Parte I Capítulo I

Entonces ambos cogieron los arcos y empezaron a jugar a las espadas, cuando se encendió la luz todos se quedaron mirándolos estupefactos, Marina estaba tirada encima de él a horcajadas, mientras que él estaba con la espalda en el suelo.

Con todas sus fuerzas intentó quitarle a Marina los dos arcos que tenía, cuando Marina se dio cuenta de que todos los miraban decidió tirarse para atrás y hacerse la víctima.

Marcos no se dio cuenta de eso y le quitó los arcos después se lanzó sobre ella y le arañó la pierna con ambos arcos, le estampó un violín en la cabeza, que atravesó, no le dio tiempo a hacerle nada más porque los guardias lo agarraron y se lo llevaron fuera del auditorio.

Marina lloraba, no podía hablar pero por lenguaje de signos le explicó todo a su profesora.

―Según Marina, mientras estaban apagadas las luces, Marcos intentó abusar de ella y besarla aunque ella no se dejó. Después se avalanzó sobre ella diciéndole "bésame o muere" Marina le dijo que no quería besarle entonces con los arcos de ambos violines empezó a agredirle violentamente―contaba Luisa a los padres de ambos niños y al policía que había acudido.

―Nos llevaremos a Marcos y a Marina para que den explicaciones, gracias por su ayuda.

Los policías llevaron a los niños en coches separados por precaución.

―Marina, ¿qué fue lo que pasó?―le preguntó el policía a Marina
Marina le explicó con gestos lo que ocurrió, aunque modificado a su manera―muy bien, puedes irte. ¡Qué pase Marcos!―gritó el policía―
Marcos, ¿qué pasó?―le preguntó el policía un poco molesto.

―Cuando se apagó la luz...la niña me dio un golpe con su violín, yo se lo devolví, ella se tiró encima mía y casi me mata entonces en un momento de debilidad...―tomó aire―le arañé con los arcos y le estampé un violín en la cabeza―el policía negaba con la cabeza y dio un fuerte golpe con la mano en la mesa.

―¡Cuenta la verdad!―exigió el policía cabreado porque por culpa del incidente tenía que trabajar horas extra un sábado por la noche.

―Esa es la verdad...―murmuró el niño.

―¡Mentira!―gritaba el policía.

―Esa niña es una mentirosa.

―¡Tú eres el mentiroso!

Después de estar insistiendo en que Marcos contara la verdad, el agente le dijo lo que contara Marina, Marcos se enfadó defendiendo que aquella niña mintió.

Al final, después de estar tres largas horas, Marcos tuvo que mentirle al policía diciendo "la verdad" que había dicho Marina.

Decidieron meterlo en un centro de menores durante un año, además de una multa de 10,000 euros. Por agresión, intento de abusos y también por interrumpir un concierto tan importante al que asistían presidentes de todo el mundo.

Los padres de Marcos se quedaron muy sorprendidos tras las declaraciones en contra de su hijo y que al final este admitiera que era cierto.

―Hijo, no me puedo creer lo que hiciste―le decía su madre a Marcos.

―Ahora tenemos que prepararte las maletas a un centro de menores ¿orgulloso?―le preguntó su padre molesto preparando el equipaje de su hijo, porque al día siguiente a las ocho de la mañana se iría.

―Papá, yo...

―No quiero saber nada. Eres la vergüenza de esta familia.

―Tantos valores, tanto esfuerzo...que la violencia solo en defensa propia...¿para qué? Para que intentes abusar de una niña...―su madre se va a su cuarto cerrando la puerta de un portazo, se oyen sollozos provenientes de esta.

―¡Bravo! Has hecho llorar a tu madre...¿no te da vergüenza? Y si fuera yo el que le hago eso a tu madre? ¿Pensarías lo mismo?―le preguntó su padre molesto e intentando camuflar su tristeza.

―Sí...―confesó Marcos, que no se arrepentía de nada de lo que hizo, su padre le echó una mala mirada, negando con la cabeza y desapareció de la habitación para consolar a su mujer.

―¡Llegué!―gritó Marta, la hermana mayor de Marcos, cerrando la puerta de la entrada.

―Hija―la madre de Marcos fue a visitar a su hija para darle un cálido abrazo, sin aguantar más derramó lágrimas.

―¿Qué pasa?―pregunta Marta preocupada, su madre iba a contestar pero era incapaz.

―Tu hermano―tomó aire y Tomás continuó―intentó abusar de una niña en mitad del concierto, seguro que hay vídeos en internet―Marta se quedó muda y muy sorprendida―
además de agredirla, mañana irá un año al centro de menores de París.

Marcos entra al salón y las lágrimas amenazan con salir al ver a su madre llorar, la mirada de decepción de su padre y la mirada de espanto y vergüenza de su querida hermana de 15 años.

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