Los deseos de la luna

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cuando decidimos levantarnos el sol ya había empezado a esconderse, Tom quien hasta entonces seguía debajo mío aun desnudo, se dirigió al baño cohibido por encontrarse así, segundos después se escuchó el correr del agua

las semanas habían pasado rápidamente luego de la fiesta, extrañamente el clima no había sido el cálido soleado primaveral esperado y por el contrario un incesante temporal había azotado la región; habían sido semanas y semanas de tormentas con granizada o tormentas eléctricas, sin una pizca de luz solar muchas casas habían quedado sin energía eléctrica solo algunos negocios y casas tenían generadores provisionales en donde la gente se amontonaba para cargar celulares y computadoras para mantenerse comunicados  algunos de estos habían empezado a cobrar por esto para poder pagar el consumo de combustible, por los fuertes vientos también muchas de las salidas a las ciudades quedaron bloqueadas por las filas de árboles que fueron arrancados de raíz por los mismos  y habían puesto en completo estado de emergencia al pueblo.

yo por mi parte había estado de un lado para el otro trabajando como loca todos los días sin parar y el cansancio me ponía de un humor cuestionable; por otra parte también estaba mi relación con el rubio, la cual parecía haber dado un paso en retroceso y eso evidentemente tampoco ayudaba a mi humor; ambos habíamos tenido en poco tiempo varios roces por lo tanto yo había decidido reducir nuestras interacciones lo más posible para darle su espacio ya aquel la última conversación que tuvimos no termino tan bien como me gustaría.

   —vienes a mi casa hoy?   

—no lo creo, estoy realmente agotada, no puedo mover ni un musculo, al parecer todas las cosas se pusieron de acuerdo para descomponerse y he estado de un lado al otro todo el día. no quieres venir tu? — pregunte dudosa cuando él no me respondió. escuche un suspiro del otro lado de la línea 

—sabes, cuando dije que estábamos yendo muy deprisa no quería decir que tenías que evitarme.

— de que hablas?

—estoy diciendo que desde que te dije lo que pensaba estas evitándome y siempre usas la misma excusa me pase trabajando Tom, no tengo energías Tom, estoy agotada, no puedo mover ni un musculo, si realmente no quieres continuar con esto solo dímelo— dijo exaltado.

—escuchas lo que dices? — pregunte incrédula — te lo informo por si no te enteraste ya que al parecer vives en una cueva pero llevamos semanas con un maldito temporal, semanas Tom con malditas tormentas eléctricas sin ninguna pizca de sol y yo llevo semanas trabajando de un lado al otro para poner las cosas en condiciones haciendo reparaciones, instalaciones y mantenimientos porque adivina que, yo soy la única que sabe cómo hacer esas cosas. así que discúlpame por no poder estar detrás de ti todo el tiempo —dije al borde las lagrimas     

—lena... yo

—tú qué?

—lena, lo siento. 

—es fácil disculparse cierto?

nuestras peleas se habían basado en que el creía que yo estaba enojada por lo que dijo en la fiesta y en que trataba de evitarlo, mientras que yo creía que él no parecía querer esforzarse lo suficiente por mantener el contacto conmigo por ¨darme mi espacio¨ y a la vez me reclamaba que yo solo podía hablar con él por teléfono porque no tenía energías para nada cosa que me hacía sentir que él no valoraba el esfuerzo que hacía yo para resistir el cansancio  y el mal humor para poder hablar con él .

el agotamiento sin duda era una mierda.

syrma y Lesath por su parte no iban a trabaja ya que su jefe había cerrado el local temporalmente y ellos se encargaban de esperarme con un baño caliente y la comida recién hecha cosa que agradecía un montón ya que lo único que deseaba era echarme a la cama y revivir a la mañana siguiente.

Betsabeth por su parte iba y venía; desaparecía por días y luego regresaba. ella también se había tomado la libertad de transformar mi ático en una habitación para ella, por no decir que había convertido mi ático en una casa aparte.

sin que nos diéramos cuenta ya eran mediados de primavera y se iba acercando la fiesta de Halloween quien traía consigo  el vigesimoprimer cumpleaños de los gemelos. las fechas festivas era cuando más notaba su ausencia, mi corazón se comprimía al pensar en lo mucho que me hubiera gustado estar ahí para ellos. 

luna quien ya estaba bajo mucho dolor por ausencia de Tom era quien más sufría por esto, ya que para luna Axel y Bastián eran prácticamente sus cachorros. mi repentino cambio de enojado a depresivo no paso de apercibido por los chicos quienes se mostraron preocupados por esto.

tres días antes de Halloween Bels volvió a la casa, me había abrazado por un largo rato y no separo de mi en ningún momento, no fue hasta un día antes que le pregunte si iría a verlos.

—lo hare —me confirmo —deberías venir conmigo lena. podría distraer a tu padre para que los veas a solas.

—con que cara iría? — pregunte al borde de las lágrimas —como podría verlos a los ojos luego de lo que hice?

— lena — trato de convencerme, pero yo negué con la cabeza y me dirigí a la cocina.

— solo me gustaría que les lleves esto —dije entregándole una enorme tarta moras —este era su postre favorito —dije mirándolo con nostalgia y sin agregar nada más me retire a mi habitación donde me deje caer en la cama y llore hasta quédame dormida. en un momento escuche que la morena informarme que ya se iba y que los chicos la acompañarían hasta las afueras del pueblo.




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