qué haremos. El equipo estará conformado por quince participantes, ya tenemos las parejas principales y...

—Espere. —La interrumpe Aaron—. ¿Ya tienen las parejas principales? ¿No deberían conformarlas luego de ver a todos los participantes patinar y comprobar quién es el mejor?

—Las parejas están hechas desde hace dos años, Aaron, deja de joder —le digo de mala forma.

—¿Quién es la pareja principal?

—Nosotros —responde Camero cruzando un brazo por encima de mí. Aaron sonríe de medio lado y coloca las manos en sus bolsillos.

—He estado mirando los videos del equipo en competencias anteriores y sin ánimos de ofender a nadie, soy mejor que todos ustedes. Hasta Dylan, es mejor. —Mira a la entrenadora—. Si quiere ganar una competencia a nivel internacional, debería reconsiderar quién los representará.



#15620 en Novela romántica

En el texto hay: risas, amor, solocontigo

Editado: 30.11.2022

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