Los deseos de la luna

23

ILENA

-te libero yo de mi presencia- el piso duro recibió mi rostro con rudeza, me sentía mareada como si estuviera flotando en el mar, mis ojos se llenaron de motas negras y las luces a mi alrededor se apagaron dejándome a oscuras.
-¡LENA!- una fuerte sacudida me despertó -abre los ojos, por favor- dijo una voz desesperada -reaccióna, por favor -abrí los ojos desorientada.

-syr- murmuré. escuche un suspiro de alivio en un rincón de la habitación -¿que pasa?- dije mirándolo con atención, su rostro pálido, cubierto de sudor y lágrimas.

el estaba arrodillado a mi lado con el rostro surcado de lágrimas, lesath nos daba la espalda con la frente pegada a la pared y dejaba escapar pequeños sollozos , mientras que yo seguía tendida en el piso con un fuerte dolor en el tórax y en la cabeza.

-no respirabas -contesto syrma hipando - trate de reanimarte, yo creí... ,creí...,creí que te habíamos perdido -dijo rompiéndo a llorar, me incorporé en mi lugar.

-shh -dije mientras lo abrazaba y lo mecía cual niño -lo siento, lo siento, no creí que me fuera a quitar tanta fuerza, lo siento chicos -dije al borde de las lágrimas 
 

SYRMA 

la puerta se cerro detrás de nosotros, con paso apresurado caminamos hasta el inicio del bosque.

-estás listo?-preguntó mi mate a lo que yo asentí -bien -dijo y con un serillo quemó la pequeña hoja amarillenta y siguiendo las instrucciones de nuestra Alpha nos transformamos y pacientes esperamos que la hoja se consumiera, el humo se acumulo sobre el cumulo de cenizas, instintivamente olfateé reconociendo el aroma del humo. 

en un abrir y cerrar de ojos el humo empezó a moverse a gran velocidad y nosotros corrimos tras el, sentía el viento agitar nuestro pelaje, escuché las ramas partiéndose bajo nuestras patas, todo pasaba a gran velocidad, corrimos y corrimos por un largo rato y entonces escuchamos aullidos a nuestro alrededor, el mensaje era claro: nos estábamos adentrando a un territorio ajeno y eso no les gustaba.

-sigue, yo hablaré con ellos -le dije a mi mate.

-ten cuidado -ordenó el.

-Lo tendré -informé y luego tomamos caminos separados, el siguió el rastro del humo y yo me dirigí a la manada. Aullé en respuesta a sus advertencias reclamando que me escucharan. Un lobo café apareció frente a mi obligándome a parar. Por su olor supe que era el delta.

-que buscas en nuestro territorio, omega.

-vengo a buscar lo que la alpha Ilena dejo en territorio de tu alpha.

-no se nos informó que Ilena volvió a su manada - gruñó el lobo -mi alpha le dio asilo y así es como esa ramera se lo paga -dijo avansando amenazadoramente -y para acabar manda a un omega y a su mate para recoger su porquería de bruja a nuestro territorio como si ella fuera la dueña - salte hacia adelante gruñiendole y enseñándole los dientes 

-lávate la boca para hablar de nuestra alpha, escoria. Ella no volvió a su antigua manada, ella nos acogió como sus protegidos, y ella no tiene que informarte nada a ti -el gruñó en respuesta y siguió avanzando.

-deberías cuidar tu boca, omega, estás en mi territorio y puedo tomar tus palabras como una ofensa hacia mí.

-este es mi territorio, Samuel y tu no puedes atacar a alguien sin mi permiso -habló alguien a mis espaldas, el olor intenso y empalagoso se coló por mis fosas nasales.

-alpha -dijo el lobo inclinándose. El hombre alto y músculoso avanzó hacia mi mirándome con curiosidad.

-¿como se encuentra tu alpha, omega? -dijo plantandose frente a mi. me incliné en señal de respeto.

-alpha mágnus. Ella está bien, nos aguarda en casa -informé.

-me imagino que todavía no le dijo nada al hombre respecto a ella.

-no, no lo ha hecho.

-como está el vínculo con su loba entonces? -preguntó -ella me lo contó -dijo al verme reacio a responder su pregunta.

-usted sabrá que para los de su clase no es fácil pasar el celo sin su mate, alpha.

-como es lógico -respondió.

-alpha, quería pedirle permiso para pasar por sus tierras para buscar lo que ella dejó aquí -dije apremiándolo para seguir con mi camino 

- ah, si por supuesto, no te retengo más -dijo con tranquilidad- adelante -dijo haciendo una señal con el brazo -pero si causan problemas uno de los dos tendré que actuar y por cierto omega, no deberías ser tan bocón con un lobo que te supera en tamaño como un delta.

- con todo el respeto, alpha mágnus, he salido airoso en peleas con lobos más grandes que su delta en el pasado, permiso -dije arrastrando las palabras, el asintió con una sonrisa en el rostro y yo pasé a su lado para seguir el rastro del humo.

Corrí a gran velocidad, sentí los olores del alpha y el delta alejarse cada vez más, seguí el olor del humo hasta que logré distinguirlo a la distancia pero no veía a lesath por ningún lado. El humo trazaba figuras irregulares en el aire pero cuando llegué hasta el este se esfumó como si nunca hubiera estado ahí, me acerque hasta donde el humo había estado antes, era un árbol muerto, como las ramas podridas y huecos en el tronco. Volví a mi forma humana, mis fosas nasales se llenaron de un olor metálico tan familiar, me acerque al viejo árbol con paso desconfiado. Metí el brazo en uno de los huecos y cuando las yemas de mis dedos se encontraron con la gema fría el árbol se volvió polvo y desapareció en el aire.

Contemplé la gema escarlata a la que mis dedos se habían aferrado, estaba helada como un trozo de hielo y desprendía un nauseabundo aroma a sangre y carne podrida, arrugué la nariz por inercia y metí la piedra en un pequeño saco de cuero para protegerlo se los rayos del sol.




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