Los 7 elementos: Nacido del rayo

Capítulo 4: La cita

La luz entraba por la ventana, era la energía irradiada por un sol en calma, un sol feliz de serlo, sus ojos se abrían lentamente, por primera vez hace un tiempo. Su mente no le jugaba una treta, unos segundo mirando al techo lo hicieron reflexionar, su corazón se encontraba en calma, su cuerpo estaba relajado, era el mejor descanso que había tenido en días.
Recordaba a su contrincante del día anterior, y la sorpresa que se llevo en la noche.

//Chris: Vamos, hoy fue un día difícil merezco disfrutar este baño.

Luego de un día de preocupación y lucha sin cesar, era lo menos que podía pedir. Sentía como cada gota de agua tibia andaba por su cuerpo, sintiendo un poco de dolor cuando tocaban alguna herida que aún no cicatrizaba por completo.

Chris: No se si vendrá incluido con lo del rayo, pero la cicatrización de mis heridas es sorprendente. Ya casi no tengo nada, aunque, creo que si deberé tomar algo para el dolor de la costilla lastimada, aunque mis heridas sanen, al parecer mis huesos no lo hacen a la misma velocidad.

El agua se cerraba, aquella larga ducha había terminado, sentía paz y relajación en su cuerpo, pues su día había sido un nervio continuo. En su habitación, un celular se encontraba en la cama y en él una llama perdida.

Chris: ¿Eh? ¿De quién es este número?
Devolveré la llamada.

Chris: ¿Aló? Disculpe tengo una llamada perdida de este numero...

Su reacción cambió por completo al escuchar la voz que le respondió.

Chris: ¿Jessica?

Jessica: Si, hola Chris, soy yo. Intercambiamos números aquel día ¿lo recuerdas?

Chris: ¡Oh! Cierto, cierto, debí haberlo Guardado mal. (Con el problema con Damián aquel día, mis cuadernos se estropearon y el celular se frio por el rayo y tuve que cambiarlo)

Jessica: Descuida, no importa, oye... te llamaba porque... no sé si recuerdas, que te dije que quería agradecerte de alguna forma por meterte en problemas con Damián aquel día... bueno...

Chris: Des-descuida Jessica, te dije que estaba bien, además me acompañaste a la premiación, creo que con eso estarían las cuentas saldadas.

Jessica: ¡oh! ¿Eso creíste? No creo... que sea justo.

La tierna voz de Jessica se escuchaba temblorosa, al parecer aunque sea tan popular y codiciada no tenía mucho contacto con el sexo opuesto, o al menos eso dedujo Chris. Después de un momento en silencio y unos balbuceos que Chris no pudo comprender, nuevamente siguió la conversación.

Jessica: Pero, entonces, quería saber si ¿quieres salir? Como ya están saldadas las cuentas, no tienes que hacerlo por obligación, es decir, si no quieres no hay problema... solo es que hay una feria en el muelle... y yo... pues... no tengo con quien ir... y la pase muy bien contigo y quería que me acompañaras... claro si no tienes problema o estás muy ocupado... no quiero incomodarte...

Chris: Claro, iré contigo.

La cara de Chris soltó un sonrisa de labios al sentir ternura de aquella dulce chica que se armo de valor para decir todas aquellas palabras. Jamás pensó que una chica tan admirada y que se veía inalcanzable para él actuaría de esa forma; posiblemente había juzgado mal a los populares, después de todo el también era popular, por sus calificaciones, pero popular.

Jessica: ¿En serio? Bueno nos vemos mañana en el parque, a las cuatro ¿está bien? Así tendríamos tiempo después de todo... dicen que es más lindo de noche.

Chris: Sí, me parece bien, a las cuatro nos vemos mañana, gracias por la invitación.

Jessica: ¡Gracias a ti!... digo... por aceptar... am... feliz noche, nos vemos mañana...

Chris: Esta bien, feliz noche.

Una chica con una cara sonrojada, casi complemente roja, colgaba la llamada y con una sonrisa se lanzaba de espaldas a la cama.
Por otro lado, Chris sentado en su cama sonreía, y procedía a prepararse para dormir.

Chris: No me lo puedo creer, tengo una cita con Jessica Evans.

Cerrando los ojos cansados durmió con esta imagen en su mente, el cansancio lo había hecho dormir horas antes a lo que acostumbraba//

Mientras ordenaba la cama y tarareaba una canción, recordaba todo aquel suceso de la noche anterior.

Chris: Ahora que lo pienso. (Es la primera noche desde que comenzaron las vacaciones que no hay ninguna pesadilla.) Definitivamente, ¡Hoy será un gran día!

Afuera se encontraba un día nublado, no parecía que llovería pero tampoco parecía que se asomaría el sol; esto no desmotivaba a Chris, es más, creía fuertemente que sería una noche fría, así que no olvidaría hacer lo que siempre hace, llevar un suéter de repuesto, pues no era para él, siempre lo hacía en caso de que su acompañante lo necesitara, aunque no es como que saliera mucho con otras personas, además de su abuela.

La mañana pasó normal, pero, había algo que le movía el cerebro mientras ayudaba a su abuela con los quehaceres de la casa.

Chris: (¿Debería llevarle algo? Quizá unas flores, mmm... no sé cuales le gustaran, y tal vez sea alérgica o ¿chocolates? a las chicas les gusta el chocolate ¿no? Mmm... pero y ¿si esta a dieta? Podría molestarse)

La cara de Chris irradiaba preocupación, y nervios, expresión la cual una tierna abuelita no podía ignorar.

Abuela: Chris ¿Pasa algo? Te vez ansioso.

La cara de Chris cambió a sorpresa, al voltear a ver de dónde venía esta pregunta, pues no quería contarle a su abuela, creyó que se entrometería mucho, no de mala manera, pero lo haría.

Chris: Amm... no abuela... no es nada, en serio.

Abuela: Chris, te he cuidado desde que naciste, así que no quieras engañarme, vamos cuéntame que pasa, veré si puedo ayudarte.

Chris: Bueno... está bien... tengo una cita hoy con una chica, y no sé si debo llevarle algo o como presentarme.




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