Los Hijos de Anac y las Marcas Sagradas

Capitulo 9

_ Necesito saber lo que sucede._ Exigía Kayden desesperado. La noticia del ataque a Balar había llegado muy tarde y eso lo hacía sentir incompetente con las personas que había jurado proteger. _ ¿Cómo vamos a enfrentar esto si ustedes no nos dicen a que nos enfrentamos? Estos ataques son más que una simple coincidencia y ustedes lo saben.

Los Arcángeles permanecían en silencio, eso solo desesperaba aún más a Kayden porque solo significaba que no confiaban en él o en ninguno de ellos para afrontar el gran problema que se estaba avecinando para toda la isla.

Kayden comenzaba a cansarse de la actitud de Mikael, de todos los secretos que estaba seguro les ocultaban y de solo ser una pieza que otros movían a su antojo para su propio beneficio. Desde niño le repetían que había nacido para acabar con la guerra ¿Pero cuál guerra?, ¿Y si ese era su destino por que no se sentía bien con eso?

Ya no quería esa vida diseñada para él, quería elegir por sí mismo.

_ ¡Tienen que decir algo!_ Grito Kayden con fuerza.

En ese momento la puerta chirrió llamando la atención de todos en el gran salón. Caeli entro tan silenciosa como pudo pero fue inútil, en cuanto piso el gran salón todos la alzaron a ver, incluso Kayden se giró para verla.

_ ¿Qué está sucediendo? _ Pregunto al ver las manos de Kayden temblar de ira.

_ Se les darán explicaciones cuando llegue el momento._ Aclaro Gabriel._ Cuando todo esté claro se les dará explicaciones a cada uno de ustedes.

Kayden dejo salir un gruñido de frustración, era visible cuan irritado estaba por la falta de comunicación de su padre y de Mikael.

_ ¿Cómo esta Owen? _ Pregunto Mikael a su hija.

_ Mejor, ha despertado._ Fue entonces cuando Kayden la volvió a mirar, sus ojos ahora suplicaban por más noticias de su amigo. Ella asintió hacia él._ Se recupera rápidamente.

Mikael asintió.

_ Dejen que nos encarguemos de esto, pronto las cosas van a cambiar para todos ustedes pero por ahora no es necesario que se les agobie con una carga que nos pertenece a nosotros principalmente.

Sin más que decir los Arcángeles se levantaron dejándolos solos en el enorme salón. Caeli quería acercarse y solucionar las cosas con Kayden pero este se marchó pasando de largo y una vez más sin mirarla. Para Kayden existían cosas más importantes por resolver, no estaba de humor para lidiar con Caeli, solo deseaba salir de aquella habitación y dejar que su sentimientos de frustración explotaran.

***

_ Está escapando de nuestras manos._ Dijo Chamuel a sus hermanos._ Personas que jamás tuvieron que verse afectadas están padeciendo por nuestra culpa. Juramos no volver a cometer un error como la guerra del cielo ¡Esto es exactamente lo mismo!

_ ¡No lo es!_ Grito Mikael desesperado._ No lo es.

Mikael se negaba a aceptar que aquello fuera lo mismo que la guerra del cielo, necesitaba sentirse seguro de que no lo era, de que no estaba cometiendo el mismo error una vez más. Jamás podría vivir con la culpa y mucho menos regresar al cielo, seria indigno de volver a la Fuente siendo el causante de tantas muertes.

_ Mikael, se cómo te sientes._ Gabriel sostuvo su hombro fraternalmente._ Todos nos sentimos igual, pero estamos siguiendo el mismo camino. Estamos a punto de cometer otro grave error.

_ No podemos continuar así._ Dijo Raphael.

Mikael extendió sus manos frente a él, recordaba cuántas vidas habían arrebatado empuñando su espada en contra de su propia familia. Aquello lo recordaban como la guerra del cielo. Su más grande error.

_ Nuestros viejos errores empujaron a un hermano a la oscuridad._ Jophiel camino hacia la ventana y corrió la larga cortina. Pequeñas luces a la lejanía le indicaban donde se encontraban las aldeas de los Clanes. Todas brillaban, todas excepto una, Balar. _ Jamás lo recuperaremos, tampoco las vidas perdidas en Balar.

Los siete Arcángeles compartieron una mirada profunda y por un momento todos volvieron al pasado, a ese día en que entendieron la gravedad de sus acciones.

_ Tu marca está desapareciendo.

Mikael miro su mano y noto que de su Marca Sagrada de Dualidad solo queda una delgada línea, el resto había desaparecido. De pronto sintió que le arrancaban una de sus extremidades, se sentía como la soledad o un vacío que se abría en su interior.

_ Quizás es porque él ya no está.

Hubo un largo silencio, Mikael no sabía qué hacer con sus sentimientos y con aquella ausencia tan devastadora.




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