Los Demonios Mentales (libro 1)

Capítulo 15

Capítulo 15                                  

 

“Primera salida”

 

—Seria genial que vengan los dos al bar mañana para ver a la banda—Dijo David.

Me encontraba sentado al lado de Jayden mientras lo miraba con una leve sonrisa y tenía mi guitarra apoyada en mis piernas.

— A nosotros también nos gustaría —Dijo Jayden con mucho entusiasmo y una sonrisa luminosa.

Lo observé, pero enseguida desvié la mirada y asentí.

— ¿Siempre va mucha gente? —Pregunté.

—Si la gente siempre va, siempre hay bastante, la cosa es que no se si les está gustando lo que tocamos o no —Sonrió David.

Ni puedo imaginarme esa incomodidad, cuando empiezan a tocar la primera canción, sin saber si vas a ser bienvenido.

— ¿No les da muchos nervios? —Dejé mi guitarra en el suelo.

—Al principio si, después ya entramos en calor y nos relajamos —Continuó diciendo —Además es cuestión de tiempo.

— ¡Yo quiero ir a verlos! —Levantó la voz mi compañero al lado.

Me sorprendió escucharlo tan fuerte porque creo que me asustó un poco. Pero Jayden era así, enérgico, siempre con una sonrisa, siempre con energía y con humor.

— ¿Vendrás? —Preguntó el profesor con una gran sonrisa.

—Claro, no tengo ningún problema.

Sí, porque era una persona normal, no como el raro de todos los tiempos que tenía al lado que no podía asistir…

—Entonces ya tenemos a alguien confirmado —Dijo el profesor con una sonrisa y luego llevo su mirada hacia mí, que estaba sentado mirando su conversación.

— ¿Tu, Yannick?

—No lo sé— Dije —No creo.

Hubo un silencio por varios segundos.

—Oh, te voy a extrañar.

—Gracias.

Jayden me miró angustiado, pero no dijo nada y seguimos con la clase de hoy, que me ayudaba mucho porque cada día iba descubriendo cada parte de la maravillosa guitarra.

Lo del bar… tendría que dejarlo, mi intención era asistir es más lo había tomado como situación decidida, pero no va a poder ser de esa manera, muchos obstáculos se me presentan.  

 

Estaba caminando de vuelta a mi casa con Jayden. Él estaba con una sonrisa y yo como siempre…serio.

— ¿No eres de sonreír mucho, verdad? —Me preguntó.

—No.

—Se nota.

No tenía motivos para sonreír… El quizás que sí, claro, porque éramos dos personas totalmente diferentes.

Jayden era un chico con una mente diferente a la mía, y me hubiera gustado nacer con esa mente… eso significaba que no me importarían las cosas, pero soy demasiado sensible para poder aguantar eso, las personas fuertes pueden hacerlo, soy débil como me veo.

Además la mente es muy poderosa.

La mente es todo.

Por ejemplo a mí me pasan muchas situaciones que me hacen confirmarlo… Y si estas enfermo de la cabeza, refiriéndome a la psicológico, no puedes curarlo ni hacerlo que se vaya.

Yo estaba depresivo, sin motivación a seguir despertándome y vivir un día de mierda como los que estaba teniendo ahora. Empezando por una hermosa situación que la estoy viviendo recientemente. Ahora cada vez que tenía que ir a clases de guitarra, abría la ventana y salía por ahí y no por la puerta principal, como alguien normal.

Hace dos días seguidos que no salía a la cocina, que no salía para estudiar y no me presentaba a las clases de la mañana, ya ni siquiera me importaba mi educación. Mi madre a veces me llamaba pero no respondía.

Creí que para estos dos días seguidos se me iba a pasar ese vacío, ese enojo que sentí al ver esa carta tétrica, pero ya había pasado dos días y no había síntomas de mejora, es más cuando estaba acostado en mi cama, pensaba más en la mentira grandísima que me hicieron y más me enojaba.

Ni hablar del hambre que tengo. Sed no, porque tomo agua de la canilla de mi baño, así que de eso estoy a salvo.

— ¿Hay algo que me quieras contar? —Preguntó Jayden.

—No.

—Eres muy callado.

—Perdón —Le dije disculpándome para no parecerle aburrido y que me abandone —Si te digo que eres la primera persona que se acercó a hablarme, por eso es tan difícil, hablar.

Dejó de caminar y puso su rostro con la expresión de: confusión, porque a cualquiera que le diría eso le parecería muy loco, pero era la pura y triste verdad.

— Yannick ¿es verdad?

—Claro que lo es —Tragué saliva y me miró con una leve sonrisa.

Sus ojos verdes estaban asombrados y yo estaba parado tensamente mientras mis emociones encontraban, la vergüenza y la preocupación de terminar asustándolo por completo.



#11875 en Joven Adulto
#12255 en Thriller
#5002 en Suspenso

En el texto hay: demonios, depresion, drama

Editado: 23.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.