Al día siguiente al llegar Max, pregunto por la chica a Jonás
-Está en el garaje, revisando su auto
-¡Demonios!, que no sabes que no se puede quedar sola- grito y salió corriendo rumbo a la cochera y al no verla, se alarmo y el corazón comenzó a latirlo más de prisa.
Un ruido debajo del auto lo puso en estado de alerta, y al darse la vuelta, vio las piernas de Serena que salían de debajo del auto; y tomándola por los tobillos la saco de ahí; lo que provocó un grito sorpresa por parte de Serena.
-¿Qué haces animal, porque me jalas de esa manera?- le gritaba mientras se ponía de pie, chorreando aceite y yéndosele encima a Max
-¿Qué diablos haces debajo del auto?- pregunto, sin hacer caso a sus gritos ni a sus manos manchadas de aceite
-¿Qué crees que se supone que estoy haciendo, tonto?, les doy mantenimiento a los autos
Al oír los gritos de Serena, Aníbal y Jonás corrieron veloces hacia el garaje, solo para presenciar la fuerte discusión que tenía lugar entre ellos.
-¿Tú les das mantenimiento a los autos?- pregunto Max desconcertado
-Pedazo de animal, ¿acaso crees que soy una inútil?; por si no lo sabes, tengo un título como ingeniero mecánico calificado- le grito, mientras le aventaba una estopa cargada de aceite, manchándole la camisa y parte de la cara.
Ante este desplante de ira Max se acercó a la chica y tomándola por los hombros la sacudió, pero ella en un ataque de maldad, impulso su cara contra su pecho y la sacudió limpiando los restos de aceite de motor, tomando por sorpresa a Max y dejándolo totalmente manchado de aceite ante las risas burlonas de sus dos compañeros, y fulminándolos con la mirada les grito a Jonás y Aníbal
-¿conque les parece gracioso y se ríen, no es así?, bueno pues si esta fiera se vuelve a quedar sola, los cuelgo a los dos, ¿queda entendido?
-Entendido; jefe- le contesto Aníbal aun riéndose
Max salió realmente molesto del garaje, y al alejarse alcanzo a escuchar como los tres estallaban en carcajadas, lo que lo hizo maldecir entre dientes, tomo las llaves de su auto y saco de la parte trasera una pequeña maleta con ropa de recambio que siempre llevaba preparada, por si tenía que salir de urgencia y fue a cambiarse.
Un par de horas más tarde, escucho a Serena entrar en la casa; por lo que Max le salió al encuentro para preguntarle
-¿vas a salir mañana?
-No, no lo creo, pero si hago planes para salir te avisare
-Serena, ¿de verdad eres mecánica?, en tu expediente dice que tienes dos títulos y amplios estudios , pero no especifica cuales
-Pues sí, soy mecánica, tengo un título de maestra y hablo varios idiomas
-Yo pensé que no servías para nada más que salir de compras y dar fiestas, que eras una niña rica mimada y malcriada
-No eres más Bobo, porque no eres más grande Max, no todas las chicas adineradas son unas inútiles- y dándose la vuelta, se dirigió a su habitación a darse un baño.
Al poco rato salió de su habitación, vistiendo solo un pantaloncillo corto de color azul y una camiseta corta de color blanco y como tenía hambre entro en la cocina, donde encontró a Max sentado con la mirada perdida en la lejanía, tan absorto estaba que no se dio cuenta de que Serena estaba a su lado
-Valiente guardaespaldas eres- le dijo ella al oído; esto lo sobresalto, pues al hacerla le rozo la oreja con los labios
-¿Qué comes?
-Solo un café, pues la cocinera no está.
-¿tienes hambre? ¿ya comieron Aníbal y Jonás?
-Ellos salieron a comer y yo me quede de guardia, saldré a comer algo en cuanto ellos regresen.
-No tiene caso que esperes, ahora mismo comemos; también yo tengo hambre- y poniendo manos a la obra saco un par de filetes de la nevera, los aderezo y mientras la carne se cocinaba en una parrilla, saco unas legumbres y comenzó a preparar una ensalada; Max no le quitaba la vista de encima; -Así que esta monada , también sabe cocinar- pensó
-¿deseas una copa de vino?
-No, gracias estoy de servicio, pero tú si puedes tomar lo que quieras.
-Yo no bebo, solo tomo agua mineral
-¿no tomas ningún tipo de vino?
-No ninguno, ni siquiera dulce, eso te extraña, ¿Qué una mimada como yo no sea una alcohólica?- pregunto con sarcasmo
-No Serena, ya sé que no eres como todas- le contesto, su voz sonó ronca