Caeli no encontraba a Kayden por ninguna parte, después de que los sacaran a todos del gran salón y de la corta conversación con Morrigan él simplemente desapareció sin decir palabra y eso la tenía realmente preocupada. Había revisado el castillo de arriba abajo y no había señales de Kayden por ninguna parte. Se encontraba muy alterada y necesitaba urgentemente calmar a su corazón y sobre todo a su cabeza que no paraba de darle vueltas a las palabras de Morrigan.
¿Dónde habrá ido?
Se preguntaba una y otra vez.
_ ¡Caeli! ¡Caeli! _ Le grito alguien a su espalda.
Se giró sobre sus pies, Gallagher se acercaba a ella a paso rápido, noto en su mirada angustia y un poco de desesperación, de seguro estaba muy preocupado por Una, finalmente ella era muy importante para él.
_ ¿Qué sucede Gallagher?
_ ¿Sabes dónde está Kayden?
Caeli dejó escapar un suspiro de frustración.
_ Es una buena pregunta, yo también lo estoy buscando.
Los dos se miraron por varios minutos sin decir nada pero no tenían que hablar, a veces en el silencio las personas se pueden comunicar mejor que con las palabras. Caeli alcanzo a Gallagher abrazándolo con todas sus fuerzas, y eso fue lo único que necesitaron para decirlo todo.
_ Muchas gracias, Caeli.
_ Te prometo que los encontraremos.
Permanecieron abrazados unos cuantos minutos y después se separaron cuando escucharon la voz de Jovanka llamándoles. Ella estaba corriendo en su dirección y parecía verdaderamente apurada.
_ Caeli, Raziel nos necesita y lleva tu espada.
Caeli frunció el ceño sin terminar de comprender lo que su amiga le estaba pidiendo ¿Para qué querría Raziel sus armas? Era muy extraño.
_ ¿Qué?_ Le pregunto Caeli.
_ Que lleves tu espada, ahora mismo._ Le repitió Jovanka, luego miro a Gallagher._ A ti te esperan en el patio principal, Kayden tiene que hablar con todos.
Al escuchar el nombre de Kayden Caeli reaccionó de inmediato, ella tenía que hablar primero con él después vería a Raziel.
_ Voy con Gallagher._ Anuncio Caeli.
_ No, tu vienes conmigo ahora mismo y luego vas a buscar a Kayden._ Jovanka la miro con dureza._ Es una orden de Kayden así que obedécela.
Ella podría muy bien desobedecer pero había prometido que dejaría de hacer lo que se le antojara y que no comprometería a Kayden por su manía de incumplir lo que se le ordenaba, así que se despidió de Gallagher y fue con Jovanka a ver a Raziel.
El padre Jorge estaba aún lado de Raziel, frente a ellos había una mesa cubierta por espadas. Se trataba de las mejores armas forjadas por la mano del padre Jorge, por las manos de un santo. Los jóvenes hijos de Anac observaban cuidadosamente esperando a que Raziel les explicara que estaban haciendo ahí y que significaban todas aquellas armas.
_ Coloquen sus espadas ahí._ Raziel les señalo el espacio vacío en la mesa.
Uno a uno los jóvenes fueron colocando sus espadas sobre la mesa. Pronto las espadas estaban dispuestas delante de Raziel y el padre Jorge. Achernar la espada de Chamuel, Acrux la espada de Jophiel, Beltelgeuse la espada de Uriel, Lyra la espada de Raphael, Carnwennan la espada de Mikael, finalmente coloco dos espadas más sobre la mesa, Baham la espada de Zadquiel y Chertan la espada de Gabriel.
_ Estas espadas volverán con sus padres._ Les dijo Raziel. Los jóvenes abrieron sus ojos con sorpresa._ Ustedes deberán escoger sus propias armas y darles vida, escojan bien porque esa arma será suya por siempre y se volverá una extensión más de sus cuerpos. Palpitara con sus corazones y respirara con ustedes.
Todos se miraron entre si dudoso pero obedecieron las indicaciones de Raziel y uno a uno se paró frente a la mesa cubierta de armas y eligió una. El primero en hacerlo fue Owen, paso su mirada por cada una de las armas hasta que se detuvo en un espada, la tomo entre sus manos y deslizo su dedo índice por el filo.
_ Dale un nombre, Owen._ Le instruyo el padre Jorge._ Algo que venga de tu corazón.
Owen cerró los ojos y se concentró en el latido de su corazón y el frio acero de su espada en sus manos, entonces el nombre vino a él.
_ Mashtabba._ Owen lo pronuncio lentamente y su espada brillo en sus manos al ser nombrada.
La siguiente en elegir fue Jovanka.
_ Absin._ La espada brillo entre las manos de Jovanka mientras una corriente de electricidad recorría su brazo directo a su corazón.