Los gunnes y sus relatos de espanto y miedo

Los Gunnes. La cena. Vamos a leer un poco. -

Los Gunnes. La cena. Vamos a leer un poco. -

El Toc toc, de la madera era muy prominente, tal así que me fastidiaba. Resolví salir de la cocina, en cuanto preparaba un buen estofado, para ir al sótano. Tenía la ropa empapada y el frio de invierno generaba una gélida conmoción en el espacio. Lucius no llegaba aún, y ahora que lo pienso mejor, se enfadaría si viera todo éste desastre. El suelo estaba sucio. Sería mejor guardar lo que resta para mañana. Al perro le gustará incluso ya se ilusionaba por el hedor que provenía del espacio. No tendré tiempo a limpiar, no quiero que mi esposo se enteré.

Encendí la luz, y en el suelo algo se movía. Con una fuerte pisada, quebré los últimos intentos. El sonido del toc toc, ya no era posible. La puerta de calle se abrió de repente.

  • ¡Ya llegué amor!
  • Querido la cena, estará en unos momentos.

Fui de inmediato, subiendo las escaleras hacia él, y me arrojé en un abrazo cariñoso. Y luego un beso.

  • ¡MMM! ¡Especialmente bien!
  • No, digas eso
  • Hay manchas por todos los sitios – Se dijo expresando en su mente – Espero que ella no lo vea - Iré a cambiarme – Y fue directo a la habitación.
  • Esta todo sucio – Espero que él no se entere. - Se dijo ella con una mínima sonrisa, y fue a la cocina.
  • ¡Bien..otro día más de trabajo! – Se percato de que ella no estuviera, y corrió el gran mueble en el cual se guardan las ropas. Allí escondida una caja fuerte en la pared. Guardó unos elementos, y luego la cerró con llave. – Nunca supo que és, por suerte –- ¿Vaya que olor nauseabundo? ¿Manchas de sangre? – ¡MMM! – el pánico en su rostro, no podía manifestarse de otra manera – Y fue directamente al lavadero por un trapo mojado con lavandina.
  • ¡Vaya suerte! –Ella limpiaba los restos del living
  • ¡Querida! – Te ayudo con la limpieza
  • ¿Qué? ¡Espera!
  • ¡No hay problema! ¡No vengas!
  • ¿Podrá descubrirlo? – Se pregunta ella
  • ¿Podrá descubrirlo? – Se pregunta él.

En la casa de los Gunnes, Belle de Gunnes y Lucius Gunnes, guardan sus secretos. Los moradores de alrededor, dicen que ellos son dos enfermos mentales de esquizofrenia, otros que son demonios, otros que son fantasmas. Otros que solo son una adorable familia que vive tranquila.

  • ¡Querido ya está lista la cena!
  • Se ve delicioso – Comentó Lucius
  • Un estofado de carne con algunas frutas, salsa especial.

Ambos terminan de cenar y van a la habitación, luego de lavar los trastos. Una habitación estilo antiguo con una ventana grande que reflejaba la luna y el cielo estrellado de la noche de Plutón. Un búho se acercó para vociferar con su pitillo la materia putrefacta que habitaba en aquel lúgubre domicilio.

  • ¡Querido!, ¿No quieres ver una película?
  • No lo sé.
  • ¿Qué tal si leemos el libro juntos? Me tranquiliza la lectura didáctica luego de un día ajetreado.
  • Me parece bien – Dijo recostado. –

Cliff, el perro maltes de los Gunnes paseaba sosteniendo entre sus mandíbulas un juguete de carne y hueso, muy similar a una mano.

Ella no sabe lo que ocurre, y él tampoco. Y ambos están involucrados, sin saber quiénes son realmente en las más atroces muertes de la historia. -

Y aquí comienza la espeluznante historia.




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