Los gunnes y sus relatos de espanto y miedo

Los Gunnes. Oí un ruido. -

  • Ese cuento me ha gustado – ¡Ohhh! – Bosteza Belle
  • También me ha dado sueño. – Luego de dejar el libro sobre la mesa junto al reloj, apaga el velador de luz, para que todo se torne en una oscuridad.

Lucius, fue el primero en dormirse. Belle en cambio cerraba sus ojos, y de a momentos los abría, mientras el techo de la habitación, le jugaba una mala pasada intentando moverse. O esa era la alucinación de su mente que dibujaba situaciones y voces.

Escuchó un ruido intrigante y se incorporó en cuanto Lucius comenzó a roncar

  • ¡¡Jrooooooo!! ¡Jroooooooooo! – Sus ronquidos fueron una orquesta interesante que siquiera los espectros podrían soportar.

Inmediatamente salió de la habitación, para descender por las escaleras de madera seca y mofada de recibir la humedad del sótano. Cada paso relinchaba en un sonido determinado. Un nimio pálpito pasó rápidamente por sus pies. Ella lo quitó de inmediato.

  • ¡¿Espero, no sea lo que pienso?! – El toc toc regresó. Aquel sonido generado por algún alma natural o artificial. A media que iba caminando el sonido se iba desarrollando de diferentes maneras.

Al llegar al living, se percató de que había olvidado su teléfono móvil para iluminar.

No quería encender la luz. Me dije, despertar a Lucius, que mañana trabajaba. Tampoco que supiera. Debía resolver éste asunto por mi cuenta. La sala de estar se mantenía con una tranquilidad apreciable, pero el sonido no cesaba. Esa era mi preocupación. ¡¿No será el sótano?!. No eso ya estaba bien cubierto y resuelto. Previamente fui al baño, pues me pareció ver una sombra. ¿No puede ser? – Me dije a título de pregunta. Al llegar no pude descubrir nada en la semi oscuridad. El sonido se había mudado al cuarto cerca del corredor aledaño al living. Di varios pasos, persiguiendo una sombra que se movía. El miedo y la ansiedad se estaban uniendo. Al pasar cerca de aquel, ingresé a la habitación. Aquí sí podría encender la luz. Estaba esa sombra allí, debía percatarme de lo que estaba sucediendo.

No solo el ruido molesto, e inquietante, sino aquella inverosímil forma. Me tenía preocupada. El interruptor estaba justo a mi alcance. Alce la mano con dedo índice, y al oprimir aquel, sentí la piel cálida.

  • ¡¡Ahhhhh!! – Grité con un tonó particular que se mimetizó con el alarido de quien estaba allí –

Ambos se vieron los rostros sorprendidos.

  • ¡¿qué haces aquí? – Se dijeron al mismo tiempo
  • ¡Vine porque un sonido me estaba molestando! – Ambos dan una explicación racional

Lucius se había levantado de la cama, sin percatarse de Belle, y aturdido por el chirrido.

El murmullo de ambos se mantuvo latente. Ya no había ruido alguno.

  • Menos mal - Me dije, no quería que Belle supiera.
  • Menos mal - Me dije, no quería que Lucius supiera.
  • ¿Te parece bien si vamos a descansar? Debe haber sido alguna alimaña
  • ¡Je¡ ratones. Seguro.
  • ¡Si!, ¡Claro!..... Suelen caminar por las maderas viejas. Esta casa extraña que compramos, tiene años de antigüedad.
  • ¡Seguro querido!
  • ¿No tendrás miedo por los cuentos de terror no?
  • Para nada – Se dijo ella – Creo que tu y pasa su mano por la cintura – Tienes un pánico escénico. No te preocupes, ninguna araña gigante va a devorarte, y tampoco tu esposa…¡Je! ¡Je!.
  • No seas graciosa – Le costó respirar por el comentario arácnido – tal vez un muñeco sonriente visite tu mesa de luz cuando despiertes-
  • ¡¡Tonto!! Ya vayamos a descansar.

Ambos subían por las escaleras, mirando a todos los sectores en medio de la plutónica oscuridad de una casa grande llena de situaciones incomprensibles. -




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