Los cuentos de Emno - Vol. I

La alegría de estar vivo

Ahora esta historia que estoy por contarles no trata sobre un duende, un hada o una creatura mágica, esta historia trata sobre un joven humano que estaba poco conforme con la vida que le había tocado. ¿Me preguntas que tiene que ver esta historia con el mundo de la magia? Para descubrirlo tendrás que escuchar atento y poner mucha atención así que comencemos.

Hace mucho pero mucho tiempo, en un lugar muy pero muy lejano vivía un joven granjero. Él vivía con su familia en una casa muy pobre en algún pueblo olvidado por el reino. Cuando aún era joven su padre enfermo y había quedado huérfano desde muy pequeño, como era el mayor de sus hermanos tuvo que buscar un trabajo para traer algo de comida a la casa, sin embargo en este pueblo la situación era difícil pues los ingresos eran escasos y no había mucho trabajo para las personas de su situación, los únicos trabajos que existían eran agotadores y muy mal pagados o quedaban tan lejos del pueblo que tenían que hacer grandes trayectos para poder llegar. La vida nunca fue buena con él, pero logro conseguir un trabajo en una granja que quedaba lejos del pueblo, pero no era un trabajo fácil, su patrón le dejaba los trabajos más difíciles y cansados ``vamos eres joven y por ello este tipo de trabajos no deberían de ser problema para ti´´ le decía su jefe mientras se burlaba. El joven había pensado muchas veces en renunciar ante tan cruel trabajo, pero su familia necesitaba el poco dinero que ganaba y por las largas jornadas no tenía oportunidad de buscar trabajo en otro lado.

El no entendía por qué le pasaba todo esto, ¿por qué su padre tuvo que morir y dejarlo a él a cargo?, ¿por qué su patrón siempre abusaba de él? o ¿por qué la vida era tan injusta? Pensaba que sus hermanos bien podían ayudarlo con el trabajo, pero nadie contrataría a unos niños pequeños, ni tampoco soportarían la larga caminata para salir del pueblo a buscar un trabajo. Solo le quedaba resignarse a que él tenía que sacar a su familia adelante.

Un día cuando iba de regreso a su casa todo adolorido por el día más pesado que tuviera jamás, vio que cerca de un sauce se encontraban personas reunidas. El realmente no era curioso pero se acercó para ver qué era lo que sucedía y recuperarse un momento del trabajo que había realizado. Al acercarse se dio cuenta de que todas las personas iban vestidas de negro y parecían estar tristes por algo, además noto una enorme cruz en la base del árbol `` ya veo así que estas personas están tristes porque alguien murió, ¿no es así? y han venido hasta aquí para poder enterrarlo.´´ fue lo que pensó mientras se sentaba en una roca al otro lado del camino.

El tiempo pasó y poco a poco mientras fue anocheciendo las personas fueron dejando aquel lugar hasta que no quedo nadie más que el joven y la persona que estaba en la tumba. Por ello el joven decidió acercarse un momento para poder ver la tumba más de cerca. Noto que esta no era una tumba improvisada como las que estaba acostumbrado a ver por aquel lugar, la cruz estaba hecha de mármol solido tallado de forma elegante, por la tierra se podía ver que la persona se encontraba enterrada en un ataúd completo y no solo bajo tierra; no había ninguna placa que dijera quien era la persona que estaba enterrada pero muchas flores adornaban la tumba por los alrededores como si esta de verdad hubiera sido una persona muy querida por todos los que había estado presentes hace un momento.

A nuestro joven siempre le había parecido una hipocresía todo este tipo de cosas, ya que las personas nunca se acordaban de ti sino hasta el último momento cuando ya estabas muerto, él pensaba que no tenían por qué estar tristes por ellos ya que ellos se libraban de lo cruel que era la vida aquí y que deberían preocuparse más por las personas que tenían la desdicha de aun estar vivos.

  • Valla amigo, parece que no tuviste una mala vida y aun así lo único que envidio de ti es que tú ya estás muerto y yo aún sigo con vida.

Dijo el joven, más para sí mismo que para quien estuviera enterrado, pues sabía muy bien que no podría escucharlo.

  • ¿De verdad piensas eso? yo creo que él tiene más envidia de ti porque tu aun estas con vida, ¿no lo crees?

El joven se asustó al escuchar la voz de una joven detrás suyo, pensaba que todas las personas que estaban presentes en el velorio se habían ido, pero al voltearse pudo ver que la voz provenía de una hermosa chica no mayor que él, de cabellos plateados, ojos color marrón, vestida con un vestido largo color negro que hacía que su piel completamente clara resaltara aún más; llevaba un hermoso prendedor para el cabello en forma de la flor llamada esperanza.

  • Si tuviera la vida que yo tengo estoy seguro que preferiría quedarse donde esta - fue lo único que pudo decir nuestro joven héroe después de reponerse del impacto que le provoco la joven.
  • Yo no lo creo así la verdad, no importa que tan dura sea tu vida mientras esta exista siempre hay posibilidades de mejorarla, al menos eso es lo que siempre me decía mi abuelito.

Una lágrima comenzó a derramarse por la mejilla de la joven. Entonces el campesino comprendió que quien se encontraba en esa tumba era el abuelo de la joven.

  • lo lamento mucho... este.
  • Ana, me llamo Ana.
  • Yo soy Daniel y la verdad lamento tu perdida.
  • no tienes por qué sentirlo.

Ana le contesto de manera tan brusca que provoco que Daniel se sintiera un poco irritado y la poca lástima que había sentido por ella desapareció por completo.

  • Sabes solo traba de ser amable contigo pero veo que fue una equivocación no eres más que una llorona, anda que no te lo dijo tú mismo abuelo deja de llorar y sigue adelante.
  • Cállate no hables así de mi abuelo, esto es algo que alguien que desea morir no entendería jamás, no entenderías nunca lo hermosa que es la vida, lo hermosas que son las estrellas, el sonido de los pájaros, la brisa de los ríos, el poder jugar al aire libre corriendo por los campos llenos de flores, ¡oh! las flores. - Una vez más ella comenzó a llorar - ¿Sabes porque estas flores están aquí? es porque antes de morir, mi abuelo me prometió iríamos a correr juntos al campo de flores, yo lo único que quería era ver las flores de nuevo y correr junto a él una vez más.




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