Los Kinesis

Capítulo 16

Siglo XVII

Estaba oscuro y frió pero no podía hacer nada más que quedarme aquí hasta que me dijeran que tenía que hacer para que no me mataran por mis crímenes, yo no soy inocente pero lo que había hecho tenía una explicación, no me podían arrestar por haber matado a un hombre y a toda su familia ya que ellos fueron los que atacaron primero y yo solo cobre venganza, lo cual la justicia no hizo, mi familia era humilde y solo por robar lo poco que teníamos los tuvieron que matar, la justicia nunca llego y yo la busque con mis propias manos pero ellos me tomaron preso a mí pero no a ellos.

– Oye tu – me grito un policía – sale de ahí – empezó abrir la celda y yo me levante del suelo – hoy toca tu juicio – me quede hay parado son hacer más – ¿Me escuchaste? – yo solo asentí – Entonces sale idiota, quedarte aquí no atrasara tu condena – salí de la celda y seguí al policía, me llevo a una pequeña sala donde se encontraban dos hombres, me sentó frente a ellos y el policía se puso detrás de mí.

– Muy bien, mato a 4 personas en una sola noche y la policía lo encontró de inmediato – uno de los hombres estaba leyendo una carpeta – No debo preguntar si es culpable o inocente ya que usted mismo confeso hacerlo.

– Si yo confesé – dije sin ninguna emoción, pero por dentro estaba nervioso.

– Bien, entonces ¿Que castigo le damos? – esta vez no me dijo a mí, sino que a su compañero – ¿Se merece la muerte?

– No – esta vez hablé yo – no me maten yo solo lo hice para hacer justicia – estaba nervioso con la pura idea de que me mataran, no quería que mi vida terminar de esta manera.

– Las 4 personas eran brujos, ellos hace años se habían ido, pero volvieron solo para robar y en eso mataron a personas inocentes – dijo el policía detrás de mí – y todos saben que esos brujos se estaban escondiendo en un lugar imposible de llegar para la policía, tal vez él pueda infiltrarse y ayudarnos, así podría pagar su condena, después de todo mato a gente que no era inocente.

– Sí, yo hago cualquier cosa, pero no me maten – estaba nervioso, más que nerviosos estaba aterrado.

– Ponlo de vuelta a su celda – le dijo el hombre y el policía se acercó a mí para hacer lo que le habían mandado, me tomo de las manos y me saco de la sala para llevarme a la celda, me tiro adentro de la celda y me dejo hay. Después de varias semanas me dejaron ir, pero con una condición, encontrar a los brujos para que la policía los matara, yo prefiero mil veces ayudar a encontrar a esos engendros a que me maten, aunque nunca me había encontrado con uno cara a cara, pero era un precio que estaba dispuesto a pagar por salvar mi vida.

Había pasado ya 1 año desde que fue mi juicio y ahora estaba cumpliendo mi condena que según esta tenía que encontrar a brujas y entregarlas a la policía, pero hasta ahora todo mis esfuerzos han sido un fracaso, no he encontrado ninguna pista que me lleve a las brujas es como si la tierra se los hubiera tragado por completo sin dejar ningún rastro de ellos, pero yo no me iba a rendir tenía que encontrarlos y matarlos y si podía con mis propias manos. Ya iba por el séptimo pueblo y nada, en los otros 6 siempre que preguntaba si había una bruja ellos me respondían que no habían, que estaban libres de brujas de hace ya 3 meses y eso era mucho tiempo pero aún no perdía la esperanza, al llegar al séptimo pueblo fui a un lugar para descansar y hay dormí hasta el día siguiente, cuando desperté fui directo hacia el lugar donde podría buscar información, fui a la policía ahí me dijeron todo lo que sabían pero al igual que en los otros pueblos no habían quemado una bruja hace 3 meses, sin ganas me fui a dar una vuelta por el pueblo para poder pensar mejor sobre mi siguiente movimiento para encontrar a los hijos del demonio, sin querer choque con una chica de unos 18 años, ella llevaba una canasta llena de frutas, tenía el pelo castaño claro y con unas pequeñas ondas, sus ojos eran de color verde, su piel era de color claro, llevaba puesto un vestido de color rojo pero este estaba un poco gastado, yo solo la podía observar cómo recogía las frutas del suelo y solo reaccione cuando esta me hablo.

– Me hubiera servido un poco de ayuda – me hablo mientras recogía la última fruta del suelo.

– Lo siento, yo... – no sabía que más decirle a la chica.

– No te preocupes, debes tener muchos problemas como para no darte cuenta de que yo venía por el mismo camino que tú – me dijo seria, pero no se notaba molesta.

– Sí, tengo algunos problemas – la verdad es que no era tiempo de hablar, pero algo me impedía moverme de ahí – mi nombre es Jim – le dije mientras le extendía la mano, normalmente no les decía mi nombre a personas que recién conocía, pero algo era diferente con ella.

– Antonella – dijo mientras estrechaba mi mano – bueno ahora me tengo que ir – soltó mi mano y dio media vuelta – espero que soluciones tus problemas pronto.

– Gracias – y ella se fue caminando, al darme vuelta me di cuenta de que todos me miraban extrañados, me acerqué a un vendedor que había cerca para preguntarle lo que pasaba.

– ¿Por qué todos me miran extraño? – le dije al hombre cuando estuve cerca de él.

– Se nota que eres nuevo, así que te lo diré – me dijo el hombre – esa chica viene con diferentes frutas o verduras todos los días, ella las vende a un precio accesible, pero de ellas saca mucho dinero y después compra un montón de cosas, como ropa de todo tipo o zapatos que claramente ella no usaría.

– Tal vez solo tiene una familia grande – le dije son tomar importancia sobre lo que me acaba de decir ya que normalmente todos tenemos familias numerosas.

– Ese es el tema, nadie conoce a su familia y ella entra y sale del bosque todos los días con alimentos que a veces no se dan en este tiempo – dijo haciendo que el miedo y la curiosidad me controlaran.



#4151 en Joven Adulto

En el texto hay: adolecente rebelde, poder y guerra

Editado: 07.10.2021

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