Capítulo 18

Unos extraños susurros empezaron a llegar a mis oídos, mis pensamientos empezaron a ordenarse. Cuando abrí mis ojos pero no pude ver nada. Como si estuviera en la oscuridad más profunda...Todo estaba callado, hasta que los susurros empezaron a escucharse.

Mi cuerpo se sentía cansado, pero estaba completamente alerta. Los susurros no podía entenderlos, pero poco a poco empezaron a ser más fuertes y más atropellado. Las sombras empezaron a moverse, como si estuviera tomando forma y rostros vacíos, desgraciados, desesperados y muertos. Cerré mis ojos, el sudor de mi frente por el extraño desgaste que estaba sintiendo era mucho, en mi cuerpo corría el miedo y el pánico, el libro estaba abierto, y aun así no se despegaba de mis manos. «No hay nada frente a mí» pensé, y me repetí mil veces la misma frase.

—La magia solo refleja lo que está en mi mente —me aclaré, y entonces intente respirar para calmarme, y cuando abrí los ojos frente a mi estaba una sombra con ojos negros, con su boca abierta de una manera exagerada y repulsiva, me miraba fijamente, con la cercanía el olor a quemado picando en mi nariz .Y cuando me di cuenta, esa sombra me tomo ambos lados de mi rostro con sus manos hechas de humo, y de pronto un fuerte grito salió de su boca, pero no era uno solo, millones de gritos de gente rogando por su vida, llantos de niños desesperados y gente pidiendo piedad.

Entonces, todo se cortó. Literalmente aquella sombra se partió en dos, y desapareció. Pero no fue el único, toda la oscuridad que tapaban mi ojos, fue cayendo a pedazos. Todo lo que pasaba frente a mí, logró hacer que pasara desapercibido el hecho de que el libro se había separado de mi.

Me levanté, me limpie el sudor con la manga llena de tierra, y tomé el libro sintiendo una fuerte oleada de furia, y lo hice desaparecer en mi palma. Mi ceño estaba fruncido, y permaneció así, mientras caminaba para salir del sótano.

Durante mi camino, varios guardias se quedaron mirándome por unos segundos, pero nadie se atrevió a cruzar miradas conmigo, apreté mis puños hasta que mis nudillos se pusieron blancos.

Las oleadas de energía mágica liberada estaban golpeando mi cuerpo y causando estragos, mientras que una extraña oleada de agitación, ira, furia y agotamiento, chocaba con mis pensamientos racionales. Mientras caminaba, podía sentir como mis sentimientos chocaban, sentía como perdía el control y mi cuerpo estaba empezando a temblar. Cuando llegué a mi cuarto, mi cuerpo colapsó en el piso de rodillas, mi ansiedad, el miedo y el pánico superaron aquellos sentimientos intrusos, que claramente no eran míos.

Mi cuerpo se sentía cansado, mi respiración se cortaba de nuevo, pero esta vez se podía sentir demasiado real, yo no estaba acostumbrado a esta agitación. Y toda mi mente se quedó en blanco cuando sentí el sabor de la sangre en mi lengua, mi mano se fue a mi rostro intentando sentir un golpe, o al menos dolor, pero estaba perfecto.

«Ciro» pensé, y cerré mis ojos.«¿Qué está pasando Ciro?» volví a preguntar, pero no podía escuchar una respuesta, seguramente estabas ocupado. Algo estaba amenazando tu vida, algo te está llenando de desesperación, algo te está inundando de una profunda tristeza enterrada sobre una cantidad de ira asesina. Intenté ahondar en la profundidad de nuestro lazo, y más cuando sentí más sangre en mi boca, y podía sentir aquel líquido cayendo por la comisura de mis labios.

Cerré mis ojos, intentando hablarte por nuestro lazo, pero tus sentimientos tan ardientes, tan profundos, tan fuertes me golpeaban una y otra vez, sé que lo hacías de forma inconsciente, porque no entendías más que yo sobre la naturaleza de esta magia, y frente a mí una extraña luz llamó mi atención. Cuando abrí mis ojos, pude ver de nuevo ese mismo portal, la misma magia me estaba dando señales de que no podía negar nuestro lazo, este era más grande, y más brillante, tenía más fuerza y se veía mucho más vivo, me levanté como pude y me lance a través de él. Y no podía creer lo que estaba pasando.