ILENA.
Me removí buscando acomodarme mejor en aquella mullida cama, mi cuerpo adolorido me hizo detenerme y solté un quejido; cada articulación y músculos me dolían.
Se levantó con cuidado, su mente estaba muy cansada como para abrir el vínculo entre ella y los chicos, así que caminó encorvada hacia adelante por el dolor de su organismo.
Se acercó a la puerta, reunió la poca fuerza que tenía y dio tres débiles golpes en esta.
-chicos - dijo en un susurro apenas audible, su garganta ardía como si hubiese tragado fuego.
Nadie la escuchó, al parecer la casa estaba vacía, emprendió de nuevo el camino hacia el calor de la cama pero en medio de su trayecto sus piernas flaquearon y ella cayó de boca al piso; el sabor metálico de la sangre no se hizo esperar causándole unas terribles ganas de vomitar, en otros tiempos este no le molestaría pero ahora que sus sentidos estaban a flor de piel, alertas por el peligro que sentían al estar así de débil le resultaba la cosa más desagradable del mundo. Respiró hondo y juntó sus fuerzas para llevar su cuerpo a aquella blanda superficie.
Se acomodó lo mejor que pudo, soltó un suspiro y cerró los ojos, lo mejor ahora era dormir para recuperar toda su fuerza perdida.
-esta hirviendo en fiebre - escuché sintiendo una mano en mi frente.
-es una mujer lobo, syr, es normal que su piel esté caliente.
-dame el termómetro de una vez, ¿quieres? - Sentí como acomodaba el vidrio frío en mi axila -crees que nos pasamos con el sedante? -preguno el menor preocupado.
-no lo creo, fue ella quien preparo las jeringas -dijo tranquilizandolo.
minutos después syrma quitaba el termómetro y decía -47,5 tiene fiebre.
- no sabemos si ha terminado su celo, no podemos sacarla todavía.
-ya terminó -dije acomodándome mejor y ellos retrocedieron por instinto.
-entonces háblanos por el vínculo.
- crees que con fiebre y así de débil lo voy a poder hacer, imbecil? -lesath me miró incrédulo mientras yo lo miraba como si fuera tonto
-no vamos a dejarla salir -dijo con tono firme, yo solté un suspiro y me dejé caer en la cama cerrando los ojos.
-pero, les, tenemos que bajarle la fiebre, ella necesita los tónicos, y nosotros no sabemos como se preparan.
-le podemos traer aquí lo que necesite.
Mientras ellos se discutían yo pensaba en mis planes al salir de aquí, lo primero que haría sería preparar un tónico vigorisante para recuperar mi fuerza, lo segundo que haría era terminar esa cosa para pasar mi próximo celo de la forma más sana posible y lo tercero y más importante era reunirme con mi mate.
- no la vamos a dejar salir - dijo lesath arrastrando las palabras.
-pero...
-dejen de discutir y quitenme de aquí -la poca energía que había reunido se agotó, la luz de la habitación me segó, sentí como si desfalleciera y me sentí más débil que nunca.
-lena? -dijo syrma acercándose a mi preocupado -porqué nunca me haces caso cuando te digo algo -dijo dando un manotazo en la nuca de lesath -ayúdame a levantarla, lobo estúpido.
Mis pies tocaron el suelo pero no tuvieron la fuerza para sostenerme por lo que el pelinegro tuvo que cargarme
Subimos las escaleras hasta el piso superior y en el pasillo los detuve.
-al ático, llevénme al ático.
-como la vamos a subir -le pregunto syrma a lesath.
-me subo yo primero y la ayudo a subir. Sostenla -pasé del los brazos de lesath a los de syrma para que el mayor pudiera subir - ven - dijo agarrarme de los brazos para subirme, a mis espaldas syrma me sostenía para que no me cayera.
Por fin en el ático el olor a hiervas y otros ingredientes me recibió.
Estanterías llenas de diferentes tipos de cosas llenaban las paredes libros, hojas, tayos y raíces, piedras de diferentes colores y tipos, también habían partes de animales, viales y calderos. Era una cueva de bruja, con materiales bastante básicos y en esta tenia las cosas necesarias como para preparar tónicos simples o inhibidores para el veneno de lobo.
Me acerque a la mesada, encendí fuego y coloqué un caldero sobre este.
-tónico vigorisante -dije para mi misma, hace mucho tiempo que no utilizaba uno de estos. recordaba la receta, su madre se había asegurado de que la aprendiera de memoria y vaya que lo utilizo mucho cuando era una cachorra que apenas estaba aprendiendo como transformarse.
Sus manos se movían como si tuvieran vida propia cortando y moliendo ingredientes que los chicos le acercaban
- me pasas esa piedra celeste con líneas marrones -dije apuntando uno de los frasco en una estantería lejana -la mueles por mi, necesito un polvo fino.
-esta bien.
-debes tener cuidado porque si un poco de tu polvo se cae vas a tener que empezar de nuevo.
- en ese caso -dijo syrma -lo haré yo.
-esta bien los hago yo -dijo el pelinegro.
-lo haré yo porque tu eres muy bruto, quitate -lesath lo miro indignado.
-dije que lo voy a hacer yo, tenme confianza, quieres?.
-no, lesath tu eres muy brusco y lo vas a derramar y vamos a tardar tres siglos antes de tener el condenado polvo.
-pero..
-quieren no discutir ahora, necesito tener paciencia para esto por que si no se va a cortar y voy a tener que empezar de nuevo. Lo siento, les pero necesito delicadeza para eso.
-ves, ahora quitate que estorbas - le dijo el menor empujándolo.
- ¡lena! -dijo acusando a su mate.
-basta los dos, dame eso syrma, yo lo hago.
-pero... ¡aish! -se quejo -ves lo que haces -dijo dandole un manotazo en la nuca al mayor.
-¡no me pegues! -se quejó.
-¡basta!, abajo los dos.
Ambos me miraron enojados, luego se dedicaron miradas asesinas y se dirigieron a las escaleras para salir del ático.
-baja primero -dijo el mayor.
-no voy a hacerlo solo porque tu me lo dices -dijo el menor cruzándose de brazos -baja tu primero -dijo con tono demandante.
-no voy a..
-QUIEREN BAJAR DE UNA VEZ, POR FAVOR, GRACIAS.
-no es necesario que grites -dijeron a la vez.
-baja primero syrma - pidió el mayor.
-no quiero.
-solo baja, lesath por el amor a la luna, solo baja -pedí yo más calmada, una vez que los chicos habían bajado volví a dirigir mi mirada al caldero para descubrir que el tónico se había cortado -mierda -maldije y boté a la basura el brebaje para volver a empezar