Capítulo 19: Son niños

La sala estaba en un gélido silencio, Julian parecía estar sosteniendo un concurso de miradas con Jones que se detuvo una vez Cassandra se aclaró la garganta — Se supone que esta es la parte donde nos explican que está pasando y de paso justifican porque nos necesitan— dijo la chica con un tono mordaz.

— niña si alguien debe explicaciones aquí son ustedes— dijo Jones en tono serio.

— ¿Y qué quiere que expliquemos si no sabemos por qué estamos aquí? — Dijo la pelirroja entre dientes.

— Jones, son niños, se más amable— dijo Johnson a su compañero que asintió avergonzado — Cassandra, ¿Verdad? — la menor de la sala asintió —Alaric dice que ustedes son muy cercanos a su hijo, tú en particular, muchacho— dijo volviendo su atención a Julian.

— Somos cercanos, y por eso mismo me niego a decir algo que lo comprometa hasta que usted haga una pregunta directa, no necesitamos esta charla y no necesitamos perder el tiempo de visita aquí— respondió el pelinegro en un tono mordaz ganándose la mirada de sorpresa de su hermana quien rápidamente adoptó la misma postura.

Johnson suspiró agotado — Mira, chico. Ustedes han de estar al tanto de la serie de asesinatos que empezó hace dos semanas— Los Kane asintieron levemente y el sheriff siguió —existe una única toma del asesinato, y solo por unos segundos se ve el rostro del atacante, quien es sospechosamente similar a Kaidan—

— Pues busquen personas que se parezcan a él porque la noche del primer asesinato Kaidan estuvo sedado y atado, no fue hasta la tarde del día siguiente que lo desataron por primera vez para estirar, había un enfermero ahí, pueden preguntarle—

—Julian, no puedes negar lo sospechoso que es, esta es nuestra mejor pista, y coincidencialmente, tu, su amigo más cercano guardas cierto parecido con las víctimas.

—Si toda su teoría se basa en que el asesino se parece a Kaid, pero era físicamente imposible que el estuviera ahí, ¿por qué no hacen una teoría nueva? No me importa cuán desesperados estén por atrapar al culpable, no dejaré que lo involucren en esto, maldita sea, tienen alguna idea de cómo ha estado estas semanas — mientras hablaba su tono escalaba, Cass apoyo su palma contra la rodilla de Julian pidiéndole que se calme, cuando a lo lejos escucharon un grito “¡enfermera!”, Jules se levantó como un resorte ignorando los llamados de los oficiales y de su hermana, abrió la puerta y miró al final del pasillo, donde un Kaidan tembloroso descansaba sobre su propio vomito, vio como Alaric se agachaba junto a él, como el castaño seguía gritando que lo sentía, se disculpaba por tantas cosas al mismo tiempo que era difícil seguirle el ritmo o ver a quien se lo decía, una enfermera le inyectó algo y poco a poco Kaidan se desvaneció, lo tomaron por los brazos y se lo llevaron, a lo lejos Mira le sostuvo la mirada mientras Alaric sollozaba.

Julian salió de su shock, sentía su sangre hervir y las lagrimas arder en sus ojos, solo entonces notó a Cassandra a su lado, quien lloraba en silencio.

—Kaidan, vino aquí a sanar su mente, que ha estado sufriendo a solas desde que su madre murió, si por su culpa le pasa algo…— Julian dejó la amenaza a medias mientras corría detrás de las enfermeras.

Ignoró los llamados de Cass mientras iba por los pasillos, hasta que vio a Mira saliendo de una habitación, se acercó agitado tomándola por los brazos y preguntando con su voz en algún lugar entre un grito y un lamento — ¿qué le pasó…está bien? — Mira lo miro con una inmensa compasión en sus ojos.

— Cuando se me notificó del traslado del joven Smith aquí, recibí su historia clínica de su anterior psiquiatra, la ansiedad de Kaidan es algo fatal, quizá los oficiales lo alteraron, toda la situación fue demasiado para él y tuvo una crisis, está descansando y su padre lo está limpiando, va a estar bien — la doctora le dio una pequeña sonrisa antes de alejarse de su toque y dirigirse a su oficina.

Sin poder esperar más, entró a la habitación, dentro de ella, Kaidan descansaba en una cama únicamente en su ropa interior, Alaric lavaba sus pantalones en el lavamanos. Una vez este notó su presencia, Jules apartó rápidamente la mirada del cuerpo de Kaid.

— Lamento lo de los oficiales, pero ellos insistían en venir, no creí que se pondría tan mal— dijo Alaric acercándose con una toalla mojada a lavar las piernas de su hijo.

— No te culpes, solo hiciste lo que debías— respondió Julian con una pequeña sonrisa incomoda, y entonces entre ellos se hizo el silencio. —… ¿necesitas ayuda? —  preguntó acercándose al hombre.

— por favor, no toques a mi hijo— habló el mayor y el azabache retrocedió al instante.

—Solo quiero ayudar— dijo levantando las manos en un gesto apaciguador.

— No quiero tu ayuda, no quiero que lo toques, es más, no quiero que estés aquí

Las palabras lo golpearon como un cuchillo —Pues Kaidan me quiere aquí, y eso es lo único que me importa — Julian caminó hacia el baño y volvió con una toalla húmeda, bajo el escrutinio de Alaric, comenzó a limpiar los brazos del joven dormido — Tu hijo está pasando por mucho, y aunque no quiera admitirlo, el quiere que estés aquí, quiere que arregles las cosas, quiere que seas el padre que solías ser —

— ¿Qué sabes tú?

— Kaid tiene un tono particular cuando habla de ti, suena enojado, como si te odiara, pero no lo hace realmente — dijo caminando al baño a limpiar la toalla — no puedo comparar nuestras situaciones, pero sé que tenemos algo en común— asomó la cabeza por el marco de la puerta y miro entre Kaidan y el otro hombre, dejando que él atara los cabos.

— Mi hijo no es como tu— dijo Alaric con cuidado como si caminara entre cascaras de huevo

— Tienes razón, él es diferente— habló mientras volvía con una toalla humedecida ­— Tú crees que yo soy un marica, un afeminado, o cualquier cosa despectiva. Solo porque me atraen los hombres— Alaric se puso incomodo al instante — No finjas, lo sé por cómo me miras y me tratas, papá me mira así, dejo de importarle que fuera la estrella del equipo de beisbol, que tuviera buenas notas, que fuera un buen hijo, y me repudió solo por quienes amo, puede que Kaidan no sea como yo, puede sentir atracción por quien quiera, y si eso cambia la forma en que lo ves, entonces puede que el problema no sea él—