Los deseos de la luna

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Recorrí su rostro con cuidado, las facciones duras y masculinas, labios carnosos y ese color rosado que ahora teñía sus mejillas, sonreí al pensar en que se había sonrojado solo porque le había dicho que era lindo

ILENA

—eso no importa es mi mate, nuestro mate, nos pertenece— guardé silencio — que es lo que pretendes? ¿Planeas rechazarlo? — volví a quedarme callada — ILENA, RESPONDEME— exigió.

—luego, Luna— dije cortando nuestro vínculo -Buenas noches, soy Ilena, un gusto- saludé y extendí mi mano.

—Tom, el gusto es mío— dijo estrechando mi mano. En el momento en que su piel entró en contacto con la mía una corriente eléctrica subió por mi espina dorsal— pasa por favor —dijo haciéndose a un lado para que pueda entrar.

—gracias, permiso— entre a la casa.

Las paredes tenían colores claros, los sillones eran blancos y los muebles de madera le daban un toque rústico a esta. Inhale profundamente el aire dentro de la habitación, su olor se coló en mis fosas nasales, mi piel se erizó y mi corazón latió de forma inhumana.

Los golpes en la puerta me hicieron levantar del sillón, camine hacia ella, le quite el seguro y la abrí, mis ojos se encontraron tal vez con la mujer más linda que en mi vida hubiera visto, mi corazón palpito acelerado

TOM

Los golpes en la puerta me hicieron levantar del sillón, camine hacia ella, le quite el seguro y la abrí, mis ojos se encontraron tal vez con la mujer más linda que en mi vida hubiera visto, mi corazón palpito acelerado.

Era alta, su piel era muy blanca tanto que parecía ser de porcelana, su pelo era largo llegándole hasta las caderas de un hermoso tono rojizo, llevaba flequillo que le llegaba hasta las cejas del mismo color que su pelo, este hacía que su cara se viera muy tierna, sus labios eran rosados, desprendía un aroma a frutos rojos y tenía unos maravillosos ojos color verde Lima que parecían de fantasía.

Me quedé ahí observándola un rato en completo silencio asegurándome de que lo que veía en ella era real, parecía estar en plena batalla interna, no parecía dispuesta a hablar hasta que finalmente lo hizo.

-Buenas noches, soy Ilena, un gusto- saludo ella y extendió su mano para que la estrechara.

-Tom, el gusto es mío- dije estrechando su mano, era suave, muy suave y cálida he hizo que mi cuerpo temblara emocionado- pasa por favor- me hice a un lado para que entrará.

-gracias, permiso - dijo ingresando, note como ella aspiraba profundamente y retenía el aire en sus pulmones para después soltarlo. Se volteo para mirarme y hablo.

-entonces cuéntame ¿en que necesitas mi ayuda?

-ah, sí, déjame mostrarte- dije y la guie a la parte de atrás de la casa- por ahora he estado usando este generador-dije abriendo la puerta del cobertizo del jardín donde trabajaba ruidosamente el viejo generador. encendí la luz del cobertizo, pero no ilumino demasiado.

ella saco una linterna del bolsillo de su chaqueta y se agachó para mirar el motor de este

- cuando llegaste? - preguntó.

-anoche.

-lleva encendido desde entonces?

-no lo prendí una hora antes de llamarte -apagó su linterna

- pues déjame decirte que esta cosa está a punto de explotar, ya estaba en la casa cuando la compraste?.

-sí, ya estaba.

-no creo que te sirva mucho tiempo, de hecho a duras penas lo está haciendo ahora.

-que me recomiendas? - dije cruzándome de brazos.

-bueno, podrías comprar otro generador pero la mayoría solo te dan 6 horas de energía y requieren mucho mantenimiento o podrías mandar a instalar paneles solares pero estos no son tan baratos que digamos y llevan su procesó.

-me lo pensaré

-bien, necesitas algo más?

-no eso era todo, vamos te acompañó a la puerta.

-de acuerdo, gracias.

-no es nada- nos dirigimos a la puerta- te llamaré cuando me decida.

-no tardes mucho, tu amigo ahí atrás no creo que aguante mucho tiempo, te recomendaría que lo apagues de vez en cuando, solo por seguridad- dijo ella regalando me una sonrisa amistosa dejando ver su linda dentadura blanca.

-lo tendré en cuenta, fue un placer, Ilena- dije pasándole la mano y ella la estrecho dándome de nuevo esa extraña sensación que aceleró mi corazón.

-igualmente, Tom que tengas una buena noche - dijo dando media vuelta para caminar, debería Acompañarla, es muy tarde después de todo.

-ILENA! - grité para llamar su atención, cosa que logré e hice que se diera vuelta para mirarme- déjame acompañarte, es tarde y no deberías andar sola tan tarde.

-no hace falta.

-vamos, insisto, por favor- rogué- para mantener mi consciencia limpia- ella formó una línea con sus labios, bajo la cabeza y suspiro bajo mi mirada expectante.

-está bien -dijo arrastrando las palabras -pero deberías apagar ese generador, no vaya a ser que explote mientras no estas y se incendie tu casa y tu ensucies mi consciencia.

Sonreí victorioso- voy, Espérame aquí no te muevas- dije para luego correr hacia el cobertizo, la escuché reír, apagué el generador y volví a la entrada, tomé un abrigo más grueso, salí y le puse el seguro a la puerta.




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