El vórtice al purgatorio se cerró en cuanto todos estuvieron fuera, los hijos de Anac cayeron de rodillas mientras sus lágrimas cubrían el suelo. Solo Niall y Clío se mantuvieron en pie, sin derramar lágrima alguna y sin expresar ninguna emoción.
El padre Jorge junto a Mitiel y los otros ángeles se acercaron a los Arcángeles, todo había terminado para ellos.
_ Deben regresar._ Dijo en voz baja el padre Jorge._ Ya no hay nada que puedan hacer aquí.
Owen levanto la mirada hacia su padre._ No nos pueden dejar ahora, debe existir alguna manera de recuperar a Caeli, ella…
Mitiel se arrodillo frente a Owen y acuno su rostro entre sus manos._ Ella no volverá.
Owen se alejó de Mitiel como si su contacto le causara daño. _ No, no, no, no…
En ese momento Kayden tuvo la certeza que sus vidas jamás volverían a ser las mismas, ahí en ese preciso momento estaban reunidos los siete elegidos, los primogénitos de los Arcángeles; a unos cuantos pasos se encontraba la única prueba del paraíso incrustada en el pecho de un ángel redentor. Cada paso que dieron, cada elección que hicieron los llevo a ese momento. Se fueron los que no podrían lidiar con el nuevo orden que comenzaba a establecerse. Y solo quedaron ellos, los que con su esfuerzo y sacrificio se ganaron la marca en su piel.
_ Owen…_ Lo llamo Kayden._ se acabó, todo termino. Las cosas están en el lugar que les corresponde y lo único que falta es que se marchen._ Kayden miro a su padre._ Dejemos que esto termine de una vez para que consigamos comenzar a hacer nuestro propi camino.
Owen se limpió las lágrimas con el puño y se puso de pie, lo siguieron Lugh, Jovanka, Nael y Arif. Todos se irguieron sobre sus pies y levantaron el rostro. El tiempo de lamentarse se quedaba atrás, dejarían la pena de los que perdieron y continuarían con lo que sus marcas los destinaban a ser.
_ Aún hay muchas preguntas._ Les dijo el padre Jorge._ Pero encontraran las respuestas.
Gabriel se acercó a su hijo y lo abrazo, se sentía culpable por no ser capaz de darle las respuestas que tanto ansiaba. Pero en aquel preciso momento sentía que él tenía muchas más preguntas y solo regresando al cielo conseguiría entenderlo todo.
_ ¿Estarás bien?_ Kayden se limitó a asentir._ Estoy orgulloso de ti.
_ Ahora que Metatron está en camino al cielo debemos regresar._ Mikael lo decía para todos pero solo miraba a Owen._ Espero…
_ Estaremos bien._ Se adelantó Owen._ Estaré bien.
Los siete Arcángeles retrocedieron mirando a sus hijos fijamente, levantaron sus espadas y sonrieron. Esa sería la última vez que los verían pues sus caminos tomaban rumbos opuestos que jamás se volverían a unir. Se desvanecieron en una luz azul que atravesaba el firmamento desnudo de estrellas.
_ Debes buscar la verdad._ Murmuro Mitiel en el oído de Niall._ Hay muchas cosas que aún no conocen. Todo lo que ha sucedido solo lo entenderán cuando todos los secretos sean revelados.
_ ¿No te quedaras con nosotros?_ Clío sostenía la mano de su madre esperanzada en que permanecería con ellos.
Ella negó._ Pronto nos volveremos a ver.
Mitiel y sus compañeros también se desvanecieron en una breve luz amarilla, sus siluetas se fueron disolviendo mientras sus rostros amables mostraban una sonrisa.
_ Acabo._ Suspiro el Santo.
Kayden miro a sus compañeros, luego al padre Jorge.
_ No, esto recién comienza.
Extendió su mano hacia Clío, entrelazaron sus dedos y se sonrieron con la mirada. A su lado los hijos de Anac enfundaban sus espadas y silenciosamente sellaban un nuevo juramento. El cimiento de su nuevo camino estaba dispuesto bajo sus pies solo tenían que recorrerlo.
El padre Jorge miro a la luna, el velo azul había desaparecido completamente, sonrió hacia el cielo pronunciando las palabras de Kayden. Si, aquello solo era el comienzo. A partir de ese momento la vida cambiaba para todos.