Los deseos de la luna

25


TOM.


Mis ojos vagabundeaban en la habitación, estaba recostado en la cama con las manos entrelazadas sobre mi abdomen, la oscuridad ingresaba lentamente por las cortinas y la habitación se iba quedando de apoco en penumbras, sin mentir les había dejado 20 mensajes a cada uno pero ni el castaño ni el pelinegro habían dado señales de vida, lena por su parte tenía el teléfono apagado desde que desapareció.

Bostecé, me puse de costado y fijé mi mirada en un punto fijo en la pared, cerré los ojos dejándome vencer por el cansancio.

Gritos, gritos desgarradores y cargados de dolor, eran los gritos de la mujer que me quitaba el aliento, podía verla a la distancia retorciéndose de dolor, su rostro cubierto de lágrimas y sudor. Detrás de ella había alguien, una sombra, quien parecía estar tratando de pegarle algo a la espalda, quería avanzar hacia ella pero mis pies no se movían, poco  tiempo después la mujer   dejó de ser eso y  pasó a  ser un enorme lobo rojo.

nuestras miradas se conectaron, sus orejas  se  arquearon  hacia atrás, y con la   cabeza agacha se acercó a mi, yo la imité extendiendo la mano dudoso, mis dedos tocaron su sedoso pelaje.

-ansío el día en que pueda tenerte entre mis brazos, luna de mi vida.

Las vibraciones del teléfono me despertaron.

-hey, siento no haberte respondido, le estaba dando cariño a syrma, ya sabes a lo que me refiero.

-que energía murmuré.
-deberías dejarlo descansar un poco, a este paso lo dejarás inválido.

-ese es el plan, princesa. Nos vemos mañana para beber? Lena vuelve en tres días, su viaje se alargó, pescó un resfriado.

-nos vemos mañana, buenas noches. Dile a lena que ya la extraño.

Apague el celular (¿no me podía haber avisado ella?) negué con la cabeza (seguro no tiene fuerzas) suspiré (¿pero como se enteraron lesath y syrma?) Cubrí mi cabeza con una almohada (les habrá avisado la amiga. Dios Tom ¿que diablos sucede contigo?).

Me levanté de la cama, me quité las prendas y me metí a bañar, en mi mente volvieron aquellas palabras.

-yo también ansío tenerte entre mis brazos -murmuré, sentía las gotas tibias caer en mi espalda, sentía la cabeza abombada, su rostro me acosaba incluso despierto.


SYRMA.


Bostece, dirigí una mirada a la pelirroja, cerré el viejo libro en mis manos, me estiré en la silla y me puse de pie.

Camine hasta la acogedora cocina de la cabaña que era más grande por dentro de lo que parecía "es un hechizo sencillo, agranda los espacios sin que se perciba desde otra perspectiva, hechizo de expansión indetectable le llama J.K Rowling" sonreí ante la comparación de la bruja.

-no soy una bruja, cielo -di un respingo, ni siquiera me había dado cuenta de que la mujer estaba en la habitación

Ella estaba recargada cerca del lavaplatos con la vista en su teléfono y un bowl flotaba a su alrededor mientras su contenido era batido por un globo a gran velocidad.

-estoy haciendo bizcocho de chocolate. Donde esta tu atractivo mate, cielo?

-salió a estirar las patas.

-al parecer le gusta mi bosque.

-si, mencionó que vio especies de conejo que no sabía que existían, dijo que uno se desapareció frente a su  nariz.

-más le vale que no este pensando en cazarlo porque se va meter en problemas.

-le advertí que no lo hiciera -ella levantó la mirada y sonrió.

-café, cariño?

-si, por favor.

-haz estado toda la noche vigilandola, verdad.

-tenía miedo de que dejara de respirar.

-Ella ya no corre riesgo, solo necesita descansar, perdió mucha fuerza pero su vida ya no está en riesgo.

-quería cerciorarme -la morena puso una taza de café humeante frente a mi -por cierto, si no eres una bruja, que eres?

-una elemental.

-Que?! -dije sorprendido -Crei que eran leyenda.

-oh no, no lo somos, solo existimos muy pocos, no muchos dioses están dispuestos a dejar las comodidades del plano celestial.

-entonces eres una deidad?

-no, ya no lo soy, dejé atrás todo eso.

-pero tus poderes...

-no tengo los que tenía antes pero aun los tengo.

-ella solo es modesta -volteé tan rápido que el cuello me crugio

Lena apoyaba su peso sobre el marco de la puerta, su rostro recuperaba el color lentamente, sonreía débilmente y caminó con dificultad hasta nosotros, la ayudé a sentarse.

-como te sientes, lena? -dije mientras le acomodaba el cabello despeinado.

-mucho mejor, puedo tener una de esas tazas de café?

-claro, roja -una taza flotó hasta ella completamente vacía pero cuando se posó en la mesa se lleno del líquido marrón.

-gracias, Bels.

-Parece que el bizcocho ya esta, les apetece una porción?

-sí, por favor.

-la magia es maravillosa -dije al ver la masa cruda, cocinarse al tocar los platos,  sobre los trozos esponjosos y suaves crecieron bolas de helado de crema.

-si que lo es -concordó lena mientras metía una cucharada del bizcocho en su boca - donde está lesath, syr.

-esta en el bos- antes de que terminara la oración la voz de mi mate se escucho en la puerta principal.

-Hola, ya llegué -su vista se fijo en mi para luego dirigirse a la pelirroja -¡lena!- dijo mientras saltaba sobre ella para abrazarla.

-ay, lesath, no aprietes tan fuerte -el pelinegro se apartó de ella.

-lo siento, como te sientes?.

-mejor, cansada pero mejor.

Lena se recupero rápidamente durante el día, pero todavía necesitaba recargar energías, ella y belsabed estaban sentadas en el pórtico de la cabaña, lesath tomaba una ducha mientras yo leía en la cocina. La pantalla de mi celular se encendió, Tom no había parado de escribir, sentí un peso sobre mi cabeza.

-en que piensas? -pregunto mi mate.

-en Tom y en que mañana no pedimos permiso para faltar al trabajo.




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