Los Levitantes

Capítulo 19

Cuando acabó la reunión todos nos quedamos callados sin saber que decir creo que aún estábamos sorprendidos por la actitud del líder de las islas Ámsterdam ya que su única solución era seguir escondidos, también dos islas, las cuales no eran grandes nos daban su apoyo, pero aún que nos estuvieran dando su apoyo dos islas no era suficiente para una guerra y como las otras islas decidieron seguir el ejemplo del líder de las islas Ámsterdam no tendría nada más que hacer que dar mi brazo a torcer respecto a su idea de escondernos. 

– Aunque suene raro – hablo Igor después de varios segundos de silencio – te apoyo Yael pero no podremos hacer nada si más de la mitad de las islas rechazan la idea de luchar.

– Son unos cobardes – hablo Elizabeth, todos la miramos atenta a lo que iba a decir – solo están tratando de salvarse ellos mismos y no sacrificar nada, la historia de nuestro mundo nos a  enseñado que sin sacrificio no hay victoria y ahora nosotros tenemos que hacer otros sacrificios para poder ser libres.

– Estoy de acuerdo con Elizabeth – hable haciendo que todos centrarán su atención en mí – pero también estoy de acuerdo con Igor, no podemos ir a una batalla con tan poca gente y si la mayoría decide que prefieren seguir escondidos solo tendremos que acatar esa decisión.

– ¿Estás hablando en serio? – preguntó Elizabeth que se veía sorprendida pero a la vez molesta por mi declaración.

– Si, estoy hablando en serio – mi verdadera intención no era seguir huyendo si no enfrentar el problema de frente, pero no podía hacer nada si la mayoría estaba en contra de mi pensamiento.

– No nos precipitemos a sacar conclusiones apresuradas – habló Aleksandra la cual se veía más preocupada de calmar a Elizabeth – aún podemos hacerlos cambiar de opinión solo hay que hacer otra reunión.

– Mientras podríamos estar prevenidos  – dije tomando otra vez la atención de todos – podríamos guardar algunas cosas esenciales en algún barco por si es que hay que huir otra vez.

- Bien, lo haremos – dijo Arthur – y aparte de eso solo nos queda esperar.

Estuvimos hablando un poco más para ver qué cosas son primordiales por si tenemos que huir y así nos ahorraríamos tiempo en la escapada del refugió. Cuando salimos de la oficina Elizabeth se fue molesta a lo cual yo la seguí para poder hablar con ella, no me interesa lo que piensa de mí, pero me da miedo que ella diga algo a alguien por su enojo, se que ella quiere que todo esto acabe pronto y yo también lo deseo, pero no pasaré a llevar a personas a las cuales puedo poner en riesgo solo por un capricho. 

– Elizabeth – le grite a lo que ella se da vuelta y me mira con todo el odio que puede, yo solo me acerco más y hablarle tranquilamente – sé que estás molesta, pero tienes que entender que yo tampoco quiero seguir huyendo.

– Yael no estoy molesta contigo – dijo y sentí que decía la verdad – estoy molesta con los otros líderes que no entienden lo que está pasando y yo entiendo tu punto de vista, si al principio me enoje con lo que dijiste, pero después lo pensé mejor y te encontré la razón.

– Y yo pensaba que estabas molesta conmigo – dije a lo que ella negó rápidamente – es bueno saberlo.

Ambas nos fuimos después de hablar, pero antes de separarnos le pedí que si había otra reunión ella estuviera ahí a lo que respondió que sí, como ya era tarde me fui acostar para tener energía para el próximo día en el cual no sabía que podía pasar.

Al despertar todo estaba tranquilo sin ninguna novedad aunque todos los refugiados de la isla Heard y McDonald me miraban a mí y a los demás como si fuéramos unos bichos raros, aún que no éramos los únicos de otra isla que estamos refugiados ahí, pero nada se podía hacer en cuanto a las mismas diferencias que creaban.

Cerca al medio día Aleksandra se acercó a mí y me pidió que la acompañara a la oficina porque me tenía algo importante que decir, cuando llegamos a la oficina me di cuenta que solo estábamos las dos, primero me dijo que el barco con los suministros estaba listo por cualquier emergencia y después me dijo que hace una hora habían atacado la isla Ámsterdam y que todos los refugiados venían en camino que eran cerca de 300 personas, también que solo quedaba un refugio que no había sido atacado y que eran los de la isla Pedro I, pero que eso no duraría por mucho y sabía que ellos tendrían que venir aquí y eso haría que el refugio colapsaría totalmente por lo cual tendríamos que estar preparados para cualquier cosa. 

Claro no se diría nada hasta que los refugiados llegarán para no hacer cundir el pánico, pero yo no estaría dispuesta a seguir esa regla, apenas salí de la oficina me fui a la habitación en donde se encontraban todos acostados sin hacer absolutamente nada, les pedí que me tomaran atención y que lo que estaba a punto de decir no se los podían decir a nadie más, les conté lo que estaba pasando con las islas, las reuniones que teníamos y cuáles eran algunas de las soluciones a lo cual todos apoyaron mi idea de luchar, también me prometieron en no decirle a nadie ya que yo había confiado en ellos y no me defraudarán.

La noche llegó y todos nos acostamos sabiendo que al día siguiente llegarán los refugiados, pero tratamos de estar lo más tranquilo posible, cuando el sueño me venció no llegue a una oscuridad en la cual me sentía un poco desorientada si no que ahora me encontraba con una luz que no me cegaba pero si me dejaba ver todo lo que había a mi alrededor y me encontré con tres mujeres una era Johana, la otra era Lydia y la última era mi hermana, las cuales las últimas dos me veían con una sonrisa




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.