Los cuentos de Emno - Vol. I

La joven bailarina

Hace mucho, pero mucho tiempo, en un pueblo muy, pero muy lejano nació una pequeñita a la que llamaron Iris. Esta pequeña nació en un hogar lleno de amor, donde comenzó a crecer con los mejores cuidados que una madre amorosa pudiera darle.

todas las noches, antes de dormir, su madre le cantaba una canción de cuna mientras la acompañaba su padre con un laúd, sin embargo, una noche cuando la pequeña ya tenía un año de edad, no pudieron hacer nada más que llenarse de terror cuando descubrieron que su hija tenía un extraño don.

Mientras ella se movía al ritmo de la música era capaz de hacer que los objetos se movieran y bailaran junto con ella en gran armonía.

Mientras el padre tocaba y la madre cantaba, ella hizo que su sonaja se moviera al mismo ritmo de la música.

lo que provocó que su madre se desmayara, mientras su padre no podía más que asombrarse por los poderes mágicos de su hija.

Después de descubrir su don, alejaron a la pequeña de todo tipo de música que pudiera producirse en su casa. Pues tenían miedo de que si alguien más lo sabría le tuvieran miedo y trataran de hacerle daño.

Pero todo era en vano, la niña había nacido para ser bailarina, lo llevaba en la sangre y fue así que cuando creció lo suficiente para salir a jugar con los demás niños del pueblo, conoció a un pequeño aprendiz de juglar llamado Gilber.

Se conocieron cuando los padres de Iris habian viajado a la ciudad para vender la cocecha de aquella época.

la llevaron por que ya tenia edad para visitar la ciudad y ella realmente queria conocerla

aun con miedo, procuraron nunca separarse de su hija

pero, el mercado siempre estaba lleno y era imposible no separarse en aquel alboroto

Iris trato de volver con sus padres tras un mandado que le pidieron que hiciera, pero era imposible saber donde estaban

con el camino perdido, Iris no pudo hacer mas que sentarse abrazando sus rodillas y comenzar a llorar por haberse perdido junto a una fuente

"por que es que lloras, pequeña ? acaso estas perdida? "

Una voz le llamó delante de ella, se trataba de un niño no mucho mayor que ella, de ropas elegantes aún que un poco sucias y desgastadas, ojos y cabello de color café y en su espalda cargaba un extraño objeto de madera. Las palabras de este “niño metiche”, como lo nombró Iris, le ofendieron tanto que hasta olvido por un momento que estaba pérdida, solo imagínense ser llamada pequeña por un niño que era igual que ella, además le dolía mucho admitir que se encontraba pérdida aún que así fuera y no pudo más que contestarle de mala gana al joven.

"No soy una pequeña mi nombre es Iris y para que lo sepas no estoy pérdida, es solo que…"

iris contesto mientras hacia pucheros

"por favor perdoneme, no era mi intencion insultarla ni nada por el estilo. Es solo que la he visto aqui sola y me preocupe"

"Lo que pasa es que mis papás me trajeron a conocer la ciudad…  porque tenían cosas que hacer, pero todo el día nos la pasamos haciendo cosas y no tuvimos tiempo de ver nada en la ciudad… es por eso que cuando estaban ocupados hablando con un señor decidí alejarme solo un poco… quería poder ver algo de la ciudad antes de que nos fuéramos… pero no sé cómo termine aquí y ahora tampoco sé cómo regresar… "

Iris no pudo contenerse más y comenzó a llorar de nuevo, Gilbert, el chico, al no encontrar una forma mejor de tranquilizar a la pobre tomó el laúd que tenía en la espalda y comenzó a tocar una tranquila pero alegre melodía. Gracias a esto la pequeña Iris dejo de llorar por un momento y le preguntó asombrada a Gilbert.

"Pero que hermoso sonido ¿Qué es eso? ¿Cómo se llama lo que estás haciendo?"

" es un laud, acaso nunca lo has escchado ?

Gilbert decidió seguir tocando ante la cara de admiración que presentaba iris. Al tomar un ritmo nuevo comenzó a tocar su canción favorita. Se trataba de una hermosa canción que su maestro solía tocar en las fiestas de la ciudad para que la gente pudiera bailar alegremente.

Era tal su concentración en la pieza que no noto que Iris comenzó a moverse al ritmo de la música, haciendo lo que sería un baile improvisado nacido únicamente de los instintos y deseos que la pequeña tenía; y, como era de esperarse, al momento en que iris comenzó a bailar los objetos a su alrededor comenzaron a ser encantados y moverse también al ritmo de la música.

Sin embargo, como estaban en una plaza con nada más cerca que la fuente, fue el agua la que comenzó a moverse y a salpicar, girar y dibujar figuras en el aire de forma maravillosa que acompañaban a Iris en su baile, quien, al estar también disfrutando tanto de la música, no notaba nada.

Las personas que pasaban por la plaza en ese momento experimentaban una gran variedad de emociones. Algunos sentían terror y se alejaban lo más posible del lugar, otros sentían gran curiosidad y admiración que se olvidaban de la prisa que llevaban y contemplaban aquel espectáculo único y maravilloso. Otros tantos, se quedaban tan impactados de lo que estaba sucediendo que no podían evitar correr a contarle a todo el mundo lo que estaba sucediendo.

[11:16 p. m., 26/6/2020] Emmanuel: Poco a poco todas las personas del pueblo se fueron acercando al lugar donde los dos pequeños se encontraban dando tal actuación, todos estaban tan maravillados del espectáculo que hacían hasta que el grito de una mujer interrumpió a los dos pequeños.




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