Los Hijos de Anac y las Marcas Sagradas

Capitulo 23

El padre Jorge no se creía lo que escuchaba, tuvo que sentarse para no desmayarse en cuanto escucho a Kayden pedirle su arco de regreso, su viejo arco, el que utilizo desde que era solo un niño en entrenamiento.

_ ¿Pero porque?_ Balbuceo el pobre viejo.

Kayden simplemente se encogió de hombros y le sonrió, Caeli se divertía al ver la cara de asombro que llevaba el padre Jorge.

_ Lo necesito, usted sabe que soy mejor con el arco que con la espada.

_ Pero…

_ La espada tiene un fin específico.

El padre Jorge se limpió el sudor del rostro con la manga de su hábito y seguidamente se puso de pie para ir en busca del viejo arco, mientras tanto Raziel esperaba a que Kayden le hablara sobre las dudas que tenía.

_ Raziel, si sabes cómo destruir la piedra de E.din._ Dijo Kayden sin voltear a verle._ Necesito que me lo digas, ahora.

Una sonrisa falsa se plantó en los labios de Raziel. _ Se cree que la piedra es lo único que quedo de ese misterioso paraíso perdido._ Explico Raziel._ La piedra es capaz de ejercer una magia sorprendente dependiendo de la persona que la posee, en manos de entes oscuros solo servirá para crear criaturas malévolas y hacer indestructibles a muchos demonios. No sé cómo se puede destruir.

_ Pero…_ Comenzó a decir Caeli._ Tu dijiste…

_ La única que verdaderamente lo sabe es Corman.

_ La gran bruja de magia negra._ Balbuceo Caeli.

Raziel no respondió.

_ ¿Dónde la encontramos?_ Se adelantó a preguntar Kayden.

_ En tierras de los hijos de Adán, oculta en los bosques de Levatine el antiguo hogar de los Zíngaros.

En ese momento el padre Jorge regreso con el arco de Kayden, el joven lo tomo de regreso emocionado por volver a sostenerlo en sus manos, si lo hubiesen puesto a elegir habría deseado que la espada fuera un arco, se sentiría mucho más a gusto.

_ Gracias padre Jorge.

_ Cuídate muchacho, la gran bruja Corman es muy astuta y no les dará nada sin antes recibir algo a cambio. Es peligrosa, tengan cuidado.

El joven sonrió y le dio un fuerte abrazo al pobre viejo, le agradecía muchísimo todos los cuidados y atenciones que le dio durante toda su niñez. Después de que Kayden se despidiera Caeli se acercó al padre Jorge y también lo abrazo, el cariño que todos le tenían al viejo santo era muy grande y le guardaban mucha admiración por su don tan magnifico de forjar las armas de todos los Vigilantes, armas indestructibles que jamás les fallaban en una batalla.

_ Existen muchas cosas que aun desconoces._ Le susurro el padre Jorge a Caeli._ Pero jamás dudes de tu verdadero lugar, sin importar lo que suceda recuerda que eres la hija de Mikael, el Arcángel líder de la corte celestial. _ Caeli se alejó y miro con extrañeza al santo._ No lo olvides hija mía, nunca lo olvides.

Caeli no podía comprender que significaban exactamente aquellas palabras pero de igual manera se las agradeció con una sonrisa.

El padre Jorge tenía la completa certeza de que pronto la joven Caeli tendría que enfrentar la verdad que durante tantos años se le había ocultado, tendría que confrontar una gran oscuridad y reafirmar su identidad.

  • Pronto lo sabrá._ Le dijo Raziel al santo cuando los jóvenes ya se habían marchado._ Tendrá que elegir.

_ Elegirá bien.

Sin importar lo que pudiese ocurrir en los días venideros el padre Jorge conocía el resultado final, el cielo le dio la visión de cómo culminaría la gran guerra de los cielos pero eso era un secreto que debía guardar celosamente porque nadie podía interferir en los designios del señor.

***

Desde la torre del norte se podía admirar el mar y el puerto de la ciudad de Ramsey, la brisa era cálido y cargado con el aroma a mar que a Owen tanto le gustaba. Aquel era su lugar secreto, el único rincón del castillo en donde podía estar realmente solo, el único lugar en el que podía despejar su cabeza y pensar con claridad. Apoyo las manos en la balaústre de piedra, cerró los ojos y dejo que la brisa rozara su rostro y que sus fosas nasales se saturaran con el aroma del mar, aquella sensación de encontrarse en el filo del abismo donde con solo un paso y podría caer al despeñadero le daba una extraña sensación de libertad y seguridad.

_ Entonces es aquí donde te sueles esconder._ Owen ni siquiera se movió de su lugar, reconocía la voz y no le preocupaba que ella lo hubiese seguido._ Tengo que admitir que es una hermosa vista.

Owen sonrió, definitivamente era la mejor vista que se podía obtener desde el castillo.




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