Los Kinesis

Capítulo 5

1 año y medio más tarde

 

El aire era mi elemento favorito y aunque me gustaría seguir practicando con este no podía, ya que también tenía que aprender a usar el resto de las psicokinesis y ahora me tocaba el agua más conocida como hydrokinesis, era una kinesis bastante interesante pero seguiré diciendo que me gusta más el aire; lo primero que aprendí fue en poder mover el agua en un pequeño vaso con agua, el que me enseñaba era nadie más que Marcus, de hecho él se ofreció a enseñarme la hydrokinesis ya que era uno de las kinesis que más bien se le daba, pero él decía que le gustaba más el fuego y me lo enseño un poco y la verdad también era bastante bueno con esa, Marcus desde que me empezó a enseñar nos volvimos mucho más cercanos de lo que ya éramos y eso no me molestaba de hecho me agradaba pasar tiempo con él y era una de las pocas personas que no alejaba, como era costumbre en mí; como empezamos a pasar mucho más tiempo juntos el empezaba a entender de por qué yo era tan oscura y fría, yo empecé a contarle cosas de mi pasado que me habían marcado y convertido en lo que era ahora, por eso entendía lo distante que era con todos y entendía mi forma de vestir, aunque ahora gracias a las psicokinesis me había empezado a vestir con otros colores aparté del negro, ahora mi maquillaje era tener los labios un poco morados con un nuevo labial que había comprado hace poco tiempo pero me seguía delineando los ojos de negro aunque ya no me ponía sombra negra en los ojos a veces me ponía uno de color café que me daba una mirada más amable, mi pelo seguía igual de largo pero el último tiempo me había entrado las ganas de querer cortarlo ya que también en muchas de las clases me molestaba el pelo tan largo. Ahora me encontraba adentro de la casona abandonada que usan los kinesis para esconderse, con un pequeño basó con agua y Marcus hablando y observando todo lo que hago.


– Sabes, no eres tan insoportable como creí que eras el primer día que te conocí – me dijo Marcus viéndome como yo trataba de crear una esfera de agua – eres bastante agradable cuando permites que otras personas entren a tu vida.        
 

– Por qué ahora me conoces mejor dices eso – le dije sin quitar la vista del agua para lograr mi objetivo – y la verdad nunca dejo que la gente se involucre mucho en mi vida así que no te creas la excepción a esa regla, solo estoy un poco más abierta a relacionarme con gente ahora por las kinesis, soy más tolerante.
 

– Si te conozco mejor y puede ser que nunca me dejes meterme de lleno en tu vida, pero sigo sin entender del todo algo que me ha llamado la atención hace mucho tiempo – dijo Marcus.  
 

– ¿Qué cosa? – pregunté a la vez que lograba hacer volar unas pequeñas gotitas del agua que fui juntando para crear una esfera débil, pero por lo menos iba en camino a algo.       
 

–¿Por qué querías aprender tanto las psicokinesis? – Marcus no era muy curioso, pero cuando le interesaba mucho algo pues si quería saber más.
 

– Porque todos creen que una chica de 15 años no puede hacer la diferencia o hacer algo especial, aunque sé que ahora tengo 16, pero también porque quería hacer algo aparte de estar encerrada en mi casa pensando en las cosas triviales como lo hace la mayoría de las chicas de mi edad – mientras le hablaba a Marcus logré hacer la esfera de agua, aunque era pequeña era un gran logro por ahora.
 

–¡Muy bien! – me felicitó y tenía una gran sonrisa la cual se le podían ver casi todos los dientes – solo te falta perfeccionar unas cosas y una parte más de la hydrokinesis para poder pasar a mi kinesis favorita de todos los tiempos.
 

– ¿La piroquinesis? – dije dejando de nuevo el agua en el vaso como si nada hubiera pasado, creo que eso era lo que más me gustaba de las kinesis, que puedes hacer cosas maravillosas, pero puedes cambiar todo eso en un momento para que pareciera que nada paso, era increíble.
 

– Así es – se veía muy contento – ¿Por qué me vez así? – no me había dado cuenta de que lo estaba mirando fijamente con una expresión de curiosidad.
 

– Es que...es raro verte sonreír, sin ofender – dije lo último apresurada, a Marcus verlo tan relajado como estaba hora era difícil ya que siempre estaba a la defensiva de todo lo que uno le podía decir o hacer.       
 

– No te preocupes, eres una de las pocas personas con la cual me siento tan tranquilo como para sonreír – él me estaba mirando directo a los ojos – De hecho jamás me sentí tan a gusto con una persona como me siento contigo – una extraña sensación paso por mi estómago – creo que de alguna forma te volviste en alguien especial para mí – bajo su vista a mi labios y yo solo lo podía ver, aunque me puse muy nerviosa por su mirada en mí, después volvió a mirar mis ojos y se empezó acercar poco a poco a mí, hasta que nuestras caras quedaron a escasos centímetros de distancia, no podía aguantar la cercanía, me estaba poniendo muy nerviosa.    
 

– Bueno – me levante apresuradamente del asiento y me aleje lo más posible de Marcus – ya terminé por hoy, será mejor que vuelva a casa – me di vuelta y busque con desesperación la puerta queriendo salir lo más pronto posible, cuando la encontré me acerque lo más rápido a ella – adiós – dije sin darme vuelta a verlo.
 

– ¡Lydia...! – cerré la puerta y ya no lo podía oír. ¿Qué estaba pasando?, ¿Por qué se acercó de esa forma así a mí?, bueno una cosa estaba más que clara, él me quería besar, apenas salí de la habitación suspiré pesadamente mientras me apoyaba en la puerta, después de unos segundos decidí por irme y lo iba hacer hasta que una voz femenina me hablo.
 



#4151 en Joven Adulto

En el texto hay: adolecente rebelde, poder y guerra

Editado: 07.10.2021

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