Los Gunnes. Un complejo de problemas.
A partir de un aroma, Lucius comienza a sospechar de Belle. Mientras estaba recostado, pensaba.
Son demasiadas coincidencias.
No pensaban en traicionarse, pero lo habían hecho desde que se conocieron no explicando sus verdades. Cada cual por el miedo a ser rechazados, el uno para el otro. Ambos ahora duermen cada cual observando un costado de la cama. Del lado derecho y del lado izquierdo. Y ninguno de los dos quiere observar el rostro del otro. Hasta que se durmieron en la coyuntura de la noche que se iba gestando
La noche estaba mimetizándose con el ambiente, en cuanto un búho se posaba en un árbol desde las afueras de la ventana para realizar los mismos sonidos de cada noche. Y mientras tanto por las calles deambulaban algunos seres. En las noches es cuando se gestan las posibilidades del todo en las elucubraciones. Belle se incorpora de su sueño y camina rectamente con su despeinado cabello a la ventana. La abre y decide salir por allí hasta dar con el techo. En camisón observa la luna. Desde abajo algunos de esos seres la observan. Ella mira la luna. Los seres extienden los brazos al cielo. En el sótano se escuchan ruidos de otras alimañas caminando rápidamente. Belle regresa y cierra la ventana, luego mira fielmente el cuerpo de Lucius que descansa, respirando tenuemente. Toma una aguja de tejer que estaba en su mesa de luz y la acerca al oído de éste cosquilleando. Aquel se mueve. No quiere ceder a la tentación. Lucius se da la vuelta y la toma por el brazo estando dormido. Ella suelta la aguja que cae al suelo con un sonido chillante. Él la abraza con amabas manos. Ella se mantiene firme con los ojos directos en su pecho y poco a poco se vuelve a dormir al cerrarlos lentamente. Él apenas abre uno de ellos y luego lo cierra sonriendo.
Los ruidos comienzan a moverse por la casa. Las figuras que acechaban a Belle caminan entre los dos que descansan en la cama. Las puertas de los armarios, y de las habitaciones se abren y se cierran. Las sillas se mueven. Hay un alboroto en el sótano, y se sienten caminatas por diferentes túneles que esconde la casa. Hay una salida a la parte trasera. Poco a poco algo va escarbando para llegar a llega. Escarba la tierra minuciosamente.
Desde el cielo vuelan objetos. El búho es el único testigo de todo lo que está ocurriendo en la casa, en el barrio y en el pueblo de los sucesos extraños que van aconteciendo.
La habitación de los Gunnes, no tenía más que un placar, la cama nupcial, dos mesas de luz. Un cuadro en la pared y otro mueble que hacía las veces de escritorio. Su color ocre en las paredes oscurecía más el ambiente.
Lucius se incorporó y fue al baño a darse una ducha. El agua salía con un color marrón claro.
Al cerrarla y cambiarse de atuendo. Decidió prepararse un café, rápido. Belle estaba revisando sus mensajes en su móvil. Tenía algunos de Rebe. Luego comenzó a leer las noticias. Las desapariciones se iban fomentando sin resolución alguna. Habían encontrado también unos problemas en el cementerio de la localidad. Tumbas que estaban abiertas. ¿Ladrones profanadores? Posiblemente. Se estaba pagando una buena tarifa por cuerpos recién listos que no fueran incinerados. La medicina, la biología, y la tecnología misma. Esa nota no le pareció mover una sola pestaña a ella, que seguía leyendo.
Lucius mientras se dirigía al patio, y comenzó en sus pies a presentir un temblor.
#1377 en Thriller
#641 en Misterio
#314 en Terror
paranormal misterio fantasmas espiritus, misterio suspenso terror, ciencia ficción suspenso y terror
Editado: 31.07.2024