Lo que tú no pudiste cumplir

Capítulo 8

Ellie

—Chicas, una foto —propone Zoe.

Nos acomodamos para la foto y nos sacamos varias, primero algunas selfies y después le pedimos ayuda a mi padre para que nos saque otras fotos donde ahí se ven mejor los vestidos. Al ver la foto, veo que soy la que más pequeña se ve, ya que las chicas son más altas que yo, pues Zoe mide un metro setenta y cinco y Jenn un metro setenta y ocho. Aunque la verdad es que la diferencia tampoco es tanta.

Mi papá nos va a llevar a la fiesta, pero me tengo que devolver en taxi ya que mañana mi padre se tiene que levantar temprano. Como hoy no tuvimos clases por la fiesta, las chicas fueron a mi casa y ahí estuvimos toda la mañana conversando. Después, en la tarde, nos dedicamos mayormente a prepararnos para la fiesta de bienvenida.

Al llegar a la entrada principal del instituto, se ve un arreglo de globos con colores plateados y dorados, y al lado está el profesor de matemáticas, quien le pregunta el nombre a cada persona y le entrega una pulsera de color dorado.

—Listas para la fiesta —dice Jenn felizmente.

—Por supuesto —digo.

—Obvioo, amiga —dice Zoe más emocionada.

Mientras nos dirigimos al comedor, que es donde se realiza la fiesta principalmente, nos dice el director:

—Aquí tienen que ver en qué mesa les tocó.

—Muchas gracias —digo.

Vamos directo a ver si nos tocó juntas.

—Chicas, nos tocó juntas —dice Jenn.

—¿En serio? ,¡Qué bueno!—respondo felizmente.

—Pero hay un problema —dice Zoe.

—¿Qué pasó? —pregunto.

—Nos toca con Logan, Alex y Matt —dice Zoe.

—No le veo el problema —digo.

—Vamos, chicas, antes de que se acabe la comida —dice Jenn.

Al momento de entrar, veo que hay muchas luces, muchas personas, veo un DJ y veo que todavía falta gente. Pero intentamos buscar el número de nuestra mesa.

—Ahí está Matt —dice Zoe, y la seguimos.

Alex

Estábamos conversando con Matt y Logan sobre nuestro próximo partido cuando la veo.

Estaba preciosa, se veía como una diosa. Si ya normalmente se veía así, imagínate con el vestido rojo, que le queda espectacular. Más su pelo con algunas ondas y un labial rojo, parece sacada de un sueño.

Creo que, a partir de ahora, mi color favorito va a ser el rojo.

Veo que se está acercando cada vez más a nosotros y, con cada paso que da, brilla cada vez más. Comparando a ella con un diamante, el diamante perdía sin dudas. Esa noche Ellie se veía como una diosa, se veía increíble.

Si me pidiera cualquier cosa, lo haría sin dudarlo.

—Hola chicos —dice Zoe alegremente.

—Hola, Zoe —le responde Matt—. Estás muy guapa, por cierto.

—¿Zoe nada más? —dice Jenn bromeando.

—O se.. o sea , a todas me refiero —dice Matt, poniéndose un poco nervioso.

—¿Y ustedes no hablan? —pregunta Zoe.

—Hola, Ellie —digo.

—Hola, Alex —dice Ellie.

—Estás muy guapa —al momento de saludarle, le digo en un susurro—. Te ves como una diosa.

—Gracias, tú igual estás muy guapo —lo dice un poco nerviosa y veo que se sonroja.

—Logan —dice Jenn.

—Hola, te ves increíble.

—Muchas gracias, tú igual.

—Nos sentamos —propone Matt.

—¿Y qué pasó con Jack? —me pregunta Ellie.

Ese labial rojo le queda espectacular.

—Se enfermó. Ayer fue con sus amigos y le dolió el estómago, y hoy ha estado todo el día con vómitos —digo.

—Qué lástima, estaba tan emocionado por venir.

—Emocionado por la comida gratis —dice Logan bromeando.

—¿Cómo estás? —le pregunto a Ellie.

—Bien, ¿y tú?

—Muy bien.

Luego de eso, llegó la comida a la mesa, que eran varios platos que tenían ceviche, pasteles, papas fritas, bebidas y jugo. Y veo que Ellie se come casi todos los pasteles.

—Creo que no te gustan los pasteles.

—Son los que más odio —responde sarcásticamente.

Algo que me gusta de Ellie es que con ella sí puedo bromear un poco a través del sarcasmo.

—Tú no has comido nada —me dice.

—Veo que estás pendiente de mí, hay cosas que no cambian.

—Agradece que me preocupo por ti.

—Qué considera.

—¿Quieres un pastel? —me pregunta.

—Bueno, quiero ese que tiene manjar.

—Aquí lo tienes —me lo entrega con una sonrisa.

Pensé que nunca una sonrisa me podría gustar tanto, pero creo que me equivoqué.

—Oye y...

—Perdón —veo que le están llamando por teléfono, y aparece en la pantalla Valeria

Chismoso.

Veo que se sale del comedor.

Ellie

—Val, ¿qué pasó? —digo un poco en tono seco. La verdad es que ahora lo último que quiero es hablar con ella; sigo todavía un poco dolida por nuestra última conversación.

—Es que, Ellie, mi novio me fue infiel —dice llorando desconsoladamente.

—¿Qué? ¿En serio? ¿Cómo sabes? —digo ahora un poco más preocupada. Quizás esté un poco enojada, pero sé el sentimiento que se siente cuando alguien que te gusta, te ilusiona y luego te miente.

—Fue Gabriela, la supuesta mejor amiga de Daniel.

—¿Y tú cómo estás?

—Mal.... Le pregunté un millón de veces a Daniel si le gustaba ella y me lo negó, pero hoy fui a espiarle y, cuando se vieron, se dieron un beso. Por eso nunca podía ir a verme en las tardes; era porque estaba con ella.

—Pero ve algo bueno, Val. Tú ya no estás perdiendo tu tiempo; por algo pasan las cosas.

—Sí, eso me dijo Nate.

—¿Eres amiga de Nate?

—No me digas que ahora te vas a poner celosa, Ellie...Lo que me faltaba.

—No estoy celosa, solo que...

—Cálmate, solo somos amigos. Además, ustedes nunca fueron nada, solo se gustaban hasta que te enteraste que mientras ustedes hablaban él salía con Amara.

—¿Para qué me llamaste, Val? —lo digo en un tono un poco más enojada.

—Porque necesitaba a mi mejor amiga. ¿O acaso ya no lo somos?

—Claro, pero es que cuando yo te hablé y estaba mal nunca más me enviaste un mensaje.




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