Capítulo 3

Esta vez los lamentos ni los ruidos cesaron, ya no sabía si en realidad me los estaba imaginando o realmente existía aquella persona que hace mucho torturaba a las personas del lugar; pero de lo que si estaba segura de que si fuese esa leyenda cierta ¿Por qué nadie la ha visto? O solamente no quieren hablar por miedo a que "la mensajera de la muerte" se los lleve.

Como pude me quede dormida o yo creo que el sueño me venció, pues no sentí a qué hora se dejaron de escuchar los lamentos. Cuando desperté, entre los internos se contaba una noticia.

—Andrómeda amaneció muerta, en su rostro reflejaba terror.

Otros decían que en su rostro se podía ver el reflejo de la muerte, pues ella había sido quien se la había llevado.

—Jade, fue "la mensajera de la muerte" quien se la llevo, pues ha regresado para tomar venganza —comentaba una señora.

Yo no me quería reír, pues lo que me decía sonaba gracioso y loco, pero que podía esperar de una persona que estaba aquí, al final me termine riendo

—¡Jade no te rías! Todas las noches a la misma hora, se aparece arrastrando cadenas; pero eso no es lo más aterrador. Cuando estaba viva, ella nos bañaba y después nos electrocutaba.

—Señora Margarita ¿Cómo lo sabe? —conteste incrédula

—Yo fui una de sus víctimas, pero un día…

«Entonces los ruidos que escucho a la misma hora no son producto de mi imaginación como dicen los médicos y los enfermeros» pensaba mientras se marchaba la señora Margarita.

Busque por todo el lugar una paloma, de la cual le tenía que degollar a sangre fría; cuando hiciera eso tenía que sacarle toda la sangre para al final escribir con ella en la cocina — Sam Thompson estuvo aquí —. Tardamos algunas horas, y como ya se acercaba la hora de la cena decidimos hacerles esa broma a todos los pacientes, incluyendo a los médicos y enfermeros.

—No es posible, él ya murió hace años a manos de la enfermera Victoria Watson.

— ¿Quién es Victoria Watson?

—Eso lo tienes que averiguar tú, no te lo puedo decir ya que si lo hago ella me mata.

En vez de que Sam me aclarara las dudas al contrario me dejo más, después de varios minutos y cuando acabe de cenar me pare para ir con una de las enfermeras, en especial con la que se desmayo

—Enfermera ¿Quién es la enfermera Victoria Watson? No la conozco, pues en estos años que he estado en el instituto no la he visto.

—¡Paciente Jade, no ande preguntando cosas de las que no quiere oír respuesta, así que ya váyase a su habitación sino quiere que la llevemos a la fuerza y le digamos a su doctora que de nuevo tuvo una crisis ¿Entendió?! —asentí.

Me fui a mi habitación con más dudas, que lo que ven los internos no es producto de su imaginación, sino que para mantenernos en silencio nos inventan o les inventan a nuestros médicos que nos dio otra crisis. El personal del instituto guarda demasiados secretos que no quieren que sean descubiertos; pero me las ingeniaré para averiguarlos.

Esta vez me fui a dormir temprano, pues la noche anterior como no había dormido nada, por culpa de aquellos ruidos y del miedo que me ocasionaron; me dio sueño temprano.

A la misma hora me levantaron unos ruidos, pero esta vez no eran los que había escuchado en los días anteriores, esta vez se escuchaban que solo arrastraban algo, no pude distinguir qué.

Me asomé por la ventana y una sombra negra estaba afuera de mi dormitorio mirándome fijamente. No le podía ver el rostro, pues estaba cubierto con una especie de velo, pero eso no me dio miedo, lo que me dio miedo fue cuando me dijo Jade, he venido por ti y al terminar soltó una macabra carcajada desapareciendo de mi vista.