Los deseos de la luna

31

ILENA.



Abrí los ojos, sentía el cuerpo pesado, estaba desorientada y no tenía idea de donde me encontraba. 

Me incorporé en la cama, recorrí la habitación con la mirada y la reconocí de inmediato. Me pregunté cuánto tiempo llevaba encerrada, la puerta chilló llamando mi atención. Bels cruzaba por el umbral con una bandeja en manos y caminó hasta mí.

—como te sientes? —preguntó.

—pues no tengo la urgencia de saltar sobre ti y follarte o degollarte, supongo que eso se traduce como bien —la morena sonrió 

—si, se podría traducir de esa manera —dijo dejando la bandeja sobre la mesita de noche. Una de sus manos se apoyó en mi frente mientras sus ojos se cerraban y sentí su magia recorrer mi ser entero — al parecer todo está en orden — Colocó la bandeja en mi regazo —tienes que comer. 

Engullí la comida sin pensarlo dos veces, hasta ese momento no había notado lo hambrienta que estaba, tenía tanta hambre que parecía no haber comido en días. Me pregunté si solo habían pasado unas pocas horas desde lo último que recordaba o en realidad acababa de despertar de mi celo, descarte esa idea de inmediato, si ese fuera el caso dudaba que siquiera me encontrara de humor para oler la comida, pero entonces ¿por qué me sentía tan hambrienta?

—es un efecto secundario —explicó la morena —por el cambio drástico en las hormonas.

Comí hasta vaciar la bandeja, sin embargo, aún no me sentía satisfecha. Salimos de la habitación, nos dirigimos al living donde se encontraban los chicos quienes se levantaron al verme entrar y se acercaron a mí.

—como te sientes, Lena? —preguntó la vocecita de Syrma.

—bien, cariño, solo un poco cansada —le respondí acariciándole la cabeza.

Bels me contó que había ocurrido en nuestro encuentro y no me sorprendió que haya terminado de boca en el suelo.

—si, bueno, algunos la pasaron mejor que otros, verdad, chicos —pregunto bels mirando hacia la pareja, mi mirada cayó sobre ellos, mi mente había aprendido a ignorar sus olores, ya que era bastante normal que dos mates jóvenes fueran sexualmente activos, pero la morena no perdía la oportunidad de incordiarlos. 

Una nueva discusión estalló entre bels y lesath. Syrma y yo intercambiamos miradas, en la cara del menor aún quedaba el color rosado de la vergüenza, ambos nos sonreímos.

—si me disculpan iré a recostarme un rato, estoy agotada —dije más para Syr que para los otros dos que no parecían haberse dado cuenta de que me había levantado de mi lugar.

Camine hasta las escaleras y en cuanto pisé el primer peldaño el olor a menta con azúcar quemada llego a mi nariz. Me apresuré a subir las escaleras cuando escuché que llamó la puerta, cuando llegué a mi habitación él ya estaba dentro de la casa, me encerré en ella y exhale el aire que sin darme cuenta había estado reteniendo.
— que la diosa lo salve de entrar a esta habitación — murmure, porque lo devoraría vivo si lo hicieran.

Mis instintos estaban a flor de piel haciéndome sentía cada partícula en el aire moverse, mis vellos se erizaron cuando escucho sus pasos subir por las escaleras a ritmo acelerado, escuché a los chicos llamar su nombre tratando de evitar que subiera. Maldije corriendo al baño, en cuanto cerré la puerta del baño la de la habitación se abrió. 

—Lena —lo escuché llamar, maldije en voz baja. 

mierda, quería tirármele encima — suspiré y respondí — en el baño. Lo escuché pasearse por la habitación todo el tiempo que estuve encerrada. —enserió, iba a esperar a que salga. sí, es cachorro lo haría — Escuche como se sentaba sobre la cama. Suspiré y reuní fuerzas para salir de mi encierro.


 

¡Hola! Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que dejé una nota, pero está vez si tengo cosas importantes que decir. Desde ya hace un tiempo he estado pensando en cambiar el nombre de esta historia, ya que no he pensado mucho en la trama y en el futuro de esta, es más se podría decir que con cada capítulo me he dejado llevar por la situación y para mi sorpresa ya no creo que el nombre que lleva sea adecuado para esta, entonces posiblemente para el próximo capítulo tanto el nombre como la portada cambien.

Con amor
Lacerta




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