Loca Orquesta

Parte I Capítulo II

Eran las siete de la mañana cuando su madre entró en la habitación a despertar a su niño, al que no volvería a ver en mucho tiempo.

―¡Arriba!―le gritó subiendo las persianas, para después quitarle las sábanas, a Marcos le sorprendió, nunca le despertaba de esta forma tan brusca.

Flashback

Martina entraba sigilosa a la habitación de su hijo, como todas las mañanas comenzó a tocarle con el clarinete una nueva melodía que había compuesto ayer para él.

Marcos iba abriendo los ojos al escuchar esa suave melodía.

Ella se acercó para darle un beso en la frente que él le devolvió en la mejilla.

Buen día, Sandía―le saludó su madre encendiendo la lámpara que aumentaba el brillo gradualmente para que no le doliera la vista.

―Buen día, Melodía―su madre sonrió y le despeinó el pelo.

―Buen intento, cariño―él se levantó de su cama y subió las persianas, su madre sonrió y le besó la cabeza―mi niño―susurró.

Fin del flashback

A él realmente le dolía que su madre fuera tan brusca, no le besó, no le tocó una nueva melodía, no le rimó, nada...Marcos suspiró y se levantó.

―Haz la cama―le ordenó su madre, sin mirarle, sacando el equipaje de la habitación, él le miró sorprendido ―
¡Venga!―le gritó su madre.

Marcos resignado decidió hacer caso a su madre y se puso a "hacer la cama" suspiró cuando terminó y vio que le había quedado un poco mal.

Bajó a la cocina y se sentó al lado de su padre y él se movió un sitio a la izquierda, Marcos suspiró ¿cómo de la noche a la mañana podría pasar todo esto?

Justo cuando iba a meterse la magdalena en la boca, tocaron el timbre y él se levantó para ver quien era...

Carmen, su mejor amiga, y Carlos, su hermano. Ambos eran gemelos.

―Dime que no es cierto―dijo Cecilia, la madre de ambos, al pasar y se sentó al lado de su madre, Martina resignada asintió―
no-me-lo-puedo-creer―murmuró.

Carlos se tiró encima de él y le abrazó fuertemente.

―Te echaré de menos bro―
le dijo al oído y se acercó Carmen.

―No sé porqué vas a un internado...―
murmuró Carmen y le abrazó con suavidad. Y entonces Marcos se quedó sorprendido ¿les mintieron? Por un momento agradeció que no les contaran la verdad.

―Nos vamos―anunció Cecilia llevándose a ambos niños de la mano.

Se duchó, se vistió y fue a la entrada donde le esperaban su hermana cabizbaja, su madre con los ojos llorosos y su padre con una expresión indiferente. Y eso le dolió...le dolió de su propia familia.

Salió y se metió en el bus policial, llovía y miró por la ventana, se sorprendió al ver que habían cerrado la puerta y que ni siquiera se despedían con la mano por la ventana, una lágrima se deslizó por sus mejillas pero enseguida la retiró con el dorso de su mano.

―¿Llorando, bebecito?―preguntó una niña de unos 11 años que estaba sentada en la fila de al lado.

―No―respondió Marcos.

―Claro...¡venga llora porque tu mami no se despide de ti!―dijo el otro niño apoyando a la niña.

―¡Dejadme en paz!―les gritó furioso.

―Uy...el llorica se enfada...―Marcos enfadado se levantó y se tiró encima de la niña de 11 años, ella no se lo esperaba y se llevó unos buenos golpes, cuando iba a devolvérselo un policía los separó.

―¿Qué hacíais?―preguntó notablemente molesto―¡no aprendéis nunca!―cogió a ambos niños por las orejas y los sentó juntos en los asientos justo detrás de él―atreveros a pelear y ambos os arrepenteréis ―
amenazó.

―Gracias, Llorica―dijo con sarcasmo ―soy Olivia―se presentó y desvió la vista hacia la ventana.

―De nada...imbécil―le respondió.

―Aquí comienza una muy bonita amistad―murmuró el policía que los veía entre los asientos.

―Seguro...―murmuró Olivia poco convencida.

Tardaron alrededor de una hora en llegar al centro de menores, los esposaron y los llevaron en fila hasta la entrada, revisaron el equipaje, y les dieron un traje verde que llevaban todos los niños igual.

―Pensé que nos iban a cachear... ―murmuró Marcos poniéndose el traje.

―Ohh, nunca lo hacen. Nos subestiman, piensan que no llevamos nada peligroso o algo que nos ayude a escapar―explicó Olivia abrochándose el traje, Marcos la miró con curiosidad.

―¿Llevas...?

―Sí―confesó sin darle importancia―
me escapé dos veces, por eso estoy aquí, por escaparme. Siempre me suben dos meses la "condena". Por cierto, somos compañeros de celda―
dijo Olivia leyendo el papel donde ponía el reparto de habitaciones.

―¿Celda?―preguntó Marcos escandalizado y Olivia asintió.

―Esto no es el paraíso, Llorica―
dijo colocándole una mano en el hombro.

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Cap nuevo!!!
Espero que os esté gustando, os aviso que esto solo es el principio ;)

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