Niall podía sentir el olor a demonios por todo el campamento de los Caídos pero no comprendía porque. Metatron tenía un trato con ellos pero no le gustaba tenerles cerca en lo absoluto ya que los consideraba despreciables e inferiores. Los demonios eran obligados a permanecer lejos y solo acudían cuando se les necesitaba, jamás debían estar cerca de los ángeles Caídos, jamás.
_ No me gusta.
_ ¿Qué sucede?_ Pregunto Caeli mientras se arrastraba más cerca de él tras los arbustos.
Los ojos de Caeli se agrandaron al ver la gran cantidad de demonios que rondaban por todo el campamento, eran demasiados. Ni siquiera contando con todos los Vigilantes, incluso los más jóvenes e inexpertos podrían con todos esos demonios.
_ Ellos no deberían estar aquí. _ Niall apretaba su mandíbula con fuerza y sus puños estaban tan oprimidos que le resaltaban las venas sobre la piel. _ Metatron no los soporta.
Niall le extendió la mano a Caeli y ella la tomo sabiendo que a su lado nadie se atrevería a tocarla o a intentar algo en su contra. Ambos se levantaron y caminaron fuera delos arbustos en dirección al campamento con calma y determinación, Niall no dejaba de mirar en todas direcciones como buscando a alguien, alguien que quizás le explicara el motivo de por qué los demonios estaban en el campamento como si les perteneciera.
Los demonios sintieron el aroma de los recién llegados, levantaron sus cabezas en su dirección y se pusieron a la defensiva en segundos. Niall se detuvo y tiro de Caeli tras su espalda, miro a los demonios con ira pero a la vez como su superior, como alguien a quien le debían respeto y obediencia.
_ ¡Quítense montón de carroña de mala muerte!_ Les grito un joven a los demonios y ellos de inmediato se dispersaron._ Les aseguro que si le ponen un solo dedo encima al hijo de Metatron los desmembrará con sus propias manos.
Cuando los demonios estuvieron dispersados el joven miro a Niall con una enorme sonrisa de satisfacción en los labios. Era alto, con cabello negro rizado en las puntas, su piel era tan pálida como la luna y sus ojos más oscuros que la noche. Tenía cierto atractivo misterioso y peligroso al mismo tiempo.
Niall le devolvió la sonrisa.
_ Balthazar, no tienes idea de cuánto gusto me da verte.
Balthazar inclino su cabeza hacia atrás y se rio fuerte, tenía una risa tranquilizadora y relajada lo que le dio a Caeli un poco de calma. Niall acorto la distancia entre ellos y se abrazaron como lo harían dos grandes y genuinos amigos, Caeli se limitó a permanecer a unos cuantos pasos de ellos sin dejar de estar alerta.
_ ¿Qué hacen todos estos demonios aquí?_ Niall no podía perder tiempo, necesitaba saber dónde estaba parado.
_ Fue idea de Azrael. Están preparándose para la batalla.
Niall frunció el ceño.
_ No sé por qué no me sorprende ¿Él está de acuerdo con esto?
Balthazar no respondió.
_ ¿Cómo esta ella?_ Niall no tenía que preguntar a quien se refería, conocía bastante bien a su amigo para saber que su corazón le pertenecía a su hermana.
_ Está a salvo._ Balthazar suspiro con alivio._ La deje con alguien que la protegerá igual o más que yo.
El ceño de Balthazar se frunció, no podía imaginar a Clío siendo protegida por alguien a quien él no conocía y por el tono en el que Niall se había referido a ese “alguien” no se sentía más tranquilo. La joven se abrió paso en su corazón como un cuchillo muy afilado y el sangraba a su alrededor solo suspirando porque ella le diera la oportunidad de vivir.
_ Eso no me tranquiliza. Es más, me preocupa aún más.
Ahora fue Niall quien soltó una carcajada.
_ Lo sé, tu solo te relajarías si ella estuviera bajo tu sombra._ Niall miro a Caeli y tomo su mano._ Necesitamos verlo.
Balthazar asintió y les hizo una seña para que lo siguieran. No pregunto por la compañía de Niall porque estaba seguro que pronto se enteraría de todo lo relacionado con ella. De momento con solo ver la manera en que su amigo la tomaba de la mano podía saber que era importante, al menos para él.
***
Metatron yacía frente a la ventana, mirando hacia la nada. Aun podía oler las cenizas de la antigua Connan, podía percibir la sangre de su gente y el llanto que consumió sus almas hasta la muerte. También percibía el espantoso olor de los demonios, azufre, muerte y putrefacción, detestaba a esas criaturas, las consideraba pura escoria de lo peor pero las necesitaba para sus propósitos.