Los deseos de la luna

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Lo mire alejarse, un dolor se instalo en mi pecho, a mis espaldas Lesath tocia con fuerza, me voltee y lo envolví en mis brazos.

—perdóname —dije empezando a sollozar —te prometí que nunca te lastimaría, perdóname Les.

—fue mi culpa, lena. Perdón, no debí reaccionar así, lo arruiné todo.

—no, tu tenías razón, no debí abordarlo en mi forma de lobo.

—que es lo que harás?

—le daré un tiempo, que lo procese todo. vigilemos que no salga del pueblo —dije enjuagándome las lágrimas.

—si, Alpha —respondieron al unisonó

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cerré la puerta detrás de mí, me apoyé en está soltando grande jadeos, mis pulmones ardían al igual que los músculos de mis piernas, pero lo único que mi cerebro lograba procesar era el dolor que había en mi pecho, no era el cansancio, era angustia y tristeza. Nunca en mi vida me había sentido como un cobarde, pero en ese momento era lo único que pensaba, me deslice contra la puerta y llore como un niño.

Estaba aterrado, tenia tantas preguntas, no sabia como sentirme o que debería hacer, mierda, ¿que se supone que haga uno al enterarse que la única mujer que amo en su vida era lo que era?

Pasaron los días y El rosto de lena volvía una y otra vez en mi cabeza, aquel gesto desolado en su rostro, que no le había visto ni siquiera cuando hablaba sobre su familia; era extraño sentir este temor hacia ella, pero lo que más sorprendía a Tom era que extrañaba en desmedida a la pelirroja, quería verla ya que las preguntas le bombardeaban la cabeza provocándole un fuerte dolor, sin embargo la realidad era que él era un cobarde, ya que tenía la certeza de que si se intercambiaban los roles Ilena lo aceptaría sin importar que.

sentía el corazón agitado mientras miraba desde la distancia la casa de la pelirroja; esa era su rutina, todos los días tomaba un poco de valor y caminaba hasta ella, claro que su intención no era quedarse parado mirando la casa a lo lejos como alguna especie de enfermo, pero por mas que tratara de moverse no podía, en su mente se gritaba a si mismo que caminara hasta la puerta y la confrontara, pero por mucho que quería no podía moverse y luego cuando el sentimiento de impotencia lo carcomía caminaba, pero en dirección contraria. Eso era lo que hacía todo los días durante las últimas dos semanas, dos miserables semanas en las que ni siquiera había visto la sombra de la pelirroja, algunas veces (muchas veces) había visto salir a Syrma de la casa con aspecto descompuesto, el caminaba algunos metros para luego desmoronarse en lagrimas a la par que maldecía su nombre; Lesath por su parte no mostraba ningún sentimiento cuando salía por esa puerta, es más, parecía hasta hueco por dentro y al igual que su pareja se alejaba de la casa para desbordarse en lagrimas

Para ese momento el rubio se sentía como la peor mierda de ese mundo porque por mucho que deseara ir con ella para que le explicara todo, su miedo y cobardía le impedían dar ese paso.

Suspiró y dio media vuelta encaminándose de vuelta a su casa, tenía la vista puesta en sus pies sin prestar la más mínima atención en su camino causando que chocará con alguien, levantó la mirada para disculparse, pero una fuerte cachetada impacto contra su rostro, la mirada enfurecida de Bels lo examinó.

—eres una perra egoísta —escupió. Tom jamás había visto tanto odio en la mirada de alguien — ella te salvo la vida bastardo miserable y tú le pagas pensando que es un monstruo.

— yo no...

—silencio — exclamo — miéntete a ti mismo Tom Relish, pero yo puedo mirar en tu cabeza el pavor que sientes, te escondes tras tu miedo, pero sabes que ella jamás te trataría de lo que tú la tratas. No eres más que un patético cobarde —ella le dedico una última mirada para después caminar hacia la casa.

Se llevo la mano a la mejilla, su piel ardía, pero sin embargo Tom sintió que lo merecía. Se seco con furia las lágrimas que descendían desde sus ojos, soltó un largo suspiro y dio media vuelta, siguiendo los pasos de la morena y camino hasta la puerta de entrada, levanto el puño y llamo a la puerta.

La morena fue quien lo recibió, la furia en su mirada seguía, pero su expresión se había suavizado, lo dejo pasar sin decir nada, con un gesto le indico que esperara, subió la escalera y Tom se quedo solo en el recibidor sin saber muy bien que hacer o donde mirar. Los chicos asomaron la cabeza desde el cuarto de estar y lo miraron con desaprobación, Lesath fue el primero en hablar.

—solo quiero que sepas, que si la llego ver sufrir mas por causa tuya voy a descuartizarte — me obligue a mantenerle la mirada y me limite a asentir

—ella te espera en su habitación —hablo Bels desde las escaleras.

Subí las escaleras, sentía que iba a descomponerse en cualquier momento, sentía una presión en la boca del estomago mientras caminaba hacia la habitación de Ilena, se obligo a cerrar la boca para no vomitar mientras esperaba que ella le diera su consentimiento para entrar, tardo un momento en entrar cuando escucho el ¨pase¨ desdé desde dentro de la habitación.




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