Los Ecos Del Bosque

Capítulo 2

Sábado 12.

Aquella mañana todo parecía ser un día más de trabajo, para los agentes de policía de la comisaría, Paracuellos de Jarama. En donde se encontraban tres de los mejores inspectores, de los últimos años; Anderson White, Lorena Santos y Óscar Martinez.

Al inspector Anderson White, le había tocado ayudar a sus compañeros agentes, a atender las personas que venían a hacer algún papeleo legal, como renovación del DNI, denunciar algún robo o hecho menor similar. Mientras que los inspectores Lorena Santos y Óscar Martinez, se encontraban patrullando las calles del pueblo, en el tranquilo turno de mañana de aquel sábado. Pero todo cambió por completo, cuando una joven de pelo largo, liso y un azul fosforito con ciertas mechas negras, y una vestimenta de blanco y negro, se acerca a su puesto pidiendole ayuda.

— Buenos días. Mi nombre es Draven Parker, y necesito ayuda.

— ¿En que se supone que te puedo ayudar? — preguntó Anderson con gran educación, y sin dejar a un lado la joven tan guapa que se le había acercado, pero que también parecía estar muy asustada.

— No sé dónde están mis hermanos, y creo que he asesinado a mi madre sin ser consciente de ello. Y tampoco sé dónde está mi padre.

Aquello sí que no se lo esperaba. Tras escuchar el motivo de la visita de aquella joven, Anderson se levanta de su puesto de atención al público, e invita a la chica a ir a su despacho; en donde podrían hablar de aquello más tranquilamente. La joven tarda unos segundos en aceptar; mira durante unos segundos a su alrededor, sin perder de vista la puerta de entrada. Pero finalmente, termina por aceptar y acompaña al inspector Anderson a su despacho.

Aunque el inspector se había percatado de la preocupante mirada, que aquella joven había lanzado a la puerta de entrada, como sí alguien la estuviera siguiendo; este se guarda las inevitables preguntas que tenía en su mente, para otra ocasión. ¿Estarán siguiendo a esta joven? ¿Le querrán hacer daño? 

Ya dentro del despacho; el inspector White invita a joven sentarse, pero esta opta por quedarse un poco de tiempo más en pie, y observar todo.

— He de admitir que me gusta mucho su despacho, inspector Anderson — dijo algo nerviosa, intentando romper el hielo.

— Me alegra oír eso.

— ¿Quién es ella? — no estaba segura, pero la cara de una chica que había visto en el portarretrato, que tenía el inspector en una de sus estanterías, se parecía a su madre.

— Una de mis ex, y antiguas compañeras del instituto.

— No creo que sea, pero… Es que se parece mucho a mí difunta madre.

Ese último dato de la joven, también resulta una pequeña sorpresa para Anderson, aunque este no le da gran importancia, y en silencio espera a que decida sentarse a hablar con ella. Pero enseguida se percata de sus nervios.

— Te noto algo nerviosa. ¿Tienes miedo de algo?

Ella le asiente con la cabeza.

— ¿De qué? Si se puede saber.

— De que me tome por loca, y sobre todo de que me encierres a la primera de cambio, tras escuchar lo que te quiero contar. Porque así es como terminó uno de mis hermanos, en un centro de menores, tras ser acusado de violar sexualmente a uno de sus mejores amigos.

Cuando el inspector creía que no se iba sorprender más, aquello lo vuelve a hacer.

— A ver… — intenta recordar su nombre. — ¿Cómo dijistes que te llamabas?

— Draven Parker. Pero me gusta que me llamen Drave.

— Vale, Drave. Te voy a ser sincero… Por las pocas palabras que he escuchado de ti, estoy interesado en ayudarte. Pero necesito que tengas una cosa clara; aunque no te puedo prometer nada, sobre el final de la investigación, porque nada es seguro. Lo que sí te puedo prometer con la mano en el corazón, es que yo nunca arresto a nadie sin estar completamente seguro, de que esa persona haya cometido tal delito. Y sí lo necesitas, puedo darte la certeza de alguno de mis compañeros.

— No, tranquilo. Parece una persona de confianza, por lo que creo que voy a empezar a contarle todo al detalle — afirmó la jovencita, quien finalmente decide sentarse en la silla de cuero negro, que Anderson le había reservado desde que entraron en el despacho, y comienza a relatarle todo lo ocurrido en los últimos días con su familia. — Fue durante la tarde noche de ayer, viernes, cuando mi madre y yo comenzamos a percibir una actitud bastante oscura, y perversa en mi padre. A ver, si que es verdad que él siempre ha sido un aficionado a todo lo relacionado con, asesinos en series y gente caníbal. Pero lo de ayer… No tengo palabras para describirlo — la joven Draven, se estaba aguantando las lágrimas en sus ojos. — Bueno el caso es que, mi padre había decidido salir con mis siete hermanos al campo, durante la mañana de ayer. Algo que solían hacer con cierta frecuencia. Que si no me equivoco, lo hacían cada dos semanas más o menos. Mi padre buscaba rutas interesantes para hacer por aquí por Madrid, y se iba con mis hermanos a pasar el día de un sábado o tarde de un viernes. Solo que ayer, alrededor de las 20:00, cuando mi madre y yo estábamos terminando de ver una película, para luego ponernos a hacer la cena; recibimos una extraña llamada de mi padre — se fija en la expresión del inspector; parecía estar prestando más atención, que muchas de las personas conocidas, con las que ella habla en su día a día. — Espero que no se esté aburriendo — muestra una simpática sonrisa en su rostro.




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