Los Hijos de Anac y las Marcas Sagradas

Capitulo 4

Owen permanecía dormido sobre la cama, los perros del infierno le habían causado una gran herida en un costado haciéndole perder mucha sangre, por suerte, la herida no era mortal y consiguió resistir hasta ser atendido por el padre Jorge. Aquel viejo Santo tenía un gran poder de sanación y se creía que también tenía el don de la premonición, aunque si se le cuestionaba, él lo negaba.

_ ¿Cómo sucedió esto? _ Pregunta el padre Jorge mientras termina de ajustar el vendaje sobre el cuerpo de Owen.

Caeli mantenía la mirada en sus manos, no podía comprender como había sucedido todo, los sorprendieron en un lugar que ellos conocían a la perfección. En el momento que lo necesito no pudo sentir la energía de su hermano y menos la de Kayden, tampoco podía escuchar la voz de su hermano en su cabeza, algo interfirió impidiendo que ellos se mantuvieran conectados.

Cerro sus manos con fuerza para ocultar de todos las heridas en su mano, Carnwennan nunca debió lastimarla, nunca.

_ Realmente no sé._ Admitió Caeli avergonzada._ No comprendo cómo nos pudieron sorprender.

_ No pudo ser algo al azar.

En ese momento la puerta de la enfermería es azotada con tal fuerza que Caeli salta sorprendida sobre la silla, sus ojos van de sus manos a los impresionantes ojos verdes de Kayden quien parece aún más enojado que antes.

El padre Jorge lo observa dándose cuenta de la sangre en sus manos, palmea la silla frente a él indicándole a Kayden que se siente. Él camina sin mirar a Caeli, se sienta y deja que el padre Jorge limpie y cure sus heridas. El silencio que se instala en la habitación es tan incómodo como una espina en la planta del pie, la mandíbula de Kayden permanece tensa, su mirada es tan dura que duele en el pecho de Caeli. Es por culpa de ella que él esté tan indiferente.

_ ¿Se pondrá bien?_ De pronto pregunta Kayden mientras mira a su amigo descansando tranquilamente sobre la cama.

_ Estará bien._ Dice el padre Jorge._ Es fuerte y la herida no es grave._ El padre levanta un poco la mirada para encontrarse cara a cara con Kayden._ ¿Dime como te lastimaste así las manos?

De pronto Caeli se endereza tensa en su silla, con todo lo sucedido se le olvido preguntarle a Kayden que había sucedido con él. Un sentimiento de culpa y remordimiento la invaden, nunca antes se había desinteresado por su amigo, estaba tan inmersa en el misterioso Niall que todo lo demás se había esfumado de su mente, incluso sus propias heridas.

_ Un Cugle._ Fue la respuesta. La mirada del padre Jorge de pronto se volvió turbia y llena de preocupación._ Arranco el arco de mis manos, creo que lo perdí mientras luchaba por liberarme.

_ ¿Lanzo su veneno a tus manos?

Kayden asiente.

_ Creo que pensó que con mis manos lastimadas no podría tomar el arco de nuevo._ Ahora Kayden mira con tristeza sus manos.

_ Aun con el terrible dolor sostuviste tú arco y salvaste la vida de Owen. Creo que eres muy valiente Kayden y tu padre está orgulloso de ti.

_ Parece que no fue suficiente._ Ahora la mirada de Kayden cae sobre Caeli, algo en su interior se remueve con su mirada.

_ Padre, podría darnos unos minutos._ Le dice Caeli mientras se levanta lentamente de su silla.

El padre Jorge se levanta y le da unas palmaditas a Kayden en su espalda, se inclina y le susurra algo que Caeli no puede escuchar. En este momento le encantaría poder escuchar los pensamientos de Kayden como lo hace con su hermano, todo sería más sencillo de esa manera. Por fin podría entender los cambios de humor que siempre lo están molestando.

El padre sale de la habitación dejándolos completamente solos, a excepción de Owen pero el permanece dormido y en este momento nada podría despertarlo. Caeli camina directamente a su amigo pero él se levanta estrepitosamente de la silla y le da la espalda, esa simple acción golpea el orgullo de Caeli de mil maneras diferentes, pero aun así no se detiene hasta encontrarse lo más cerca posible. Ella envuelve sus brazos alrededor de la cintura de Kayden y presiona su mejilla sobre su espalda, él se sobresalta por el contacto pero aun así permanece quieto sin mover un solo musculo. Ella inhala el aroma a pino, sangre y sudor y siente a su corazón estrujarse con solo recordar lo que han tenido que pasar esta noche.

Ella permanece abrazándolo durante varios minutos, necesita tanto su calor y su cercanía, el latido de su corazón la relaja y le da el valor para decir las palabras que han estado atascadas en su garganta durante horas.

_ Lo lamento tanto, Kayden.

En ese momento la dureza de él se derrumba, no puede permanecer tanto tiempo enojado con ella, la quiere demasiado como para alejarla de esa manera, sobre todo cuando es ella quien busca estar cerca de él. Se afloja del agarre de Caeli y se gira para poder quedar frente a frente, él la jala entre sus brazos y la sostiene con fuerza y cuidado como si fuera una piedra preciosa y frágil.




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