Allí estaba Nina con sus amigos, frotando sus brazos en busca de una distracción dentro de ese ambiente poco habitual para ella. El ruido y tantas personas eran un recordatorio de lo que tenía que hacer allí. Todos estaban celebrando el año nuevo. La mayoría de personas eran desconocidas para ella, pero todos se trataban como viejos amigos. Algunos de su grupo se habían alejado para encontrar diversión, y otros, como ella, estaban conversando y pasando el rato a la espera de la medianoche.
Días antes, Nina se había imaginado esa noche como algo emocionante, pero hasta los momentos la fiesta no había cumplido con ninguna de sus expectativas. Hasta que lo vio. Todos reían a su alrededor y ella inconscientemente sonrió. Ellos bromeaban y hablaban de cualquier cosa, pero ella tenía su atención en alguien más. De pronto ella olvidó lo incómoda que le resultaba su ropa, o lo molesta que era la voz de Pablo, uno de sus amigos, cuando estaba pasado de copas. Había encontrado la diversión que estaba buscando.
一¿A quién miras tanto, Nina? 一preguntó Pablo arrastrando las palabras.
一A nadie que merezca interrumpir tu interesante historia, Pablo 一dijo Nina con una sonrisa. 一¿Puedes seguir hablando de esa vez en el barco?
Varios rodaron los ojos al imaginar el tipo de historia que contaría, mientras que él parecía complacido de que alguien quisiera escucharlo. Lo que decía poco se le entendía, pero Nina lo escuchaba atenta. Pablo era ahora el centro de atención de ese pequeño grupo, pero ella tenía en mente a alguien fuera de éste. Su amiga Marisa notó que Nina había estado viendo por un largo rato a aquel muchacho y le regaló una sonrisa cómplice. El verdadero centro de atracción para ella era el joven de traje negro y camisa blanca.
Marisa y Nina se apartaron y emprendieron su camino en los alrededores de la gran sala. Durante el breve paseo, en el que compartían comentarios sobre el chico, su mirada se topó con la de ellas. Seguro ya se le habían erizado los vellos de la nuca de tanto que las jóvenes habían estado viéndolo. Nina contuvo la respiración en sorpresa y él sonrió ante su gesto de Nina. No fue una sonrisa burlona, sino más bien, una sonrisa de gracia.
一Deberías acercarte 一sugirió Marisa一. Le gustaste.
Marisa tenía ambas cejas alzadas y se mordía los labios reprimiendo una risa. Ella sabía lo que iba a suceder entre ellos dos si ella iba hasta él. Nina, en cambio, aún meditaba sus siguientes pasos. ¿Debía acercarse y hablarle o sería muy pronto para eso? Negó con la cabeza y le dijo a su amiga que no podía hacerlo todavía. Marisa la tomó por el brazo y la guió hasta ese otro grupo donde se encontraba el joven de barba ligera y cuello desabotonado. Nina sabía lo que Marisa estaba haciendo, pero dejó que siguiera.
一¿Podemos entrar a su juego? 一habló Marisa al llegar hasta el grupo. Algunos estaban sentados en una mesa redonda jugando con cartas, y otros pocos de pie alrededor observando. Uno de ellos se hizo a un lado para que Marisa tomara asiento y así ella lo hizo. Nina se quedó donde estaba.
一¿No entras? 一preguntó uno de los de la mesa.
一No sé jugar, hoy estoy como espectadora.
Nina tenía los brazos cruzados y ocultaba sus manos. A pesar de usar una blusa manga larga igual el frío se colaba. Los chicos de la mesa siguieron en lo suyo y ahora Marisa era parte del juego. Nina desvió la mirada de la mesa y se encontró con un par de ojos afilados que la observaban atentos. Ella corrió la vista a otro lado instintivamente y se regañó mentalmente por eso. Regresó la mirada de nuevo al joven y él seguía allí viéndola, ahora divertido por su reacción.
一 Este no es tu ambiente, ¿cierto? 一dijo luego de haberse acercado a ella.
Ahora estaba a su lado. Su voz la sorprendió. Ella había estado pensando en lo tonta que se tuvo que haber visto por el gesto anterior.
一 No, no lo es. 一Liberó sus brazos del agarre y se los llevó detrás de su espalda.
一 A tu amiga le va bien en el juego 一señaló. Marisa lucía concentrada y a la vez divertida por lo que fuera que estuviese pasando en aquella mesa. Así era ella, se adaptaba rápido.
一 Eso parece.
一 Si una fiesta de Año Nuevo no es tu ambiente ¿cuál lo es? Además, ¿cómo terminaste aquí?
一 Mis amigos insistieron en que viniera y en lo divertido que sería. ¿Yo? Hubiese preferido quedarme en casa.
一 ¿Con tu familia?
一 No, ellos no están aquí 一dijo Nina.
Luego de ello él permaneció brevemente en silencio. La respuesta lo había tomado desprevenido. Fue una pregunta cualquiera para seguir el hilo de la charla, pero para Nina no era simple.
一 Lo siento 一dijo él.
一 No lo sientas, no has dicho nada malo.
一 Bueno, ahora me siento como un imbécil 一respondió mientras rascaba con su mano su cabello一. Te lo compensaré. ¿Bailas?
一 No si puedo evitarlo 一rio Nina.
一 Fan de Mr. Darcy 一le siguió el juego.
一 Se podría decir… Por entender la referencia, te aceptaré ese baile.
Antes de ese momento Nina no había prestado atención a la música. Sonaba una pieza lenta y ellos junto a otras parejas se acercaban a la pista de baile. Los azulejos de la sala, que ahora era la pista de baile, eran blancos y negros, parecidos a un tablero de ajedrez.