Los Levitantes

Capítulo 1

– Cierra lo – me gritaba Francisca – de todas formas siempre estuve condenada a morir.

– No lo haré – dije un tanto molesta.

– ¡Que lo cierres! – Me volvió a gritar más fuerte que antes – ¡Hazlo ahora!

– ¡No! – Dije casi llorando – no te quiero perder hermana.

– Ya me perdiste para siempre Yael – me dijo antes de volver a desaparecer en la esfera de agua.

– ¡NO! – grite mientras me despertaba alterada – no puedo perderte de nuevo – dije en un sollozo mientras volvía a sentir ese vacío otra vez en mi corazón, aún no puedo creer que mi hermana haya muerto y lo peor es que yo fui quien la mató, nadie más que su propia hermana la mató, al despertarme y tranquilizarme me di cuenta que Sara no despertó con mi grito y aprovechando que ella seguía durmiendo salí de la habitación para caminar como alma en pena por todo el refugio.

Ya había pasado una semana y media desde la muerte de mi hermana y no había dormido ni la mitad de esos días, estaba realmente cansada, pero apenas ponía la cabeza en la almohada las pesadillas me atacaban haciéndome despertar en seguida sin dejarme volver a dormir ni un segundo más, decidí salir del refugio para distraerme un momento y hacer algo más que solo pensar en la muerte de mi hermana, estando afuera sólo empiezo a caminar por la nieve que cubría toda la isla, camine sin rumbo fijo por la isla solo para tratar de mantener mi mente en lo que importaba realmente que era lograr que el mundo nos aceptara sin importar el precio que este cueste, sin darme cuenta llegue al cerro que alguna vez Zigor me trajo y este aún seguía siendo igual de hermoso a pesar de estar de noche, sin pensarlo me acerque a un árbol y me senté debajo solo para estar tranquila pero entre tanta oscuridad quise un poco de luz pero no quería una luz tenue, quería una luz que me llegará a quemar – Tal vez eso me sirva para alejar el dolor – dije en voz alta, tal vez si lograra una luz tan fuerte que está me mataría y así lograría estar con mi hermana y prima.

– No lo hagas – escuché una voz masculina que era de Zigor, me di vuelta buscándolo y cuando lo logré ver vi que estaba con una mirada preocupada – No hagas lo que estás pensando hacer – su voz se quebró al final de la frase, sabía que estaba triste por que era más que obvio que me había leído la mente, haber aprendido la telepatía llega a un punto donde llega a ser molesto.

– No iba hacer nada – dije mientras me levantaba y acercaba a él para tranquilizarlo – tranquilo, no tienes de qué preocuparte.

– No soy estúpido Yael – dijo en tono molesto – te leí la mente – tenía razón el me había leído la mente, cerro los ojos y se calmo – se que estás sufriendo pero debes entender que lo que pasó no es tu culpa, ella tomo su decisión.

– Si fue mi culpa – dije ya cansada de que todos me tratarán de convencer de lo contrarió, todos me miraban con lástima y eso me molestaba – pude haber tomado otra opción pero tome la que me quitaba a mi hermana.

– Tu hermana tomó la misma decisión que tu prima – dijo Zigor tomándome por sorpresa lo que acaba de decir – y al igual que tu, Kara también se sentía culpable por la muerte de Lydia y esa culpa la siguiente hasta el día que murió, no seas como ella Yael – dijo acercándose más a mi – no dejes que la culpa de algo que no es tu culpa te consuma, no te conviertas en tu hermana.

– Yo no soy mi hermana – dije molesta, sabía que él me quería proteger pero esta no era la forma, yo estaba sufriendo y él sólo me hablaba del pasado el cual era igual de doloroso que el presente.

– Pero te estás convirtiendo en ella – dijo casi en una súplica, solo lo mire sin saber que decir a continuación, lo mire una última vez y decidí bajar hacia el refugio otra vez tratando de no mirar atrás, no quería mirar a Zigor ya que no quería ver su sufrimiento el cual era causado por mi culpa. Fui a mi habitación compartida con Sara, cuando llegué esta seguía durmiendo tranquila sin saber nada de lo que pasó hace un momento.

Decidí tratar de seguir durmiendo para no pensar en la culpa ni en ninguna otra cosa más, me acosté y no pasaron ni 5 minutos cuando me sumergí en un sueño oscuro sueño sin ninguna luz por ninguna parte, por suerte la oscuridad no me provoca nada debido a mi poder y eso era bueno, ya cansada de tanta oscuridad use la photokinesis para poder ver algo pero apenas puse la luz delante mío vi a una mujer, la cual me asustó, llevaba un vestido, esta se acercó sólo un poco más a mi y empezó hablar.

– Es momento de que sepas lo siguiente que tienes que hacer Yael – dice la mujer con una sonrisa en su rostro – y se que al igual que las otras veces seguirás mis instrucciones al pie de la letra.

 




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