Capitulo 1

Los Besos del Alfa

Esa noche en que todas las manadas se reúnen, donde cada licántropo es libre de buscar a su otra mitad. Encontrar a su compañero, su alma gemela... Su mate... Y cómo Amanda perderte en Los Besos del Alfa. Un beso de ese lobo bastó para que Amanda perdiera la cordura.

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Cada año las manadas de diferentes lugares se reúnen en una gran celebración, donde cada licántropo es libre de buscar a su Mate en cualquiera de ellas. Es uno de los días más esperados por todos.Todo cachorro de lobo espera su transformación para encontrar esa parte que los complementa en ese día tan especial.

La pequeña Amanda de entonces 8 años escuchaba atentamente a su abuela Emma, la licántropo más longeva de la manada Luna llena, todos los cachorros al igual que Amanda no podían dejar de escuchar a la abuela, era tan dulce y amable, sus historias eran tan magníficas que hasta los adultos esperaban que ella las contara.

Amanda había escuchado cada historia de su abuela, la amaba tanto y sus consejos siempre eran los mejores. Su muerte había sido uno de los golpes más fuertes para la manada, se suponía que los licántropos vivían mucho tiempo, pero, todos sabían que ella ya había estado mucho tiempo aquí sin su otra mitad y eso era uno de los dolores más grandes de la abuela Emma. La Amanda de entonces 15 años había llorado toda la noche en su habitación, la partida de su abuela había dejado un vacío en su corazón y jamás la olvidaría.

Entre más pasaban los años, Amanda más se daba cuenta de la falta que le hacía su abuela, este año la fiesta mostraba que sería igual que la anterior, a sus 25 años su alma gemela aún no aparecía. El dolor que la albergaba era demasiado, ver a su hermano mayor y a su pequeña hermana junto a sus mates la hacía retorcerse en su soledad, no era envidia hacía sus hermanos, ella era muy feliz sabiendo que sus hermanos habían encontrado la paz en sus almas al encontrar a sus Mates, pero eso no hacía desaparecer el dolor que sentía.

Solo su almohada y esas cuatro paredes eran testigos de cuantas noches había llorado sin que nadie se diera cuenta, o eso era lo que ella creía. Su madre y su padre sabian de la angustia de su hija y la impotencia de no poder ayudarla los consumia, sus esperanzas estaban en la fiesta de este año, su hija era joven, bella e independiente, pero para un licántropo su Mate es una pieza fundamental en su vida, la otra mitad de su alma.

Amanda ya no quería buscar en la fiesta de este año, la desilusión siempre era desgarradora. Innumerables veces Amanda pensó en buscar a su Mate en el mundo humano, dejarlo todo y buscar, no esperaría a qué la diosa Luna lo pusiera en su camino, incontables veces estuvo apunto de abandonar la manada, todos sus hermanos la comprendian y la apoyaban, pero siempre su plan se veía frustrado, no por su familia o la manada, no, era ella, ella era el problema.

"Cuanto más avariciosa es la mente, más negra se vuelve el alma" Decía la abuela Emma, eso era lo que detenía a Amanda o eso era lo que ella quería creer, por qué, muy dentro de su ser ella lo sabía, el miedo la consumia, siempre había deseado encontrar a su alma gemela, pero su miedo había sido más fuerte.

Se había odiado a si misma por su falta de valor, por su cobardía, era una mujer fuerte, era uno de los mejores guerreros en toda la manada y sus alrededores, sabía que necesitaba a su Mate, como el la necesitaba a ella. Después de hablar con su familia había decidido que esté año sería su último intento, su última esperanza.

Nada sale como lo esperas y Amanda no estaba preparada para encontrar a su Mate a pesar de haberlo esperado mucho tiempo. Todo lo que había soñado sería muy diferente. Tal vez no todo es como lo deseamos, a veces nos equivocamos y Amanda aprenderá eso.

Las luces de la fiesta se habían reflejado en esos hermosos ojos verdes que habían provocado en ella un mar de emociones, y sabía que después de esa noche su vida cambiaría, si, solo por Los besos del Alfa.