Los Miserables

La familia Garza

Marla tenía ochos hermanos, ¿sorprendente? Tal vez. Para las mujeres de su familia era de lo más común tener y tener más hijos, para algunas personas tener tantos hijos teniendo tan poco, era el acto más irresponsable jamás visto. Tenían razón, decidir traer al mundo hijos y no tener con que sostenerlos es la decisión más cuestionable posible. No podía crucificar a su madre, aunque tendría razones para hacerlo, Mercedes era una mujer bastante adulta que seguía criando niños, de los cuales, como todos, sus futuros se veían inciertos. Era la quinta de sus hermanos. Marla desde sus diez años, experimentó la falta de su padre y a los quince años ya le faltaba un hermano.

  • Mañana ya empiezas otra vez tus clases. Ana, su hermana mayor y la favorita de mercedes, decide romper el silencio que hay en la mesa mientras todos comen.
  • Nunca pensé decirlo, pero extrañaba despertarme a las cinco de la mañana, ya no aguanto mas verles las caras desde tan temprano hasta que me voy a dormir.
  • No seas una grosera. Mercedes con su voz regañina la calla mientras saca unos billetes de sus bolsillos para dárselos a mara, quien come mirando el fondo de su plato como si dentro de este estuviera el billete ganador de la lotería. – te los doy ahora, luego lo olvido y eres tan terca que te vas y pasas hambre todo el día.
  • ¿y a mí por qué no me das también para comer? A mi me da hambre también, no seas tacaña. Gustavo el segundo hijo mayor de mercedes, se queja mientras mastica su comida como si estuviera recién salida del fogón. Marla decide levantar su cara y mirarlo como si fuera el ser mas despreciable de este mundo.
  • ¿acaso haces algo que sea mas productivo que estudiar? ¿has ido alguna vez y durado seis horas de tu vida en una silla y prestar la mínima atención a lo que se te dice? ¿trabajas?, ¡No haces nada de provecho para esta familia!. intenta no levantar la voz, pero al final termina gritando y al borde de querer tirar todo lo que está sobre la mesa.
  • ¿y que haces tú? Te la pasas quejándote de todo, pero al final haces lo mismo que hago yo, ¡no eres mejor que yo si lo que tú haces no ayuda en nada! En la mesa todos permanecen callados viendo como una simple charla termina en la rutina de todos los días. Gustavo termina de hablar y se levanta de forma brusca de la mesa, la silla cae mientras decide marcharse.
  • ¡eres un cobarde, un inútil que solo sirve para atormentarle la vida a los demás, deberías larg… un vaso lleno de agua en la cara es lo que logra terminar con la disputa.
  • Cállate, solo cállate. Su madre decide levantarse arrojando los cubiertos sobre la mesa. Marla solo puede sentir como todo su rostro escurre agua, y como esta se va regando por toda su ropa. Y en esos momentos Marla se siente culpable, pero no por las razones correctas, no se arrepiente de explotar delante de todos, y mucho menos de gritarle cosas que pudieran ser hirientes, se arrepiente de detestar tanto a su madre en esos momentos en donde su raciocinio parece haberse ido por el retrete, se siente culpable de odiarla y preferir que los papeles se hubieran invertido. Su madre era una maldita, le dolía aceptarlo, pero era la verdad, mercedes tenía un sentido de la maternidad bastante cuestionable, tenía momentos buenos en donde no tenía la necesidad de ganarse el odio de nadie, pero estos momentos eran los instantes en donde todo el odio retenido salía a flote. Todo esto lo pensaba Marla, pero era lo suficientemente hipócrita como para no decírselo en la cara.
  • Es una maldita.
  • ¡Dalia!
  • Es la verdad, tú lo sabes, yo lo sé, Marla lo sabe. Dalia era menor que Marla, y aunque normalmente era una niña dulce y tierna, eso no la hacia ignorante sobre las carencias que tenía su madre.
  • Es tú mamá. Le recuerda carlota, mientras trata de ayudar a limpiar la mesa que ha quedado hecha un desastre.
  • ¿y a ti quien te ha parido? ¿la loca de los gatos? Hemos salido del mismo agujero. Se defiende Dalia, terminando de recoger lo que se ha caído de la mesa, mientras sucedía la disputa.
  • Ojalá fuera sido la loca de los gatos, ella tendría mas instinto maternal que mercedes. Y aunque halla sido un comentario algo cruel, ocasiona la risa de las tres hermanas que un quedan en el comedor.




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