Los deseos de la luna

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cuando decidimos levantarnos el sol ya había empezado a esconderse, Tom quien hasta entonces seguía debajo mío aun desnudo, se dirigió al baño cohibido por encontrarse así, segundos después se escuchó el correr del agua

cuando decidimos levantarnos el sol ya había empezado a esconderse, Tom quien hasta entonces seguía debajo mío aun desnudo, se dirigió al baño cohibido por encontrarse así, segundos después se escuchó el correr del agua.

estire mi cuerpo al levantarme y camine hasta mi armario, me pare frente a este unos minutos pensando a que había ido hasta ahí. mi cabeza seguía dando vueltas, lo que había pasado aún seguía en mi mente y por más que trataba de alejar esos pensamientos de mi mente me resultaba imposible, ya que su rostro de placer volvía a acosarme.

salí de mi trace cuando escuche el grifo de la ducha cerrarse, escogí rápidamente lo que usaría esa noche y espere que el  rubio saliera del baño. no iba a negar que aún me desagradaba la idea de tener que ir a esa fiesta, sobre todo porque la manada del risco nunca fue de mi especial agrado.

dirigí mi mirada hacia la puerta del baño en cuanto esta se abrió, observe al rubio parado en el umbral de la puerto, este quien parecía no saber a dónde dirigirse trataba de cubrir su cuerpo lo mayor posible con la toalla para huir de mi mirada.

—qué pasa? si no te conociera diría que estas tratando de escapar de aquí — dije con tono irónico —no te estarás arrepintiendo verdad? — el simplemente guardo silencio. no iba a mentir su repentino cambio de aptitud no me agradaba para nada. camine hacia él y este instintivamente se movió. deje salir una risa incrédula y me encerré en el baño.

¿ y a este qué demonios le pasaba? Pensé mientras me metía bajo el chorro de la ducha, me duche sin prisa tratando de alejar las preguntas y mis inseguridades de la mente. cuando salí el ya no se encontraba en la habitación, en cambio Bels se encontraba ahí, ambas nos miramos sin decir nada, suspire y me dispuse a relatarle lo sucedido mientras me vestía.

—no importa de qué especie sean todos son igual de imbéciles —determino ella.

—no digas eso, no todos son iguales.

—lena, en tu vida conociste a alguno que realmente sepa lo que quiere, porque yo en mis largos años de vida no lo he hecho.

—crees que se por qué no sabe lo que quiere?

—yo que se, no los entiendo —ambas suspiramos.

—creo que deberíamos bajar.

—deberíamos —afirmo

mire a Bels mientras bajábamos , ahora que lo pensaba yo nunca la había visto tratando de ser feliz a lado de alguien, yo sabía que ella tenía sus líos casuales pero ninguno había pasado de eso, de hecho ella nunca se mostró realmente interesada en ellos, me pregunte si ella alguna vez tuvo a alguien, ella nunca hablo conmigo de su pasado lo único que sabía de ella es que era una elemental y que había vivido muchos siglos, de hecho mis primeros recuerdos son siendo arrullada entre sus brazos de recién nacida, ella había estado presente durante toda mi vida, incluso fue ella la única que se había tomado la molestia de buscarme cuando me fui de la manada.

deje a mi mente vagar entre mis recuerdos, mi primer recuerdo era mirar a mi madre y a Bels paradas a los pies de mi cuna. la pelinegra miro a mi madre y dijo.

 es preciosa, Natis. me permites cargarla?

por supuesto —dijo sonriéndole. la pelinegra se acercó a mí y con mucho cuidado me levanto de la cuna, me arrullo entre sus brazos cantando una bella nana.

ya has elegido un nombre para ella?

aun no, pero he pensado en algunos, la verdad hay uno en específico que me gusta mucho.  recuerdas aquel nombre que solías usar en el pueblo en el que vivías? —Bels la miro ilusionada.

Ilena?

ese mismo, pero aun debo consultarlo con el Alpha, ambos dijimos que lo elegiríamos juntos.

ese nombre me parece maravilloso —hablo mi padre desde la puerta, él se acercó a nosotras, le dio un beso en la cabeza a la morena — permíteme a mi hija —dijo cargándome, camino hacia mi mamá, le dio un casto beso en los labios y luego me dirigió una mirada cargada de amor —hola lenita —dijo acariciándome las mejillas.

—en que tanto piensas, roja?

—en nada en particular —mentí, sin darme cuenta ya estábamos caminando entre un grupo masivo de gente hacia el corazón del bosque, los chicos se había perdido entre la multitud dejándonos a ambas solas — estaba recordando el día en que eligieron mi nombre —la morena sonrió con nostalgia.

—quien diría que ha pasado tanto tiempo de eso. en ese entonces tú eras un encanto, ahora para mi es un misterio como logro soportarte.

—estás hablando tonterías.

cuando llegamos al lugar quedamos maravilladas con la decoración, habían lucecitas repartidas por ahí que iluminaban lo suficiente para ver en donde caminábamos, al dj se le había armado una tarima, una barra de tragos y ya había gente bailando. Bels me estiro hacia el centro invitando me a bailar y yo me deje guía por ella. 

los chicos quienes no daban señales de estar por algún lado aparecieron de repente a lado nuestro y empezaron a moverse a nuestro ritmo. syrma quien al parecer estuvo de chismoso miraba con mala cara al rubio cada que traba de acercarse a mí, Lesath quien pareció darse cuenta de lo que estaba ocurriendo traba de dar pase libre a Tom, Bels estaba completamente en su mundo bailando al ritmo de la canción y yo por mi parte me hacia la loca mientras fingía no saber lo que ocurría. unos minutos después Tom aprovechando un descuido del castaño en el que Lesath lo estaba besando  me había tomado de las manos y me guiaba hasta un lugar más tranquilo y solitario.




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