-Nos volvemos a ver, no sé si pensar que esto es extraño o no, aunque definitivamente sé que no es normal- dije a esta extraña señorita, sentada en una de las butacas de la iglesia con un rosario en la mano y una sonrisa de lo más angelical - ¿sueles venir con frecuencia?
- ¿A qué te refieres? si tu pregunta es si soy una fanática devota, la verdad es que no, volvemos a coincidir por casualidad. Al menos, valió la pena que viniera ya que vi algo realmente bueno- me dijo mientras observaba las flores que había dejado frente al altar y luego, me miro inquisitivamente, como si hubiera mirado a través de mi carne, con ese clásico efecto de rallos x que se llega a describir en la literatura.
-Eres una persona muy sincera, como pocas quedan en este mundo; ese es un don hermoso que pocos han conservado, no obstante, también te vuelve un poco vulnerable si no tienes cuidado y confías en todo lo que hay a tu alrededor, la realidad no siempre es lo que parece.
Esta extraña frase entre aseveración y creo, que consejo, me hizo reflexionar ¿a qué se estaba refiriendo; y creo que lo dije en lugar de sólo pensarlo, porque de momento sonrió y me pidió que la acompañara, tomando mi mano con una familiaridad poco usual, como si fuéramos grandes amigos en lugar de dos extraños que han tenido 3 encuentros fugaces. Aunque debo decir que, al instante de rozar su piel con la mía, percibí un estado de bienestar que me hizo tomar con confianza su mano y al hacerlo, sentí como si me cubriera un aro de protección, de alguna manera sabía que en ese momento estaba completamente seguro, que nada pasaría y que incluso vería algo más allá de mi imaginación. Por ello, sin vacilar seguí de la mano de una extraña que me conducía a salir de la iglesia y caminar varias calles hacía el centro de la ciudad.
Bueno, la verdad es que sí vi algo que no imaginaba, porque terminamos en un club que no suelo frecuentar ya que los espectáculos que se llevan a cabo no son precisamente de mi interés; no era un lugar para caerse de borracho sino más bien, una zona de encuentro bohemio que apremiaba la música y en donde se reunían los chicos de la ciudad que querían demostrar sus “talentos artísticos” pese a que la mayoría termina llorando con varias copas encima y sin ánimos de regresar por un nuevo golpe crítico.
- ¿Qué hacemos aquí? - le pregunté - no aceptaste un café pro sí me traes a un club a beber, seguro que eres valiente para tomar con un hombre extraño- dije con ironía.
- No eres ningún extraño, ya nos conocemos y, además, no vamos a beber, no me animaba a entrar sola y me pareció que serías buen compañía, es todo. Si no te apetece estar aquí lo entenderé, pero entonces, no sabrás por qué te traje.
Se retiró la bufanda, recogió su cabello en una coleta y tras quitarse la chaqueta, pude divisar las curvas de su cuerpo a través de ropa un poco más ceñida. Realmente era una mujer muy atractiva pero su aura me hablaba de una pureza superior, no era coqueta en sus modos y, sin embargo, había algo en ella que me deslumbraba, luego pensé que se originaba de sus elegantes y suaves movimientos; eso me generó más intriga y decidí sólo seguir la corriente, quitarme el saco, pedir una bebida ligera y en cuanto pregunté qué deseaba tomar, me percaté que había desaparecido de mi lado. En su lugar, se reunía una multitud de personas observando al escenario donde se encontraba un micrófono y una guitarra sobre una butaca, solos, esperando a que alguien llegara a reclamarlos y montara un acto fenomenal.
-¡Sean bienvenidos a otra noche de ensueño en el club “Sueño nocturno”, ¡este día tenemos grandes talentos que buscan abrirse paso en el camino de la música y la poesía, recuerden que toda muestra de arte es libre y aceptada así que quiero que levanten esas palmas y nos divirtamos esta noche! -anunció el anfitrión del club, un ente sacado de un cuadro de Picasso sin duda que su vestuario, gafas oscuras y hasta cabello, parecía salido de lo surrealista. Para variar me sentía completamente desentonado usando corbata en un sitio para jeans y sandalias, así que me aflojé la corbata y la guardé en la bolsa del pantalón, alboroté un poco mi cabello con toda la discreción que me fue posible al estar sentado en la barra y me dispuse a escuchar el primer acto.
-Con ustedes ¡Andy Santiago!, demos un fuerte aplauso- y tal como lo solicitó el anfitrión, los aplausos no se hicieron esperar, muchos incluso gritaban a pulmón tendido para aumentar el barullo cuando entro a escena una chica curvilínea, con melena larga hecha una coleta, pecosa y que seguro amaba el reflector porque incluso hacía brillar su blanca piel. Así que su nombre es Andy, vaya que le gusta hacer dramatismo, mira que subir a un escenario para poder decirme su nombre.
En ese momento tomo la guitarra, se sentó suavemente en el bancó, cerro los ojos y comenzó a acariciar las cuerdas con la plumilla, emitiendo apenas un sonido delicioso ocasionando que todos se callaran al acto. Su canción comenzó con un tarareo suave y dulce, evocando una canción bastante añeja de Franco de Vita, pero con un mensaje profundo, melancólico y reflexivo, que trajo a mi memoria el recuerdo de Paty. Su voz era dulce, todo en ella lo era, sus movimientos con la guitarra, su cabeza y expresiones, parecía que le doliera pese a tener los ojos cerrados en todo momento; entre más me concentraba en ella, más pensaba en Paty. -Paty, “estás aquí pero no estás conmigo”, Paty “¿por qué tenemos tanto frío?” ... ¿qué es esto? ¿por qué me duele el pecho? – Sentí que mi pecho era tomado por una mano gélida que me apretaba y taladraba los sentidos, haciéndome recordar momentos que a lo largo de estos 3 años había restado importancia de mi relación; momentos de gran dolor en los que prefería no pensar ya que me traían tristeza e ira. Los enterraba pensando en que dañarían mi unión con Paty, digo ¿quién no se ha disgustado con su novia por olvidar alguna fecha importante o desechar un regalo hecho con amor? Claro que todos, sólo no le presto mucha atención, sopeso y al otro día pongo una sonrisa, pensando en que ella probablemente había tenido un mal día y como después siempre se mostraba tan linda, calentaba mi corazón y eso siempre era suficiente. ¿Realmente es así?
Editado: 21.03.2022