Los Levitantes

Capítulo 8

No podía estar pasando esto, primero fue mi prima, después mi hermana y ahora Zigor, él no me podía dejar el se tenía que quedar conmigo, sentía como la desesperación crecía en mi interior.

– El va a despertar – dije mirándola – ¿Verdad?

– No lo se – me trate de acercar, pero como estaba esposada no pude, y al intentarlo vi como ambos se alejaban – los doctores dicen que está grave y que tal vez esté mucho tiempo inconsciente.

– No puede ser – me volví acostar – él no me puede dejar – dije bajo, los vi y ambos me miraban sin entender – tengo que verlo – pedí en una súplica, no reconocía mi voz, esta era de total desesperó.

– Lo siento, no puedes verlo – dijo la enfermera – eres una prisionera, en eso no te puedo ayudar.

– Tengo que verlo – volví a decir pero un poco más fuerte y con más desesperación – ¡Tengo que verlo! – grite y note como las lágrimas empezaban a salir – ¡Él tiene que despertar, no me puede dejar! – dije, vi como mi visión se volvía más oscura, estaba usando la umbrakinesis para sumergirme en el dolor sin que nadie me viera, y todo era inconscientemente – No me puedes dejar Zigor – dije más bajo para que yo solo lo escuchara, de pronto sentí como alguien me tomaba del brazo y me inyectaban algo, mi oscuridad se desvaneció de a poco hasta que vi todo a mi alrededor otra vez, vi a Juan con su arma en mano, Marta estaba detrás de él muy asustada y otra enfermera que no conocía con una jeringa, sentí mi cuerpo pesado y de pronto caí en un sueño tranquilo hasta que una mujer apareció, pero no era la misma mujer de siempre está era mi prima.

– No te desesperes Yael – me dijo, parecía feliz, pero aún se le podía ver una pizca de dolor, también parecía haberse quedado pegada en el tiempo, ella estaba igual a como la vi la última vez o como cuando murió, con la misma ropa, el mismo peinado, todo ella estaba igual – todo va a mejorar, además pronto saldrás de ese lugar.

– Prima, no me puedes pedir que esté tranquila – estaba feliz de verla a ella y no a la otra mujer, pero dentro de mí aún estaba la desesperación – él podría no despertar nunca más, lo perdería tal y como te perdí a ti y a mi hermana.

– Nuestras muertes sirvieron para que tú crecieras y te hicieras más fuerte – dijo y se acercó a mí – puede sonar cruel, pero las pérdidas y la muerte nos hacen crecer en nuestro interior haciéndonos mejores personas, aunque no todos toman la muerte de esa manera, pero tu no seas como ellos – después me abrazó y yo le correspondí – todo lo que pasa es por una razón, pero ahora no necesitamos hablar de muerte por que por mientras eso no pasará ahora – dejo de abrazarme y me miró – Zigor no te dejará solo ten fe y paciencia prima, pronto todo esto pasará y yo y Kara por fin podremos descansar, por favor mantente con vida y una cosa más, la muerte de Kara no es tu culpa, ella tomó su decisión al igual cuando la tomé yo.

– Gracias prima – la volví abrazar y sentí como su cuerpo desaparecía hasta que volví en la oscuridad del sueño.

Cuando volví a despertar estaba sola en la habitación, aún estaba desesperada por querer ver a Zigor, pero no podía hacer nada más que esperar, a pesar de la situación tenía que estar tranquila para que todo resultará a mi favor. 

Durante el resto del día iban enfermeras que no conocía a ponerme más calmantes, lo se ya que una de ellas tuvo la amabilidad de decirme, me los suministraban para que yo no usara mis habilidades y le hiciera daño a alguien o con las palabras que una de ellas utilizo es para que yo no sea un peligro mortal para alguien ya que eso me consideraban, como un peligro para las personas normales. Cuando desperté la tercera vez después de que los calmantes dejarán de hacer efecto me encontré con Juan observando me fijamente, la verdad es que su mirada me daba un poco de miedo.

– Que bueno que ya despertaste – dijo serio pero, su voz era suave de una forma amable – Debo decir que lo que hiciste fue impresionante, nunca había visto a un kinesis usar sus habilidades – se acercó y se sentó en la cama – ¿Como fue que hiciste eso?

– Se llama umbrakinesis – dije bajando la cabeza para no verlo – y digamos que no lo use a propósito, las kinesis están conectadas a nuestras emociones y su están son muy fuertes que provocan que nuestras habilidades se salgan de control.

– Me encantaría poder hacer eso – dijo con mucho entusiasmo, levanté la cabeza y lo vi bastante alegre – siendo sincero me dio bastante miedo cuando te metiste en esa nube negra.

– ¿Nube negra? – dije sin entender muy bien, supuestamente la umbrakinesis solo se refiere a la ausencia de luz pero nada que tenga que ver con una nube.

– Si, parecía una nube negra – me miraba como si no entendiera – esta se fue extendiendo y volviéndose más densa hasta que estabas completamente cubierta por ella.

– Qué extraño – dije en un susurro – bueno – dije cambiando de tema – ¿A que se debe esta visita después de mi espectáculo?

– Te quería decir que pronto los sacaremos de aquí – dijo feliz – cuando ya todos estén más estables los sacaremos y los llevaremos a donde sea que van para desaparecer.

– ¿Qué va a pasar con Zigor? – dije preocupada – él aún no despierta.

– A él lo sacaremos de todas formas, él no se puede quedar aquí – cuando terminó de hablar me miró por unos segundos hasta que volvió a decir algo – Perdón que te pregunte esto, pero ¿Que es Zigor para ti?




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