Los Gunnes. Manos a la obra.

- Eso me parecía algo muy inusual. Un circulo espiralado con una forma perfecta. Con una cabeza en su principio observando a un sitio. Y una cabeza observando hacia el final. Claro estaba realizada de tal forma que siquiera un artista loco podría darle tal vida. Al subir unos metros pude divisar aquella. Fue la señora Peels quien advirtió en una primera instancia. Desde un lugar extremadamente alto. Por lo visto ellos no tendrían nada que ver con tal escultura en los pastos.

- Es como un petroglifo

- Se llama fenómenos pictóricos o círculos de maíz - Exprese – Suelen ser figuras en la tierra. Para que sea observada desde el cielo por alguien

- Es descabellado

- Si no cree en seres de otro mundo, si, podría serlo. O podría ser obra de Dios, o los dioses.

- ¿O de un loco que ingresó al terreno?

- También. Todo es posible.

Fui asentándome sobre aquel suelo. Los pastos tenían un matiz diferente de las quemaduras del fuego. Sería fascinante una hoguera en la cual participen sacrificios nativos de humanos. !Va! Ladeé la cabeza negativamente

- ¿Ocurre algo doctor?

- Nada importante. – Recogí una muestra y la olí. En las yemas de mis dedos se impregnaba una resina diferente de la ceniza. No podía explicar bien ello. Y su fetidez era distinto de la fragancia a al quemado común y corriente. Era como un azufre. Como si alguien utilizara químicos. ¡¡¿Mmmm?!! Alcé la vista al cielo y los pájaros volaban alrededor y aterrizaban a las afueras del círculo concéntrico..- ¡¿Mmm?! ¿Qué interesante? De por sí no parece obra humana. Si fuera yo. Ciudadano simple, lo haría al estilo con una podadora.

- ¡Piensa demasiado doctor por un asunto tan trivial! – Sonríen los Peels – No debe preocuparse por imágenes paganas. -

Ellos son los que me preocupan no sé si por ellos, o por mí. Los tres somos objetos potenciales de peligro. No debí decir eso. Pero aquí hay algo más intrigante.

• Imágenes paganas. Eso lo hace más impresionante, y misterioso
• ¿Le parece?
• Si.. y hasta peligroso

Con cada movimiento Belle iba analizando las partes. Tomaba muestras y realizaba cada análisis. Rebe recibía la información desde su ordenador.

- ¿Cómo se encuentra?

- ¡Parece estable!

- Tomamos un descanso?

- no vendría nada mal.

Fueron a la cocina. Belle abrió la gaveta y sacó dos tazas. Prepararon café y se dirigieron al living.

- Si todo sale perfecto seremos pioneras. – Toma un sorbo con el humeante aroma Rebe

- ¿Y si todo sale mal? – realiza la misma operación Belle.

- Tengo boletos para escapar a una isla de la Polinesia.

- ¿Y mi marido?

- ¡No están casados!

- ¡Es lo mismo! Vivimos bajo el mismo techo.

- Dos opciones. O le dices y viene. O rehaces tu vida.

- ¡¡Oye!! No es algo que se pueda arrojar al cesto de basura.

- No seas tonta. No sabes si un día el amor se acaba y terminas yéndote sola a viajar.

- Siempre nos llevamos bien.

- Si algo me dice que ambos están igual de locos.

- Sabes? A veces lo veo tomar una pastilla. Pero es bastante secreto hasta el punto que no puedo inmiscuirme en sus asuntos.

- Los secretos son lo primero que explota en una pareja.

- No lo sé.

- ¿No pudiste saber qué tipo de medicamento?

- Para nada lo esconde muy bien.

- Bueno tú también escondes muy bien tu trabajo ¿Y él?

- Se porta extraño. A veces parece de una película al estilo resplandor.

- ¡¡Ahh!!..Quien quisiera que fuera Jack Nicholson – Expresa enamorada

- ¡Preferiría algo más masculino

- Va! Superficial! Pero lo importante son las pastillas.

-¡¡Eso y el toc toc!!.... ¡¡¡Y la casa que parece estar viva!!! – De hecho, y por cierto esa rigurosidad con que se manifestaba, era una manera de concretar el conocimiento que poseía hacia Lucius quien era autor material de la elección. Ella siempre sospechó de las elucubraciones que pasaban y se instalaban en la mente de su novio. Como si dentro de su cabeza fallara algo, y hubiera visitantes indeseados. ¿Era un secreto quizás? Ella poseía algo también que en las noches la transformaba. Eso tal vez lo sabía Lucius.

- ¿También le vas a echar la culpa a él? Tú, elegiste ese día y por azares terminamos vecinas tiempo después.

- Lucius, fue quien la encontró y estudió todo el panorama. Estaba feliz cuando la vió por primera vez, como si su piel se erizara y un presentimiento de su mente, lo absorbiera completamente. Bueno debemos regresar al trabajo

- ¡Quizás el añejo sitio lo enamoro como la dama que tiene de pareja!

- Deja las relaciones de por medio. En definitiva me sirvió por cuestiones de creatividad y profesión esta vieja casa.

Comienzan a oírse ruidos. Como si un plato fuera arrojado al suelo.

• ¡¡Ahhhhhhh!! ¿Que fue eso? – Se preguntaron ambas

De inmediato se dirigieron a la cocina. Dos platos en el suelo y rotos.

Se miraron un tanto estupefactas. Un rancio olor caminaba por la zona.

Los pastizales del terreno de los Peels, también tenían un olor fétido. -

Belle y su extraño sitio en el sótano en el cual realiza con su colega Rebe algunas de sus actividades.

gigura extraña puede visualizarse en la parte superior a la derecha. Ella, no quiere que su pareja Lucius lo sepa.

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Belle realiza sus actividades en su sótano. En el cual suele ir con su amiga, y colega Rebe. Ella es un infinito de expresiones y sueños, que pueden ser una pesadilla. Y ella los quiere para sí. Al margen derecho superior se encuentra uno de esos tantos, que la dama no quiere que su pareja se entere. Ella Es algo muy distinto a lo que consideramos un humano. ¿Ella es de aquí? Es una científica? ¿Una artesana? ¿Una foránea fuera de la realidad?