CAPITULO 4

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REGRESO AL PALACIO.

Itziar Valois.

Poner un pié en el palacio me trae recuerdos, hermosos como tristes. Dejo de pensar porque Kahel me conforta sobándome el hombro; aunque por estos años no ha estado conmigo, sus pensamientos sí. Y agradezco por no dejarme sola.

__ Alguien conoce ¿dónde carajos está la biblioteca? __ Mi voz sonó fuerte y decidida, oculté mi dolor y debo de estar neutra.

__ Su majestad, no sabíamos que usted vendría —agacha su cabeza y se ve apenada—. Perdón por mis modales, sus altezas reales.

Me olvidé de estas malditas formalidades; casi se me pasa por alto que aquí las empleadas pasan de un lado a otro, como odio que pongan honoríficos a las personas.

__ No te preocupes, puedes retirarte __ anuncié, y la chica hizo caso omiso y salió del lugar.

__ OK, así que ¿por donde está la biblioteca? ... Hay mierda.

Kahel se tragó sus palabras al ver a mi tío venir por el pasillo con un libro entre sus manos. Los lentes de intelectual lo hacen ver muy guapo y no tengo palabras para describir cómo le queda su terno. Está vestido de gala.

__ Uyy… Que decía, hermanito.

__ Callate, aceituna. Por estar solo en tu habitación no sabes las cosas que suceden en la actualidad. __ Me hace callar de una sola, mi tío se percata de nuestra presencia y su primera persona en mirar es a mi hermano.

No sé si sentirme mal o estar feliz por ellos; pero me quedo con la intriga que quiso decir Kahel con esas palabras.

__ Ok, familia, dejemos a los tortolos aquí. Mucha miel para mí, así que… Hola, tío y adiós, tío, si quiere saber dónde estamos, donde encuentra muchos libros, nos puede hallar. __ Doy media vuelta y jalo a Sebastián; el resto me sigue y salimos de ahí, dejando solo a mi tío y a Kahel.

Llegamos a donde creo que es un corredor con muchos pasillos y recién me percato que aún sostengo la mano de Sebastián, la suelto y pido una disculpa. Miro a los alrededores y ninguna me parece una puerta de biblioteca.

__ Cielo, tu abuela y yo iremos a atender algunas cosas; puedes ir a la biblioteca con los hermanos de sangre. — Mi abuelo me da un beso en la frente y se retira con Ana.

__ Si tienen cosas que hacer son libres de irse; __ veo a ambos; __ antes de todo, ¿dónde está la biblioteca?

__ Está en la siguiente habitación a la derecha, entonces me retiraré __ da las indicaciones y se retira Lucas.

__ Y tu Durian, ¿no estás ocupado?

__ Estoy libre, así que no te libras de mi criatura de pulga; vamos, necesitamos descifrar este acertijo. __ Pasó al frente de mí, caminó un par de pasos y se detuvo, dio media vuelta y me miró. —¿Acaso no piensas venir?

Es en serio su pregunta, camine y lo deje atrás.

Subo las escaleras y me dirigo a la habitación que indicó Lucas; me detengo en la que dice biblioteca. Abro sus puertas y BAN, es una belleza; libros por doquier. Estantes de dos pisos llenos de información, pilares blancos con ornamentos dorados y un ambiente muy relajante. Perfecto para la ocasión.

__ Porque no conocí este lugar antes.

__ Quieres que te conteste o entras para buscar información __ casi me olvidaba que Sebastian puede llegar a ser tan irritante.

Entramos y no hay ni un alma aquí, con razón que el ambiente estaba relajado y silencioso.

__ ¿Y qué mismo debemos buscar?

Hago aparecer el sobre con el acertijo. Al tenerlo en mis dedos, una sensación de alguien observándonos se penetró en mi piel. Disimule. Entregó el sobre a Sebastián.

__ No digas nada fuera de lo común; hay alguien que nos observa __ habló en la mente de Sebastián. Se inmuta, pero a la vez lo disimula fingiendo que no entiende el acertijo.

__ Su majestad, creo que deberíamos buscar entre los dioses griegos; quizás ahí encontrará la respuesta. __ Todo lo que habló tenía su cabeza agachada. Ya entiendo; sería decapitado si se llega a saber cómo me trata. Los apodos son contra las leyes.

Creo un link, que lo pueda dejar hablar a él también.

__ Si quieres hablar, para que quien sea que nos está observando no sepa, puedes hacerlo por aquí; se sintió raro que me digas, su majestad.

__ No te creas la divina pomada, criaturas de pulga. Solo es para guardar las apariencias. __ Camina al estante de la historia griega y finge que está buscando o quién sabe si realmente está buscando.

Dejo que haga lo que está haciendo mientras yo subo al segundo piso, busco algo relacionado al tema y lo que encuentro son 7 libros: leyendas de historia griega, dioses y criaturas griegas, griegos y sus peculiaridades, quién era la diosa griega, leyendas y mitos de los griegos, griegos y espartanos, la reina de Grecia.

Sin querer me enteraré de muchas cosas de los griegos.

Llevo los libros apilados a una mesa larga, me siento y acomodo la silla mientras me dispongo a leer.

Al coger el primer libro y abrirlo, Sebastián llega con dos pilas más. Él no quiere salir de aquí sin saber la respuesta, pienso. Se sienta al frente mío y coge uno y se pone a leerlo. Dejo de mirarlo y yo también leo.