Los misterios de Brett

Capítulo 4: Acampada nocturna

                                  KELLY

Llegando a la cabaña tomo la ropa que iba a usar esta noche y me voy directamente al baño sin mirar ni a los lados. Aún me ponía muy nerviosa al pensar en lo atrevido que había sido ese chico en la biblioteca y lo peor es que yo no hice nada. Literalmente me quedé inmóvil como una muñeca, pero es que en realidad nisiquiera sé si es que no podía moverme o simplemente... no quería hacerlo.

Me quito la ropa rápidamente evitando pensar en otra cosa más. No podía, esos ojos azules tan salvajes y exitantes no salían de mi cabeza, me tenían imnotisada. Fruncí el ceño y me jalé un poco el cabello intentando reaccionar ya. Me metí en la ducha y en el momento que sentí el agua tibia sobre mí, cada músculo de mi cuerpo se relajó soltando yo un suspiro de alivio.

Pasé un momento en la ducha quitando toda la suciedad y el cansancio de mí. Salí luego de un rato más y me aseguré de secarme totalmente antes de ponerme la ropa interior y el vestido azul que usaría. Al ponerme el vestido pasé una mano a lo largo de él arreglando los pliegues y sonriendo por lo bien que me quedaba.

El vestido era hasta mitad de muslo y no tenía mangas, era bastante simple y cómodo y me agradaba muchísimo. Se amoldaba a mi cuerpo y mostraba mis curvas como eran. Me solté el cabello y lo peiné con mis dedos antes de dejar que cayera como cascada por mi espalda. No pude evitar preguntarme que pensaría mi compañero de cuarto al verme.

Me puse unas sandalias ligeras y salí del baño con todas mis cosas y dejando todo en su lugar. Con lo primero que me topé afuera fue con la intensa mirada de Brett observándome fijamente. No pude evitar avergonzarme al sentirlo recorrerme totalmente notando un ligero escalofrío.

—Pensé que te ibas a quedar en el baño toda la noche— inquirió con su típico tono cortante. No sé porqué eso me decepcionó un poco, talvez y esperaba algo más de él que solo un tonto comentario. Debo ser demasiado estúpida, sí, eso debe ser de seguro. Nisiquiera lo conozco.

—Y yo pensé que habíamos avanzado un poco. Pero ya ves que no todo lo que se piensa es así— le respondí con el mismo tono de voz guardando mis cosas en el pequeño armario y dándole la espalda.

—Ese vestido te favorece mucho niñita ¿Nunca te han dicho que tienes un buen par de...

—¡Que molesto eres!— lo interrumpí antes de que terminara de decir semejante estupidez. Brett volvió a reir burlándose de mí y yo no pude hacer otra cosa que pensar que para ser un idiota su sonrisa era muy linda. Un idiota con sonrisa de modelo. Debería usarla más a menudo para bajar bragas y no para burlarse de mí en mis narices.

—Si que eres inocente— señaló mientras se fue al baño. Puse los ojos en blanco y continúe con lo que estaba haciendo. No podía con los ataques infantiles de este tipo, de seguro estaré loca para cuando acabe mi tiempo en este lugar. Tomo mi brillo labial y con la ayuda de mi teléfono repasé mis labios, en el proceso me di cuenta de que no le había escrito nada a mamá y que de paso mi iPad no tenía mucha batería que digamos. Tomé el cargador de mi teléfono y lo enchufé a cargar en un tomacorriente que por suerte encontré libre.

Pasé una mano por mi cabello antes de observar una última vez la puerta del baño y salir a buscar el camino que lleva al lago. Prefiero perderme en el bosque que tener que aguantarme a ese insoportable profesional un minuto más.

                                     [...]

No se cuanto tiempo ha pasado desde que me fui de la cabaña pero llevo mucho caminando por el bosque en círculos. No hay más que árboles y oscuridad a mi alrededor y me duelen mucho los pies. Suspiro pesadamente antes de sentarme sobre la raíz sobresaliente de un árbol gigantesco. Miro de un lado a otro y solo escucho los sonidos de los insectos y cosas del bosque. Debo admitir que hubiera sido mucho mejor si hubiese esperado a Brett. Al menos él me habría llevado al lugar exacto.

—Más estúpida no puedo ser— murmuré para mi misma un poco cansada de todo esto.

De repente escucho pisadas acercándose a mí contra las hojas secas. Mi corazón comenzó a latir rápidamente justo cuando levanté la mirada, sorprendíendome mucho al ver a aquel chico enigmático e irritante que tenía por compañero, mirándome muy seriamente. Lo observé por unos segundos, algo que él hizo también antes de acercarse a mí a pasos lentos. Me levanté rápidamente quedando frente a frente con Brett. De repente los nervios me embargaron al notar la cercanía entre nosotros, al parecer a él no le importaba para nada ese hecho. Me miraba como si estuviéramos en un funeral, así de serio.

—No eres para nada una estúpida— susurró él mirándome a los ojos aún. Pude sentir ligeramente su respiración en mi rostro haciéndome estremecer— Comprendo que no quieras fiarte de mí. Yo tampoco lo haría, te apuñalaría por la espalda sin ningún remordimiento— continúo mientras una sonrisa perversa iba adornando su rostro. Algo me decía que debía apartarme, que el peligro me acechaba, pero era incapaz de moverme.

—¿De qué estás hablando?— pregunté con un hilo de vos tragando grueso. Inconscientemente me alejé un poco de él haciendo que Brett soltara una risa burlona en el acto. Me tomó de la mano y unió nuestros dedos con naturalidad antes de tirar de mí hacia él y tomarme en brazos como una niña pequeña. No me dió tiempo a reaccionar, simplemente no podía decir nada, cada vez estaba más sorprendida.

—Tranquila niñita. Todavía no llega el día en el que probaré a que sabe tu sangre— susurró en mi oído para después caminar a no sé donde. Simplemente no pude prestar atención a nada. Cada palabra dicha hasta ahora aún rondaba por mi cabeza y era incapaz de dejar de pensar en ello. Brett era alguien raro, demasiado raro y sexy para mi gusto.

¿A qué se referirá con probar mi sangre? ¿acaso está loco o qué?

Reaccioné después de que Brett había dado algunos pasos. Me bajé rápidamente de sus brazos respirando profundamente por unos segundos para tratar de evitar ruborizarme. Por más raro que suene nunca me había encontrado en una situación tan comprometedora con un chico y por alguna razón estaba muy emocionada. Malditas hormonas de chica adolescente.




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