Los gunnes y sus relatos de espanto y miedo

Los Gunnes. Ambos con sus diferentes profesiones. O pasiones.

Las pasiones, son pasiones, así sean turbias, maltrechas, o bien elaboradas. -

Junto al matrimonio Peels nos adentramos en las cercanías en las cuales se acercaba al cuerpo que fuera hallado. Una particularidad interesante es que el suelo poseía un pastizal quemado.

- ¿Han encendido fuego aquí en algún momento?

- si se refiere a incendios artificiales, para nada

- Podría ser por causal natural.

- si fuera causal natural podría deberse a una tormenta de rayos. O una oleada intensa de calor. La segunda opción no es eficiente teniendo presente que estamos en pleno invierno.

Ambos se miraban aturdidos.

- ¿Y qué tendría que ver con el cuerpo?

- no lo sé, tal vez estaba pensando en una posible vinculación

- el cuerpo estaba enterrado y no tenía signos de haberse quemado.

- no importa, ello no lo libra del pecado del fuego. Si hubiera sido yo podría haber producido un incendio luego de enterrado aquel para despistar a los canes y su olfato. Aunque me intriga que fuera encontrado semi enterrado. ¿Alguien lo saco de su lugar?

- Le aseguro que no tenemos nada que ver

- si hubiera sido yo. Lo hubiera quitado para cortarlo en partes y generaría el fuego para calcinarlo junto a todo el ecosistema. Un infierno terrenal placentero

- usted doctor es un psicópata, piromaniaco. -

- ¿Y usted?

- la carne es necesaria para la supervivencia

- ¿Caníbal eh? Y usted?

- Concuerdo con mi esposo.

- en definitiva, apareció allí. Putrefacto y con marcas. ¿y las luces?

- ¿Qué luces?

- las que nombró su hijo

- le encantan las estrellas

- seres de otro mundo

En la casa de los Gunnes, una desolación se profundizaba en todas las habitaciones. Aquellos que hablan detrás de las paredes se iban manifestando con ruidos, otros que ya no existen con movimientos y sombras incomprensibles que solo quienes tienen cierto don pueden visualizarlas.

- Date prisa y abrió la puerta de entrada del garaje.

Fueron depositando los elementos en el suelo.

- Bien. No me imaginé que fueran pesados.

- Hay que llevarlos al sótano.

A medida que iba pasando el tiempo acomodaban todo de forma que pudieran comenzar a trabajar de inmediato y sin distracciones.

Me coloqué un delantal y le presté otro a Rebe, manos a la obra. Tardaría mucho si fuera por mi cuenta, pero tenerla aquí era de gran ayuda.

- Escuché unos ruidos al lado de la habitación que se acerca al living

- Ruidos? – Me pregunté - ¿Suelen haber movimientos?

- ¿No me digas que tu casa está embrujada?

- ¡¡Claro que no!! El solo pensarlo me daría escalofríos. De todas maneras fue idea de Lucius adquirirla y era ideal para realizar los trabajos.

Colocaron todos los utensilios. Me preparé con los lentes, Rebe mientras se cambiaba hacia ostentación de su cuerpo esbelto, y sensual.

  • ¡Ya deja las estupideces! Tengo la materia prima allí encerrada
  • No me molestes, envidiosa
  • ¡Para nada! En cuanto mi marido me quiera es suficiente
  • ¿Y cómo lo tomará si se entera de esto?
  • No quiero ni pensarlo
  • ¿En fin, la materia fue muy complicada de conseguir?
  • Digamos que fue por intermediarios. – Expresé con semblante terrorífico. -
  • Cuando hablas de terceros, su rostro se vuelve muy siniestro. ¿Lo sabías?
  • Hay que darle un poco de misterio a todas las pláticas – Expresé con burla de una mueca mañosa. –

Peels Armando, estaba parado en medio de una lomada mirando el suelo. Eso me intrigó y fui hacia él.

  • ¿Qué bello lugar?
  • Es muy interesante

Pronto divisé un sitio muy particular a los lejos

  • ¿Y ese páramo?
  • Ah..es un sitio de rocas. Vea que bien talladas se encuentran

Las rocas estaban colocadas muy estrechamente y firme en dirección al cielo. Se asemejaba a una obra celta muy bien elaborada desde el neolítico.

  • ¿Podemos dirigirnos allá?
  • Si usted lo desea. Solo tenemos que sortear la maleza

De hecho tenía razón una maleza muy tupida.

  • ¿Eso significa especies de todo tipo no?
  • Así es.
  • ¿Insectos?
  • También
  • ¿Arácnidos?
  • ¡¡Gigantes!! De un tamaño colosal
  • ¡¡Olvídelo!!..No iremos – Se formó un escalofrió en toda mi espina dorsal.
  • ¿Le teme a las arañas?
  • No tanto. Tengo malos recuerdos
  • Aquí suelen ser agresivas, y por alguna razón crecen bastante. Hemos visto especies de una envergadura a nivel de un perro maltés

Cuando lo mencionó recordé a mi mascota. No me la imaginaba con ocho patas y ocho ojos pasando la lengua por mi rostro. ¡¡Rayos!! Esos experimentos. Hace años escuche entre leyendas urbanas que había personas que jugaban a crear quimeras, como un cuento de Mary Shelley.

  • ¡¡Vayámonos de aquí de una vez!!
  • ¡Vengan! – Nos llama agitando el brazo la señora Peels. –
  • ¿Qué sucede? ¿Y demonios es eso?




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