Los Levitantes

Capítulo 10

Los días siguientes fueron los más largos de toda mi vida, llegado el quinto día sentía como mi cuerpo quería salir corriendo de ese lugar y poder llegar a la isla a salvo, pero pasaba el día y nada ocurría así que decidí dormir un poco para poder tranquilizarme.

Volví a la oscuridad de mis sueños, no podía ver nada solo podía sentir mi respiración y la de una segunda persona, trate de tocar algo, pero no había nada cerca, me puse un poco nerviosa

– Tranquila prima – era Lydia – yo también me ponía nerviosa cuando estaba en esta misma oscuridad, pero supongamos que con las veces que has pasado por aquí ya estás más tranquila.

– Pensé que eras la otra mujer – dije entre risas – por eso estaba nerviosa.

– ¿Johanna? – dijo, jamás supe el nombre de la mujer y escucharlo por primera vez después de tanto tiempo se sentía raro – se que a ella le hubiera gustado estar aquí, los lugares oscuros son lo suyo, pero yo quería hablar contigo.

– ¿Por qué? – dije tratando de acercarme a mi prima, pero no había nada solo parecía ser una voz en la oscuridad – ¿Pasa algo?

– Va a pasar algo, pero no te puedo decir que es solo tienes que esperar – dijo, sentí su mano en mi hombro – Son tiempos difíciles, bueno la verdad jamás han sido fáciles – de pronto paso su brazo alrededor mío como en un abrazo y me hizo avanzar – Prima se que lo que te voy a decir es mucha responsabilidad pero es la verdad, tu eres la única que puede salvar a los kinesis de la vida que llevamos – de a poco una luz apareció y pude ver la silueta de mi prima al lado mío, esta era más más baja que yo, pero pude ver que aún seguía pegada en el tiempo, es como si nunca nada le hubiera pasado – Johanna  te debió haber dicho que todo lo que está pasando provocará muchas muertes, pero tienes que recordar que estás son por una buena causa, también debes saber que las personas que te van a sacar dentro de unos minutos no solo son jóvenes – cada vez más nos empezamos acercar a la luz y pude ver que habían dos siluetas femeninas esperando – esas personas creen en ti Yael, no los defraudes y lo más importante – me suelta y se para delante mío – se fuerte por que se viene un camino difícil de recorrer – mi prima camino hasta las dos figuras, pero cuando llegó a su lado están se quedaron donde mismo 

– Confiamos en ti Yael – dijeron las 3 al mismo tiempo.

Mi sueño se iba desvaneciendo poco a poco hasta que desperté y me encontré sola en mi habitación del hospital, siempre que volvía de mis sueños quedaba unos momentos en silencio y tranquilidad para procesar todo lo que pasó y no olvidar nada, estaba en eso cuando escucho un estruendo y me asusto provocando que mis manos se pongan calientes debido a que estoy usando la photokinesis, en eso entra la enfermera vestida normalmente con mis cosas, la tira encima de la cama y se acerca a sacarme las esposas, cuando lo hace me levanto lentamente debido a que hace días no camino y mis piernas se tienen que acostumbrar a mi peso otra vez.

– Si quiere la ayudó a vestirse – dijo Marta.

– Yo puedo – dije tome las cosas y me puse mi traje, tome mis armas y las puse en los lugares correspondiente, mientras me vestía Marta se dedicaba a ver por la puerta por si alguien venía cuando termine le toque el hombro y al girarse se quedó asombrada.

– Tu traje es genial – dijo sin dejar de mirarlo – ¿Significan algo los colores y la forma del traje?

– Después te contesto tu pregunta ahora hay que salir de aquí – dije, ella asintió y salió de la habitación, yo tomé mi lanza antes de salir y cuando me encontré afuera de la pieza vi que todo era un caos total, habían algunas personas heridas tiradas en el piso, había escombros por todo el lugar – ¿A donde vamos? – pregunte tratando de pensar en algo más que en el desastre que había frente a mis ojos.

– Vamos a buscar a Catherine – dijo mirándome – ella te tiene confianza, del resto se están encargando otras enfermeras y de Zigor lo vamos a buscar cuando nos encontremos con Juan – se giró y empezó a caminar, yo solo la seguía protegiéndola por si alguien la atacaba, estaba en completa alerta, pasamos unos cuantos pasillos hasta que llegamos a la habitación de Catherine esta se sentó de golpe, Marta se acercó a un mueble cerca y lo abrió y sacó las cosas de ella, también puso las cosas encima de su cama y también le sacó las esposas, yo y Marta nos dimos la vuelta para dejar vestir a Catherine.

– Yael – me di la vuelta y la vi – me ayudas a pararme – me acerque y la ayude a levantarse, se quedó parada unos segundos para después caminar, tome sus armas y se las entregué, cuando terminó salimos las tres, yo y Catherine siguiendo a Marta – ¿Que está pasando? – me pregunto de pronto Catherine.

– Hay personas que nos están ayudando – dije sin dejar de estar atenta a todo mi alrededor – nos están ayudando a salir de aquí.

– ¿Por qué? – pregunto.

– Por que estas personas creen en nosotros y nos aceptan tal y como somos – dije mirándola y vi como la sorpresa crecía, caminamos unos pasillos sin problemas hasta que nos encontramos a Juan en la puerta de otra habitación, la habitación de Zigor, este se acercó a mí 

– Necesito que tú me protejas ya que yo llevaré a Zigor – yo solo asentí, él después miró a Marta – tu saca las cosas de él – ambos entraron y yo me quedé viendo si alguien venía mientras Catherine se notaba aún un poco confundida con todo lo que estaba pasando, pasaron unos minutos y Juan salió con Zigor en brazos y Marta con las cosas de él.




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