Los Levitantes

Prologo

Yael a los 10 años

Mi hermana y prima eran bastante cercanas a mí, ambas siempre se preocupaban de mí sin importar lo que hiciera, cuando las dos desaparecieron me sentí perdida, como si me hubieran arrebatado algo muy valioso para mí. La familia entera siempre decía que ellas eran unos monstruos y que no se merecían llevar el apellido de la familia, llegó a un punto todo el odio que les tenían, que cada vez que se hablaba de ellas todos preguntaban quiénes eran, con el tiempo deje de preguntar de ambas ya que siempre que lo hacía me retaban, un día mi mamá me dijo que le había hablado a mi hermana y también me dijo que ella estaba bien, en ese momento supe que podía volver hablar de ellas, pero cuando pregunte por mi prima mi mamá me golpeo, solo podía hablar de mi hermana y solo con mi mamá porque con el resto ella seguía siendo una completa desconocida.

Cuando cumplí los 10 años tuve un sueño muy extraño en el cual se escuchaba una voz femenina entre una oscuridad muy profunda, esta voz decía cosas que pasar mí no tenían sentido.

"Yael Álvarez, tu fuiste elegida, tú te convertirás en la líder de un grupo de personas llamadas los kinesis quienes pueden controlar los elementos de la naturaleza y mucho más, tú serás capaz de controlar dos kinesis totalmente contrarias a la perfección porque solo tú, con estas habilidades, podrás provocar que los kinesis sean aceptados y libres para siempre. Mi nombre es Johana y yo seré quien te guiará en este difícil momento que estás a punto de vivir"

A días de mi cumpleaños llego mi hermana a casa muy distinta a lo que recordaba, se veía más grande y no tan solo por su cuerpo, sino también en cómo se paraba frente a los demás, también estaba más seria, aunque apenas me vio se le dibujó una sonrisa en el rostro, yo estaba emocionada y salte a abrazarla de inmediato, después de eso vino lo malo, mi madre le había tendido una trampa a mi hermana para que viniera a Chile y entregarla a la policía, yo me sorprendí al ver que mi madre había vendido a su propia hija sin ninguna emoción de remordimiento, jamás creí que mi mamá fuera capaz de hacer algo como eso.

Por suerte cuando vi a mi prima al rescate de mi hermana mi felicidad volvió, ella también había cambiado mucho, ahora estaba seria, tenía una contextura de cuerpo más gruesa y portaba un arma o más bien una espada, ella amenazó a mi madre con su arma para que soltara a mi hermana y la dejara ir, después se pusieron a gritar una a la otra sin parar hasta que yo fui y abrace a mi prima, estaba hablando con ella cuando aparece una mujer desconocida para mi diciendo que la policía ya estaba llegando, mi prima fue de inmediato a la entrada del terreno que compartimos la familia, vi como mi prima creaba un gran tornado, al ver eso me hizo recordar a mi extraño sueño.

– Es verdad – dije sin pensar, estaba sorprendida de lo que estaba viendo.

– ¿A qué te refieres? – me pregunto mi hermana, yo solo negué con la cabeza sin tomarle mucha atención ya que los policías habían entrado al terreno, pero mi prima los detuvo con su gran tornado, no podía de dejar de ver a mi prima ya que era impresionante ver algo como eso y más cuando apenas tienes 10 años, me di cuenta que teníamos un policía frente a nosotras cuando alguien le quitó el arma y este salió corriendo, vi a una mujer con la pistola en la mano, está ya se iba cuando se me ocurrió abrir la boca.

– Espera – dije, la mujer se da vuelta y me observa – ¿Qué son ustedes? – pregunté esperando a que su respuesta fuera al nombre que me habían dicho en mi sueño.

– Somos los Kinesis – respondió la mujer quien después de responder se dio vuelta y se fue donde estaba peleando mi prima.

– Me quiero unir – dije, si era cierto mi sueño yo los guiaría a ellos y los salvaría de esto, de que la policía los buscara y que gente como mi madre los traicionara.

– ¿Qué? – mi hermana dijo sorprendida.

– Quiero hacer todo lo que ellos hacen – dije con entusiasmo, vi como mi hermana no estaba muy segura de dejarme aprender eso lo que ellos hacían, creí que me diría que no pero su respuesta me sorprendió.

– Está bien – dijo sin mucha convicción, se agacho para quedar a mi altura – Escúchame con mucha atención, recuerdas cómo llegar a la capital – yo solo asentí, me dijo todo el recorrido que debía hacer, mientras me pasaba unas monedas para el viaje, solo asentí a todo lo que me dijo y me fui.

Corrí hacia la división entre nuestro lado y el de nuestro vecino; pase por la reja y me fui alejando poco a poco de todo lo que pasaba, olvidando a mis padres y a mi familia, tome las monedas y las guarde en mi bolsillo, solo corrí a donde se tomaba el bus hacia la capital, en lo único que pensaba era en cómo están mi prima y mi hermana las cuales se habían quedado en la casa peleando contra los policías, cuando llegue a la estación me dolían las piernas de tanto correr pero no podía parar, compre un boleto y subí al bus sin tratar de preocuparme en las miradas de las personas que se dirigían a mí

No sé cuánto tiempo pasó desde que el bus salió y llegó a la capital pero solo sabía que tenía que seguir las instrucciones de mi hermana, claro para una niña de 10 años es difícil y más sin un adulto diciéndote que estás equivocado, camine hacia donde me había dicho mi hermana para llegar al edificio, cuando iba entrando al edificio alguien me toma del brazo y me empieza alejar del centro de la ciudad, me llevan a la parte más oscura y solitaria de la ciudad, yo con el miedo que sentía no pensé en nada más que en estar tranquila para que no me hicieran nada, llegamos a un edificio pequeño de 2 pisos, cuando entramos vi a mucha gente dentro del edificio,; algunos hacían lo mismo que mi prima y sus amigas, otros hacían otras cosas que no había visto a nadie hacerlo; la persona que me llevó a ese lugar me guió a una pequeña habitación, solo me senté y mire al suelo.




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