#02

Aquello era lo que le estaba sucediendo a Júpiter,  pues una mañana cualquiera al despertar, se dio cuenta que el dibujo de nos delicados tallos con pétalos parecidos a los de una rosa con detalles de espinas y algunas hojas resecas, decoraban como si fuesen pulseras sus tobillos. Ese día se permitió llorar como nunca antes lo había hecho, solo en su habitación con una almohada amortiguando sus sollozos, sabía su final y no había remedio para aquello, aunque le dolió mucho más enterarse de esa manera.

Su amor no era correspondido, se enamoró de un imposible y así es como debía de asumirlo. Lo tenía muy claro desde el principio, desde la vez que la miro directamente a los ojos y la sensación fue diferente a las anteriores, desde la vez que tomo su mano y el tacto le producía diversas reacciones incontrolables, desde la vez que supo que se enamoró de Saturno, quien ya permanecía en una relación.