Capítulo 1

Actualidad

Siempre me han dicho que la adolescencia de por si es difícil pero nunca creí que tanto, aparte mi historia personal no ayudaba a que ese peso fuera más soportable, en cambio solo me hundía más y más, la mayoría de las chicas de mi edad estaban preocupadas de tener novio, de quien tenía la mejor ropa y quien supuestamente era más bonita por lo cual siempre veías a algunas maquilladas porque según algunos es obligatorio que una mujer use maquillaje para verse bonita, pero yo en cambio no me preocupaba de esas cosas o más bien no hacía caso a ese tipo de comentarios, mientras algunas buscaban novios yo me dedicaba a simplemente existir. A pesar de lo difícil que es ser adolescentes nunca era malo soñar como un niño pequeño, yo soñaba con hacer la diferencia en cambiar las reglas a las cuales la sociedad nos ha impuesto siempre, no solo quería pasar a mis 15 años encerrada en una sala de clases tratando de aprender cosas que tal vez nunca me servirían en mi día a día, quiero poder hacer cosas diferentes a las cuales me imponían, quería cambiar aunque de ya por si era diferente, mis gustos eran extraños ya que como no me gustaba llamar la atención siempre me vestía de negro, nunca me arreglaba mucho, ni mi pelo ni mi cara ni nada, mi pelo es muy largo y liso; y de un color negro, yo si me maquillaba pero no como la gente común, me maquillaba con delineador negro y a veces un lápiz labial también negro, lo malo de ser como yo soy es que la gente te mira como un bicho raro como si estuvieras loca o como que eres una rebelde, yo no lo hago por rebeldía si no por la simple razón de que me gusta ser diferente al resto, no seguir las reglas de la sociedad.

Mi personalidad con casi todas las personas era de desprecio y cada vez que me hablaban les respondía de mal humor y con sarcasmo y por razones como mi personalidad nadie se juntaba conmigo dejándome sola; con la única persona que me mostraba de forma más amable era con mi prima con la cual no hablaba mucho en el colegio ya que prefería que no le dijeran nada por hablarme, ambas teníamos la misma edad e íbamos en el mismo curso, la única diferencia era que ella era de piel más blanca, su pelo era ondulado de color castaño claro, los ojos de ambas eran del mismo color que era café oscuro y nuestra altura era muy parecida excepto que yo era cuatro centímetros más baja que ella. Mi prima era la única que me trataba de entender aún que sabía que no compartía los mismos pensamientos que yo, pero en el fondo agradecía su esfuerzo, mientras la relación que tenía con el resto de mi familia no era la mejor ya que mis pensamientos chocaban con las creencias de ellos y yo no tenía problemas con decir lo que pensaba, lo cual les molestaba bastante.

Como soy una persona que siempre trata de llevar la contraria no soy una persona muy querida así que siempre que podía en los fines de semana viajaba a la capital de mi país que es Santiago solo para desconectarme de todo lo que pasaba en mi vida la cual encontraba que era una porquería, pero nada podía hacer para cambiar mi vida y solo me quedaba resignarme.

Hoy estaba en la escuela o la prisión como le decía a veces, estaba soportando las estupideces de mis compañeros aún que claramente si había algunas que me causaban risa, pero la mayoría de las cosas que decían o hacían me molestaban al punto de querer huir lo más pronto de ese lugar, pero no podía irme ya que a pesar de todo era esclava de la sociedad que me exige ir a la escuela a aprender cosas que jamás me servirán en mi día a día. A pesar de todo yo vivía sin vivir, sentía que vivía la vida de alguien más ya que si viviera mi propia vida estaría segura de que todo lo que hago en estos instantes no lo haría.

Mi nombre es Lydia Salah tengo 15 años y a pesar de mi edad me gustaría poder lograr mucho más de lo que alguien que tenga el doble o triple de mi edad pueda llegar hacer y no solo para ir contra la sociedad si no para ser diferente y sentirme bien siendo yo misma, ser diferente no es malo solo es lograr ser tal y como eres y además uno podría lograr ser diferente sin tener que esconderte del resto del mundo.